Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 26 de abril de 2024

El niño

 Nicasio es un emigrante jubilado, hosco y taciturno, al que con frecuencia sus vecinos ven hablando sólo o parado observando los pajaros por el pueblo. El cementerio es uno de sus lugares predilectos, donde visita el nicho de su nieto al que cariñosamente llama el Nuco, tristemente fallecido junto a otros cuarenta y nueve niños, cuando una mañana de octubre de mil novecientos ochenta un colegio de educacion infantil se vio afectado por una explosión de gas propano.

 En El Niño, (Editorial Tusquets), Fernando Aramburu vuelve a realizar con maestría otro ejercicio de novela de realidad ficción, sacando del recuerdo uno de los episodios más dolorosos y terribles acaecidos en el país a comienzos de los años ochenta: la voladura del colegio Marcelino Ugalde en la localidad vizcaína de Ortuella, a consecuencia de un escape de propano en las cocinas del colegio.  Tres adultos más, (dos profesores y una cocinera), engrosaron la lista de fallecidos, copada por niños de entre cinco y seis años, para completar una cifra total de cincuenta y tres muertos.

 La imagen de los féretros de color blanco, alineados en el funeral que tuvo que realizarse en una nave industrial para poder acoger a todos los finados y sus familiares, concentrando a una masa ingente de varias miles de personas, es desgraciadamente en una de las estampas que permanecen en la retina de manera inevitable, recuerdo doloroso e impactante, imposible de borrar de la memoria.

 Libro conmovedor, complejo de leer y aún más de escribir, sobre un tema tan triste como delicado, guardando minuciosamente la identidad de los afectados. Como ya hiciese en otros títulos anteriores, con raigambre también en Euskadi y sus complejidades, Aramburu vuelve a elaborar otra novela costumbrista y social en la que, pese al conocimiento de los hechos, la trama esta llena de giros y sorpresas inesperadas.

 


 

 

 

jueves, 25 de abril de 2024

Límites

 Tiempos estos de líneas rojas, de barreras infranqueables, de límites que no se deben traspasar. Condiciones y más condiciones. Sensibilidades a flor de piel como antes no recordábamos haber visto.

 No vale todo, pero en la función viene implícita la carga, por molesta e injusta que sea, por poco limpia que se muestre el rival para confrortarte.  Sin tener la piel muy dura no deberían aceptarse según qué puestos.

 Sólo nos falta que nos digan que un policía reniega de su trabajo porque le pueden pegar tiros. Si sabías a lo que venías, por qué te soliviantas.

 Plañideras que dan que pensar. Hay debilidades que son más un cálculo que un flaqueo de piernas. Claro que no se puede censurar. Estrategias al fin y al cabo. Por más que se viera ver de otro modo, todo vale, en algo tan opaco y sucio como es la política y su acostumbrado lodazal.

miércoles, 24 de abril de 2024

Légamo

 Como el fondo de un río.

Légamo pegajoso que se asienta y camufla lo que rodea y enturbia las aguas cuando se agita.

 Todo lo que se revuelve, tras un tiempo de apogeo, se asienta, y vuelvo al limo, para sedimentarse en lo más profundo y devolver la claridad a las aguas.

 La vida es como las aguas de un río, que aunque bajen revueltas, tienen momentos de reposo y luz, en contraste con otros de turbulencias y  agitación. Vaivenes sin los cuales pierde todo el sentido decir que se está vivo.


martes, 23 de abril de 2024

La loca del amoníaco

 Recuerdos y anécdotas que vienen a la cabeza de cuando en cuando. Era media tarde, andaba reposando la comida y la caminata en mi litera de albergue, cuando de repente me llegó un olor intenso, penetrante, tanto así que me obligó a incorporarme de inmediato y a abandonar mi plácido reposo.

 Mecánicamente me giré para descubrir que en la cama de al lado, mi vecina de litera estaba rociando con fruición el colchón, las lamas del somier y todo lo que tenía al alcance del entramado metálico de las camas superpuestas que se solapaban de espaldas a la mía. Al comprobar que le miraba fíjamente,con cara de pocos amigos, dejó de rociar con su pulverizador al tiempo que me decía:

 - Estoy rociando con un poco de amoníaco, por si hay chinches. 

 Una imagen vale más que mil palabras, ese cuerpo tenso y en alerta, que presionaba con fuerza el bote que contenía el líquido, así como la mirada, como perdida, entregada en cuerpo y alma a la eliminación de cualquier bicho amenazante, frenaron en seco mi reacción inmediata de reproche, animándome a mostrarme comprensivo y tolerante, pese a no entender que rociase paredes limpias y estructuras metálicas en vez del colchón, donde seguramente habría más posibilidades de encontrar tan incómodos vecinos. 

  Peregrinos aprensivos, seguramente informados de la plaga de chinches que ha invadido entre otras ciudades, a París, que de cuando en cuando afectan a establecimientos del Camino de Santiago, sin ser necesariamente los albergues públicos, los damnificados. Feliz de no ser tan hipocondríaco, dejé que mi vecina continuase con su tarea  higienizante y exterminadora, llegando a sentir por ella cierta lástima, de verse en la tesitura de dormir, día tras días, en camas sobre las que han pernoctado, quién sabe, cuántas almas antes que ella.


 

lunes, 22 de abril de 2024

Las elecciones más aburridas

¿Puede ser una convocatoria de elecciones aburrida? Desde luego que sí, a tenor de lo acontecido ayer en Euskadi, una vez que se conocieron los resultados obtenidos por cada uno de los contendientes.

 Aburridas porque desde el primer instante se conocía el resultado final. Anticipadas por las encuestas, que machaconamente han insistido en el virtual empate entre las dos fuerzas nacionalistas, hasta el punto de clavar en el pronóstico de los escaños que obtendría cada uno: veintisiete.

 Quedan como datos menores, el aumento de votos de los partidos estatalistas, que han dado para que todos sumen algún escaño residual más, (curiosamente celebrado anoche como si de una proeza se tratase) y que el partido verde mantenga su acta de diputado en la tradicionalmente considereda más castellana de las tres provincias vascas: Alava.    

 Como dato significativo, queda la disolución de Podemos como fuerza política con representación en las instituciones vascas, cuya postrera representación, seis escaños en dos mil veinte, apenas si ha podido aprovechar el partido surgido de sus cenizas, Sumar, que sorprendentemente ha obtenido su acta también por Alava, dejando sin poder acceder al parlamento vasco a la cabeza de cartel de la coalición, que lo hacía por Vizcaya.  

 Como colofón, resaltar la paradoja vasca, que hace que sus votantes entreguen siete de cada diez votos depositados en las urnas a fuerzas nacionalistas y soberanistas en mayor o menor grado,  jelkides y abertzales que copan como nunca antes lo habían hecho, los escaños del Parlamento de Vitoria, cuando las encuestas dejan el listón de los partidarios de la independencia en apenas un 23%, según la última encuesta publicada por el gobierno vasco. 

 

domingo, 21 de abril de 2024

Paso del tiempo

 Uno de tantos vídeos, de los muchos que llegas a visionar a diario, a poco que te prodigues por redes sociales. En él se ve en un palco, sonriente, a la Reina emérita, con su inconfundible peinado, el mismo que ha lucido en la boda del primer edil de Madrid,  recientemente.  

 La baja calidad de las imágenes, denota la mejora actual de cámaras y equipos de grabado;  falta nitidez en los colores, la luz es pobre y la definición la mejora cualquier smartphone de los que manejamos ahora.

 La imagen se gira y el siguiente plano muestra a un Raphael sudoroso en plena actuación, deleitando a propios y extraños con sus devaneos impulsivos que tanto o más bien han hecho por su carrera artística, que su propia voz. 

 La filmación acaba, obviamente un fragmento de lo registrado, aunque es suficiente para que me ponga a investigar de cuándo es el concierto, nada menos que de mil novecientos ochenta y dos. Un mundo en distancia temporal.

 El disfrute de lo añejo, con aromas a nostalgia que vienen por el recuerdo de lo vivido. Ver imágenes así te inunda en una película de momentos vividos, de forma paralela y en el anonimato. Nada une más  que el paso del tiempo.

  

viernes, 19 de abril de 2024

Rastros

 Huellas confundidas entre infinitas pisadas que el viento borra a cada poco.

 Pese a seguir los mismos pasos, no afloran las evidencias, recuerdos huérfanos que sienten el desamparo de ver todo cambiado, todo cerrado, sin barra en la que abrevar, sin pizarra improvisada en la que escribir.

 Ayer y hoy, en los mismos sitios, que se presentan como lugares tan diferentes, tan ajenos. No hay rastro que seguir y recordar. 

 Viaje de cancelación de un sueño que fue efímero.

jueves, 18 de abril de 2024

Doce puntos

  Mayoría de edad, aunque bien podría aplicarse aquí aquel dicho de: " a la vejez, viruelas".

  Doce son los puntos que mi coeficiente como conductor ya atesora. Con ocho empecé de novato y ya se han reproducido. La DGT me lo ha notificado por vía telemática.

  Poco más de tres años y cerca de cuarenta mil kilómetros. Tan tarde empecé, que no llegaré a aproximarme a los kilómetros conducidos de alguien de mi edad. Conseguir el permiso a los cuarenta y ocho, lastra cualquier opción de compararse.

 Efecto colateral de la Covid, que hizo posible que yo me viera con un volante en las manos.

 

miércoles, 17 de abril de 2024

Segunda edad

  De la infancia a la edad adulta,  para terminar en la senectud,  con esos periodos de paso que son la adolescencia y la madurez. Tres etapas para dar cuenta de una existencia. 

 Siendo sinceros, casi habría que catalogar la tercera como una vuelta a la primera, con sus gestos y reacciones más bien infantiles y por su dependencia,  a cuenta de los requiebros que hacen del cuerpo una marioneta cada vez más ajena, llena de achaques.

 Dos y no tres, etapas existenciales  que cuadran el círculo de la vida; siendo un anciano,  vuelve aparecer el niño.

martes, 16 de abril de 2024

Medio lleno

 Donde hay un contratiempo, ver una oportunidad, para asi terminar con algo que te hostiga y no te deja descansar. 

 Hay problemas que aunque aparezcan cuando menos los esperabas, son la palanca que necesitabas para movilizarte, para actuar y hacer cosas. 

 Cuestión de mentalidad, mejor ser miembro del clan del vaso medio lleno. Con la actitud adecuada, el camino se allana de antes y se sufre menos. Tan simple, tan obvio.

domingo, 14 de abril de 2024

El Castillo de Barbazul

 La tercera entrega de la saga de títulos que Javier Cercas ubica en la comarca tarraconense de Terra Alta, cambia de escenarios, alejando a la trama y a sus protagonistas de la capital Gandesa, para cruzar el charco y desarrollar la acción en Pollença, hermosa localidad mallorquina ubicada junto a la Sierra de Tramontana.

 Melchor se ve en la necesidad de abandonar sus días tranquilos de bibliotecario junto a Rosa Adell, para ir en búsqueda de su hija, misteriosamente desaparecida, después de acudir a Mallorca con una amiga para disfrutar de unas pequeñas vacaciones. Angustiado por lo que le haya podido pasar, después de que padre e hija mantuvieran una violenta discusión por cuenta de la verdad sobre la muerte de la madre, utiliza todos sus contactos en la policía para activar una operación de búsqueda que, aunque concluye con el hallazgo de la chica, sólo es el comienzo de otro dispositivo, de mayor envergadura, que implica descubrir las oscuras actividades de un multimillonario sueco afincado en la zona, al que se cree relacionado con la breve pero traumática desaparición de la hija.

  En la línea de sus predecesoras, Terra Alta e Independencia, Cercas continúa desgranando en El Castillo de Barbazul, (Editorial Tusquests), una historia cuyo hilo argumental se ubica en la mas rabiosa actualidad, cabalgando a lomos de un personaje, Melchor Marín, que va camino de convertirse en unos de los referentes de la novela negra española.

 



 

Robots

 En los Teatros del Canal, bajo la dirección de Gabriel Olivares está en cartelera hasta el próximo 18 de abril el montaje Robots, escrito por el dramaturgo Fernando Ramirez Baeza.

Con un elenco de actores encabezado por Juanjo Artero, Ana Turpin e Iker Lastra, Robots, es un thriller trepidante, que durante algo más de hora y media mantiene al espectador en tensión con una trama más que actual.

 Volvemos al año dos mil veinte cuando se declara el Estado de alarma y comienza el confinamiento. Enrique Sarmiento, banquero del Banco Futuro, cree que está en la lista de posibles imputados por una operación corrupta de su banco y teme ir a la cárcel por hacer lo que le pedía su jefa, la presidenta del banco, Carmen Dávila, quien está buscando una cabeza de turco.

 En medio de su zozobra  recibe la llamada de Silvia Becerra, una científica  que quiere llevar a España cuatro robots de tecnología americana para hacer tests PCR mucho más rápido,toda una revolución,  pero hay un problema:  cuestan un millón de euros cada uno y hay que trasladarlos desde China.

 Enrique pide ayuda a Roberto Maldonado, un político y burócrata frustrado por ocupar un cargo intermedio en el ministerio de Sanidad. Maldonado cree que los robots pueden relanzar su carrera política y se embarca en el proyecto de Sarmiento, con final imprevisible.

 Con una puesta en escena rompedora y activa que ayuda a imprimir a la historia un brío que va de menos a más, acudir al teatro para ver este nuevo montaje de Fernando Ramírez es una oportunidad de reflexionar sobre la pandemia y sus consecuencias, cuyos casos de corrupción, son hoy portada en los medios, cuatro años después.

 


viernes, 12 de abril de 2024

Mochila

 La palanca cede y se abre la puerta. Entra la luz del sol. La claridad anima el espíritu sólo con la primera brizna de luz que se proyecta sobre la tarima del suelo.

 Se despereza así el día y con él la cabeza, que se espeja viendo el petate listo para salir.

 Días de vino y rosas. De no aporrear teclas de un ordenador. El reloj se queda en la mesilla. Luz y más luz.

  Solo queda hacer el último giro de llave y que el clic de la cerradura selle la entrada.

 Vía.

 


jueves, 11 de abril de 2024

El semáforo

  -Si no va bien, termina en el semáforo

 Dijo un ex-portero a cuenta de un lance de juego, en medio de un partido, en relación a un jugador de raza negra.

 Sólo le faltó aclarar haciendo qué, si vendiendo pañuelos de papel o lavando parabrisas de los coches; tal vez haciendo malabares o pidiendo con un cartel.

  Si ese comentario se hace en la barra de un bar, pasa desapercibido y no levanta ampolla alguna.

 Si lo haces en una televisión en horario de máxima audiencia, por una retransmisión deportiva, te caes con todo el equipo: eres un racista y clasista de tomo y lomo.

¿ Cuál es la vara de medir?

 Saber estar, saber comportarse, saber cuándo, cómo y dónde. Parece como si cada vez nos costara más adaptarnos a cada momento y a sus circunstancias.

 Aunque quizá puedan encontrarse otras explicaciones.

 En estos tiempos del zasca virtual, de la competitividad en el gracejo a la hora de hacer comentarios, hacen que la intensidad de las ocurrencias aumente y la gracia de las mismas, decrezca.

 Dudo que tenga mayor recorrido que el de una metedura de pata, hecha muy probablemente sin la malicia que se le presupone al comentario, que además de torpe, es insulso por agarrarse a un estereotipo. Bastará con que sirva de ejemplo de que no vale cualquier cosa para ser chisposo, ni tan siquiera en el frecuementemente crispado contexto de los comentarios futbolísticos. Las formas, siempre ellas. Qué devaluadas.

 

 

 

A bocarrajo

 De improviso, sin que nadie la esperase.

 Con toda la indignidad que siempre le acompaña.

 Con ese vacío rotundo, que deja sin habla, que inmoviliza, que hace que flaqueen las piernas a quien recibe la noticia.

 A la salida de un bar, rodeado de compañeros, en medio del jolgorio, de risas y buen rollo.

 Y de repente, cae la noticia, por teléfono;  fría, increíble, como un mazazo. A bocajarro.

 Así es como aparece la parca. Sin avisar, sin retarte a jugar una partida de ajedrez. Nunca dejará de impresionar ver como el fin de partida, carece de preparativo alguno. Llega, ejecuta y al que alcaza, se va. Así de duro, así de simple, así desde siempre.

 

martes, 9 de abril de 2024

Librerías

 Abrir una librería física en los tiempos que corren, es todo un acontecimiento, sólo alcance de muy pocos osados, ¿Razón?: se me ocurren unas cuantas maneras mejores de morirse uno de hambre.

 Igual sorprende que lo diga uno que las visita a menudo, que llora por las esquinas cuando ve una que echa el cierre, que les hace gasto siempre que puede, pues se niega a leer en otro formato que no sea en papel.

  Salvo la fiesta de junio en el Retiro, el resto del año la compra en locales, física, es un goteo ínfimo, solo asequible para grandes superficies o librerías notorias; para las demás es tiempo de réquiem, de echar la mirada a atrás y de ponerse nostálgicos, de cuando eran otros tiempos y la gente compraba en las tiendas, en un país que siempre se ha jactado de leer poco;  incluso así, no era una rareza.

 En estos tiempos de economizar el tiempo, por qué malgastarlo desplazándose para oler el papel recien impreso, con ese olor tan característico y evocador. No, mejor caer en la garras de algún gran distribuidor on line y esperar a que un agotado mensajero te traiga el paquete con su contenido a casa.

 Renovarse o morir. Toca morir. O no. Igual que se reproducen como champiñones las barberías, las panaderías o las tiendas de arreglos y cosido de ropa, ahora que agonizaban las mercerías, por qué no soñar con la posibilidad de que la gente vuelva a las librerías a comprar sus lecturas.

 Ciclos y más ciclos. Esta es la entrada más rara que he escrito en mucho tiempo. No sé si es un canto de esperanza o de lamento. Vaya vaines, como las ondas o ciclos de los que teorizaba Kondratieff. Así ha salido la cosa hoy.

 


lunes, 8 de abril de 2024

Lo que sabe la señorita Kim

 Es evidente que algo se está moviento en Corea del Sur, en lo que es un intento de aproximarse a la cultura occidental, como vía de escape de las encosertadas costumbres orientales que, según en qué casos no distinguen mucho a los coreanos de sus vecinos de continente. 

 Un buen ejemplo, en clave reivindicativa feminista, es este trabajo de Cho Ham-Joo, recopilación de pequeñas historias, escritas sin ánimo de ser publicadas nunca juntas, que tienen por protagonista siempre, a una mujer apellidada Kim, el apellido más corriente en aquel país.

 Publicadas en castellano por la Editorial Alfaguara, Lo que sabe la señorita Kim, cuenta historias corrientes y dispares, de adolescentes, de mujeres de mediana y edad madura, de diferentes clases sociales y constituyen un fresco claro y nítido que recoge su situación en una sociedad a la que le cuesta desprenderse de los clichés que clasifican a ambos sexos y que discriminan y menoscaban a la mujer frente al hombre.

 Con una prosa rica y potente que engancha enseguida, la autora elabora un collage actual y reivindicativo, que muy bien puede trasladarse a otros contextos y a otros países. 

  Un acierto su lectura, como lo es visionar la cinta Parásitos, de Boon Joon-ho, otra magnífica estampa narrativa con imágenes de crítica y censura de la anquilosada tradición del país con todas sus ramificaciones. Una vez más es la cultura la que está a la vanguardia de los cambios, empleando para ello sus distintas manifestaciones y formas de expresión.

P.D. Sirvan estas líneas de recuerdo para Lee Sun- Kyn, actor de la oscarizada cinta, reciéntemente fallecido a los cuarenta y ocho años, que no supo o pudo digerir la presión de la acusación de consumo de drogas, sufriendo amenazas y extorsión. Que su muerte, además de remover conciencias, abra también mentes. Descanse en paz.




 

domingo, 7 de abril de 2024

In memoriam. Ramón

 Nos llegó la noticia ayer a medio día, cuando ya hacía varías horas que te habías ido. Un mensaje de whatsapp de tu mujer, pidiendo disculpas por tener que molestar para decirnos que habías sufrido un infarto y que no lo habías superado. 

 De camino a Avilés ibas, para rendir tu última presencia en el tanatorio de tu ciudad, cuando me llegó ese mensaje, que ha corrido como la pólvora entre la red de colegiales, Loyolos que somos y seremos siempre una familia.

 Nos pedía Verónica, tu ya viuda en su mensaje, que rezáramos por tí y que siempre te recordáramos riendo y bromeando. Es difícil recordarte de otro modo.

 Echando un vistazo a tu perfil de Facebook, a las fotos que allí dejas colgadas, sales en la mayoría con un vermut o una cerveza en la mano, siempre tronchándote de la risa, ataviado con ropa de fiesta callejera, de la que siempre fuiste un fan incondicional. Los Sanfermines pierden a uno de sus más fanáticos valedores.

 De entre todos los recuerdos que guardo de ti, especialmente de primer año de colegio mayor, me quedo con la gincana que hicimos en nuestro año de novatos, en la prueba que teníamos que superar en Casa Mingo, donde nos esperabas para enseñarnos a escanciar sidra y en donde teníamos que recoger los tapones de botella que debíamos llevar con nosotros como prueba. Asturiano de pro, nunca dejaste de profesar amor por tu tierra, con tu bandera a rastras en todo momento.

  Que esa tierra del norte que te vio nacer te acoja en  su seno y te sea leve, amigo. Descansa en paz, Ramón. 

sábado, 6 de abril de 2024

Vida y muerte

 Todas las vidas son iguales, igual que dolorosas son sus pérdidas, especialmente cuando estas son traumáticas. Discrepo de todos aquellos que se ofenden o escandalizan cuando creen observar un mayor grado de condena en la muerte de varios cooperantes occidentales de una ONG, que en la de civiles de Gaza, víctimas colaterales de una guerra suicida en la que el primer ministro israelí Netanyahu, está eliminando a fuerza de fuego y sangre indiscriminados, todas las razones de peso que justificaban su derecho a la defensa. 

 Son muertos que colman el vaso, que terminan por hacer estallar los límites de la paciencia, de una comunidad internacional que no entiende la estrategia de un gobierno dispuesto a exterminar a Hamas al precio que sea.

 Por qué en los peores momentos, en las peores crisis, estamos en manos de los más incapaces. No me cabe duda de que el conflicto tendría otros derroteros, o directamente ya habría concluido, si otro líder ocupara el puesto de máxima responsabilidad en el gobierno judío. No se puede ser más incapaz, ni más incompetente. No fue capaz de evitar los ataques, que por mucho efecto sorpresa que tengan, se han realizado en el país que se jacta en ser el más seguro del mundo, y está  respondiendo a los mismos y a la negativa a liberar a los rehenes, de la peor y más trágica de las maneras. Para acabar con la enésima guerra acaecida en tierra santa, antes hay que terminar con el más incompetente, a quien la historia ya le ha juzgado y condenado.

Inmunidad

 Hay caminos que no deben seguirse, líneas que no deben cruzarse, las consecuencias de ello, son imprevisibles.

 Jorge Glas, ex vicepresidente de Ecuador con el maldito/idolatrado Correa, ha sido detenido por la policía de su país. La noticia no está en la detención sino en el dónde. Refugiado en la delegación diplomática de México, en donde se le había concedido asilo por el presidente mexicano Lopez Obrador, ésta ha sido mancillada y los agentes han accedido a ella para cumplir con su propósito, pese a ser territorio perteneciente a otro país y por ello, violar preceptos del derecho internacional, como el de la inmunidad de las sedes diplomáticas.

 Como era de esperar, México ha roto relaciones diplomaticas con Ecuador. Es el comienzo de una escalada de tensión y enfrentamiento que veremos hasta dónde llega.

  Embajadas ultrajadas. Desde que estudiantes invadieran la de EEUU en Irán, reteniendo a diplomáticos, algo que se repitió en Lima con el asalto a la Embajada de Japón por miembros del colectivo Tupac Amaru, secuestros de larga duración, mas de un año en ambos casos, que acabaron de la peor manera, con muertos y relaciones diplomáticas destruidas o en tensión permanente. España vió saltar por los aires sus sedes diplomáticas en Portugal y Nicaragua, para razones muy dispares, con saldos de víctimas igualmente.La lista, si revisáramos, otros casos en otros países, presuntamente sería muy larga.

 Inmunidad, nada ni nadie lo está, ni siquiera aquellos espacios que la ley protege con la idea de convertirlos en inexpugnables. Por mucho que se quiera ver lo contrario, toda línea, por muy roja que sea su color y ancho su trazado, acaba por cruzarse. 

    

martes, 2 de abril de 2024

Que rulen

 Que rulen esas pastillas, que el colocón de químicos por vía oral no cese. Si no puedes con todo, recurre a la ingesta de esos remedios de botica moderna, presentados en diferentes formatos, todos ellos coloridos. No hay mejor reclamo que la panoplia cromática que entra por los ojos. 

 Dicen los anarquistas que somos una sociedad enferma; muy probablemente tengan razón aunque tal vez no atinen en su diagnóstico de culpabilizar de esas dolencias a los estados. Puede que seamos sociedades dirigidas en mucho aspectos, pero para enfermar, ya nos bastamos nosotros sólos, no necesitamos que nadie nos invite a ello. 

 De las pastillas por placer a los comprimidos por necesidad, en cantidades industriales. Evolución curiosa e incierta que ha hecho que el concepto de drogata haya perdido toda su esencia y razón de ser. Drogados para hacer cosas, para llegar a todo, no por gusto. Novedad teórica, o no. El que mucho abarca, poco aprieta, se acelera y, encima, enferma. Otro capítulo para añadir a la Historia general de las drogas de Escohotado.

Eterna juventud

 Tratamientos que regeneran células, casi de manera milagrosa, promocionadas por personas con altísimo tirón mediático, camino directo al dispendio, seguidismo patrocinado por crédulos que no dudarán en apuntarse a la terapia, animados por el comentario del gurú.Qué baja se ha fiado siempre la confianza. Nada nuevo bajo el sol.

Víctimas de la pseudociencia, terapias costosísimas que dejan tiritando bolsillos de pánfilos, ingenuos en sus ansias de alcanzar lo que nuestra naturaleza no acepta como tal.

 Ha llovido desde que Herodoto la documentase en su Tercer libro de las historias, como mito eso sí, sacado a colación de una entrevista entre el Rey de Etiopía y embajadores del Reino de los Persas.

  La fuente de la eterna juventud en una de sus últimas variantes. Mito, leyenda, afán continuado, búsqueda permanente  y activa en aras de retrasar o anular lo inevitable.

Quién querría vivir para siempre. Quimera.

 



lunes, 1 de abril de 2024

Open to work

 Otra ex-compañera que solicita ayuda a través de la red social más utilizada de empleo. Solícito, reenvío y comparto con todos mis contactos su escueto pero claro mensaje, de encontrarse en búsqueda activa de empleo.Ya lo anuncia su foto, en la esquina izquierda, con una leyenda sobre fondo verde que indica esa misma referencia, pero en inglés: Open to work.

 Han pasado casi dos semanas de aquel martes aciago en la oficina, día de malas caras, malos gestos, día de llantos e incredulidad. El tiempo todo lo amortigua, no hay disgusto o desencanto que el paso de las horas no licúe, como buen anticoagulante, pero la muesca queda, la pena por los que no están en la oficina.

 Cuando se cierra una puerta, se abre otra, quien sabe si más de una. En cuanto empiecen a caer en cascada las noticias de las nuevas contrataciones, esto será un simple mal recuerdo, aunque algunos han quedado retratados con todo esto, especialmente por las formas. Eso no se olvidará.



 

jueves, 28 de marzo de 2024

Agua

 Agua. Necesitamos agua. Mucha. 

 Quejas descerebradas. Cómo catalogar al que se lamenta por que no puede salir una procesión o no puede bañarse en la playa, en marzo. Muy triste.

 Semana santa como las que recuerdo cuando era niño, de mal tiempo, de frío de lluvia a ratos.

 Al mal tiempo buena cara, nunca mejor dicho. Nos va en ello mucho.

miércoles, 27 de marzo de 2024

Baumgartner

 Cuando uno lo creía ya perdido para la causa, entregado a las publicaciones por contrato, siempre coincidentes con las fechas navideñas, ha aparecido esta última entrega en la extensa carrera literaria del escritor neoyorquino Paul Auster, titulada Baumgartner, (Editorial Seix Barral), en referencia al apellido del profesor de filosofía protagonista de esta historia.

 Aunque no tiene el gancho ni la profundidad de otras entregas de la factoria Auster como la Trilogía de Nueva York, Brooklyn follies o Mr. Vértigo, si que recoge buena parte de los temas que siempre han interesado a este autor, tales como el peso que tiene el azar en nuestras vidas  o la oportunidad de reinventarse tras sufrir un duro varapalo; es el caso del principal figurante de esta historia, quien recibe la fatal noticia de la muerte por ahogamiento de su esposa y compañera; de cómo reconduce su vida, sin perder en ningún instante el referente de la huella de su difunta pareja, va esta historia de recogimiento, reflexión y reinvención personal.

 


 

 

martes, 26 de marzo de 2024

Romperme el brazo

 Yo de pequeño quería romperme un brazo. Obviando el dolor insosportable del primer momento al crujir el hueso, las posibles complicaciones derivadas de una fractura que no fuera limpia, las molestias al dormir o ducharse, al tener que llevar un brazo en cabestrillo... Con ocho años todas esas cargas eran minucias, lo importante era aparecer en clase con el brazo enyesado, de un blanco inmaculado.

 Sentirse centro de atención, de cuidados y mimos de los compañeros que te preguntaban qué te había pasado, para después ver cómo aparecía el primer rotulador para escribir en ella algún mensaje o poner una firma. Cada garabato era una muesca de la que estar orgulloso. 

 Muchos me reconocieron después de volver a tener la extremidad libre, que guardaron con cariño aquella férula como si fuera un trofeo de guerra. Para darme más envidia.

 Lo que son los recuerdos, pasan los años pero hay cosas que no se olvidan; pequeñas frustaciones de infancia que se quedan ahí en el recuerdo. No llevar caramelos en mi cumpleños por cumplirlos en verano, no romperme nunca un hueso y llevar la escayola... Vida que es un cúmulo de alegrías y contrariedades, que forjan una existencia en el yunque del devenir, del día a día.

lunes, 25 de marzo de 2024

Protagonistas

 A veces los protagonistas son los que no estaban invitados a la fiesta. 

 Entre llantos de costaleros y devotos y turistas cariacontecidos por la ausencia de rayos de sol, la lluvia y la nieve han decidido hacer acto de presencia, aguando, nunca mejor dicho, asueto y devociones.

Con la que no está cayendo, con tanto pantano luciendo limo y ruinas, bendita irrupción por sorpresa; que caiga y lo haga con fruición. Animales, plantas y humanos, esos que con tanto esmero se emplean en dilapidarla, la necesitan con suma urgencia. No estamos para escatimar días de lluvia, ni para lamentarnos por los aguaceros.

viernes, 22 de marzo de 2024

Veto

 El drama entre judíos y palestinos continúa ante la mirada indiferente y la pasividad de la comunidad Internacional.

 Hoy el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha tumbado  el intento de resolución para el alto el fuego en Gaza, que había presentado Estados Unidos. Tres de sus quince miembros han votado en contra, dos de ellos, China y Rusia, miembros permanentes con derecho a veto, acompañando al voto contrario de Argelia.

 Pocos conflictos tienen menos solución que este, donde el odio acumulado acrecienta las diferencias y desprecios acumulados a lo largo de los años. Huelga decir que en esta tesitura, sólo en manos de la comunidad internacional está la posibilidad de parar la masacre y de poner cordura en medio de tanto dolor y destrucción.

 Ente creado para un fin que nunca cumple; Organismo de seguridad que con sus decisiones ayuda a ampliar aún más la inseguridad, todo lo contrario.  En días como hoy cuesta trabajo mantener la fe en la colaboración y ayuda entre países, en la capacidad de parar horrores como el que está llevándose por delante a tanta gente inocente.

jueves, 21 de marzo de 2024

La gran evasión

 "Esta película está dedicada a los cincuenta", con un rótulo con esa leyenda concluye  la cinta dirigida por John Sturges, título mítico de los años sesenta, que narra los hechos sucedidos en el campo de prisioneros de guerra de Stalag Luft, situado en las proximidades de la ciudad de Sagan, hoy territorio de Polonia.

 Roger Bushell, líder de escuadrón de aviación sudafricano, encarnado en la película por Richard Attenborough, orquestó un intento de fuga a través de un intrincado sistema de túneles que permitió a varios soldados y oficiales evadirse de las instalaciones de máxima seguridad. Con suerte dispar, pocos fueron los huidos que alcanzaron el objetivo final de fugarse, siendo detenidos o falleciendo en el intento el resto.

 Cansados de sus constantes intentos de escape, la Gestapo decidió otros planes para los presos recapturados, acabando fusilados en algún lugar apartado en lo que acabó convirtiéndose en un crimen de guerra tipificado en la  Tercera y Cuarta Convención de Ginebra.

 Hoy, mientras me venía a la mente la mítica escena de Steve McQueen en la nevera, lanzando su pelota de béisbol contra la pared, he querido traer aquí esta película clásica, por parecerme la mejor manera de recordar a mis once ya ex-compañeros, que fueron despedidos por mi empresa, no de la mejor de las maneras, precisamente. Como homenaje y con cariño, después de tantos años de trabajo y batallas.

 "Esta entrada del blog, está dedicada a los once".

 

 


 

miércoles, 20 de marzo de 2024

Esperando al diluvio

  Un asesino en serie,(Bible John), que huye de su ciudad en el Reino Unido, (Glasgow) y suplanta la identidad de un empleado de naviera al que asesina en su traslado a su sede de Bilbao, dejando a sus espaldas, además, un reguero de mujeres asesinadas y una policía desconcertada por la rareza de sus crímenes y la absoluta confusión sobre su identidad.

 Con estos elementos de base construye Dolores Redondo su última novela, Esperando al diluvio, (Ediciones Destino), ambientada en el año mil novecientos ochenta y tres, en los días de la semana grande de la capital vizcaína que se trocaron en días de dolor, por culpa de unas lluvias torrenciales que dejaron treinta y cuatro muertos y un rastro de destrucción tras desbordarse las aguas de la ría.

 Novela de ficción con situaciones recreadas pero historias y personajes reales,  en la que el tiempo cronológico es manejado magistrálmente por su autora, narrando hechos  y situaciones carentes de la lógica linealidad. En su trama Redondo traslada al criminal escocés a la capital vasca, a donde le persigue Noah Scott Sherrington, policia local que sigue sus pasos, pese a estar fuera de servicio por sus problemas cardíacos, movido por sus sospechas y por la necesidad de terminar el trabajo de su detención, que dejó a medias en las islas.

 Sórdida, intensa, conmovedora, con profunda carga psicológica, llena de giros inesperados, con un final acorde a los argumentos sobre los que se basa, Dolores Redondo construye esta historia que se devora, más que se lee. Una estupenda elección para amantes del género negro, ahora que se avecinan días de descanso y tiempo libre.

 

 


 

lunes, 18 de marzo de 2024

Pequeños pasos

  Comenta una compañera de trabajo, malhumorada, que está harta del tren cercanías. Su estación, posiblemente una de las más transitadas de la ciudad, está llena a rebosar en la hora en que ella accede a sus instalaciones, para venir a trabajar por las mañanas. Con grandes aspavientos comenta que sólo cuando ha pasado un cuarto tren, ha conseguido acceder a uno de los vagones del convoy.

 Otra compañera llega con iguales humos, pero cambia el dicurso, echando pestes hacia el metro. Iguales razones, mismas molestias, mismo retraso a lo hora de llegar a la oficina. Cosas de la hora punta.

  Alguien del equipo sugiere como posible solución: - ¿Por qué no variáis los horarios e intentáis cogerlos media hora antes, por ejemplo? 

 Se hace el silencio. Tras unos segundos de duda una de las dos lanza como respuesta: - claro, entonces no duermo.

 Aún dejando como importante el argumento del descanso, necesario para afrontar una jornada de trabajo, me resulta obvio que no es esa, en el fondo, la gran razón que les lleva a organizarse la jornada con esos cambios horarios. Detrás de cada modificación, por insignificante que pueda parecer, existe la necesidad de mentalizarse de ella.

 Los cambios no son fáciles, a menudo nos sugieren rechazo, más por temor que por negación sistemática a implementarlos. Sin el conveniente proceso de maduración de los mismos, nunca se llevan a cabo, nunca pasan a ser efectivos.  Esa regla vale para cualquier cosa que lleve implícita la voluntad humana.

 Todos los pasos, incluso los más pequeños, se aferran a ese modelo. En la mente de cada cual, queda por perfilar, cuantos de esas opciones, están sobre la mesa, esperando una toma de decisión para hacerse efectivos, después de procrastinarlos, o llevarlos al cajón de las cosas por hacer, de manera indefinida.

 

 

Dejarse llevar

 Sesudos instantes que pintan de oscuro el corto plazo. A veces devanarse los sesos buscando respuestas hacen del camino una vía tortuosa, de manera innecesaria, aunque eso no se vislumbra en un primer instante.

 Puede que las preguntas sigan ahí, a veces durante un tiempo, pero las respuestas, no tienen por qué obedecer a causa o razón alguna. Caminos que se enderezan sin volición alguna, mostrando su senda diáfana sin mayor agente externo que dejar que las cosas sigan su rumbo.

 Interpretar la vida y sus cosas. Dejarse llevar, en ocasiones, es la respuesta.

viernes, 15 de marzo de 2024

Cruces

 La distancia más corta entre dos puntos siempre es una línea recta, aunque nada hay menos lineal que una existencia. 

 Como los coches que se van por los pianos en las carreras, apurando las trazadas, amenzando con salirse de los límites; visten más los baches y las cunetas que los trasiegos por pistas limpias y bien asfaltadas.

 Pero lo mejor son los cruces de caminos, cuando toca elegir y hacer gala del coste de oportunidad. Decisiones que a veces se toman en caliente, otras veces después de rumiarlas y meditarlas largamente, unas profundas y significativas, otras  aparentemente intrascendentes; todas forman parte de una trayectoria entera. Somos lo que comemos, somos lo que decimos, somos, ante todo,  lo que decidimos.

 Cruces que son disyuntivas. En medio de todas ellas es cuando uno se siente más vivo. 

jueves, 14 de marzo de 2024

Proletarios

 Conciencia de clase, sentirse parte de un grupo, con todos sus condicionantes, con todos sus hábitos e iniciativas, por cuenta de lo que se tiene en el bolsillo. 

 Del bolsillo pasa al gaznate. Un ex-vicepresidente abre un local para pobres en el emblemático barrio de Lavapiés, rechazando hacerlo en cualquiera de los populosos barrios del Foro, donde tendría mejor predicamento, seguramente mayor sentido, garantizándose una parroquia acorde a los requisitos ideológicos, ( y económicos, estar tieso),  para consumir. 

 Rojos de salón, que se suman al carro hostelero, con ínfulas de humildad, pero hábitos y cálculos de empresario. En una zona de moda y con el mejor marketing posible, el de la demagogia. 

 Hasta a los proletarios les han consumido las prácticas capitalistas. Dime de lo que presumes...

miércoles, 13 de marzo de 2024

Leer en el metro

 Ayer dejé de sentirme un bicho raro. Hasta cuatro personas coindicidimos en el mismo vagón de metro leyendo libros en papel.

 Podría evocar los primeros tiempos, a poco de llegar a Madrid, cuando apenas se veía en medio del mar de libros que inundaban el subterráneo en horario de mayor afluencia; de hecho ya lo he reflejado en alguna otra entrada de este blog. Hoy el próposito es otro, tal vez reivindicativo, en medio de este torrente tecnológico donde todo el que anda entretenido en su trayecto en transporte colectivo, utiliza un teléfono.

 Aún queda gente de la vieja escuela, que prefiere amenizar los viajes, muchas veces de bastante tiempo, con historias leídas. Cansado de vecinos de transporte impertinentes, que descargan sus videos o ven páginas absurdas con el volumen de su aparato a todo trapo.  Lo que antes era patrimonio de gente más joven, ahora lo hace todo el mundo. Es obvio que la falta de educación no conoce de edades.

 Lectura en silencio, sin incordiar, adoptando la postura más comoda sin molestar a tu vecino de asiento o de barra, si vas de pie, concentrado en cualquier aventura que te estén narrando, pese al ruido y las incomodidades. Quién dijo que un paseo en transporte público por necesidad es un tiempo perdido.  No saben lo que se pierden.

 

martes, 12 de marzo de 2024

Jugadoras

 Comentarios que circulan sólo libres en cenáculos y espacios reducidos, al calor de la confianza que da la proximidad, aún a riesgo de hacer confesiones ante quien se muestra contrario y opina diferente. Miedo al qué dirán, a ser clasificados de misóginos o simples machistas.

 El otro día en una comida de amigos, en petit comité, hoy la misma opinión es portada de un medio de gran tirada, manifestada por un deportista deportivo de primer nivel, que reconoce que no ve fútbol femenino, ni sabría decir el nombre de tres jugadoras. Valiente, reconoce que no es  ningún "bienqueda". Manifiesta su rebelión ante lo que parece una imposición, otra variante de lo políticamente correcto, expresado antes en otras vertientes, como la del colectivo gay, por citar algún ejemplo.

 Opiniones que ponen de manifiesto algo que ya se sabía, que el camino no iba a ser fácil. Apertura de mentes que requieren de dedicación y constancia, de compromiso, de educación. Que haya corrientes de opinión, más o menos soterradas, que ponen de manifiesto su contrariedad a estos nuevos fenómenos, no hace menos valiosa la entrega y el trabajo de equiparación de lo que hacen unos y otras.  No, no es una moda, ni un intento de meter con calzador un pretendido mérito solo por equilibrar las labores de ambos sexos. Si las jugadores de deporte femenino tienen ahora más notoriedad o publicidad es porque se lo están ganando. El talento no entiende de prejuicios y desde luego, tampoco de sexos.


lunes, 11 de marzo de 2024

Castillos de Fuego

 Estreno por lo todo lo alto. Primera lectura de un título de Ignacio Martínez de Pisón y que lujo comenzar con la lectura de esta novela, trabajo de muchos quilates.

 Ambientada en el Madrid más crudo, el de la posguerra de comienzos de los años cuarenta, ciudad destruída y consumida por el hambre y la miseria, llena de almas en pena que a duras penas se las veían y deseaban para llevar algo caliente al estómago, con el que aliviar los empellones de un estómago que no dejaba ni tan siquiera dormir.

  Ciudad llena de gentes humildes, de estraperlistas capaces de rapiñar con todo, de madres hartas de hacer colas para conseguir las viandas a las que se tenía acceso gracias a la cartilla de racionamiento, o de insurgentes que se movían en las sombras, tratando de confabular contra un estado policial que los perseguía con saña y dureza, la lectura de Castillos de Fuego, (Editorial Seix Barral), es una oportunidad de pasear por la capital, usando sus páginas como un callejero donde avenidas, plazas y calles acompañan a sus protagonistas en medio de la pesadumbre y tristeza imperantes.

 Como bien dice la reseña que acompaña como sinopsis en las cubiertas libro, esta novela tiene más verdad que un libro de historia, con personajes ficticios que bien pudieron haber vivido en el Madrid de la incertidumbre, esa que durante cinco años tuvo en vilo a una ciudadanía que, pese al oscurantismo informativo del régimen, andaba pendiente de las noticias que traía el frente en Europa,  cuya victoria, decantada hacia un lado u otro, podía suponer la prologación o conclusión del mandato del Caudillo

 La atmósfera rotunda y depresiva que narra en sus páginas el autor, bien podría compararse a la de otros títulos que como este, quisieron poner de manifiesto la dificultad con la que este país logró sobrevivir, en los años más difíciles. Inevitable no acordarse de La Colmena de Cela, o de 1940, de Paco Umbral, títulos a los que en nada desmerece este inmenso trabajo de Martinez de Pisón.




 

sábado, 9 de marzo de 2024

Alguacil

 Normalmente un alguacil de pueblo tiene labores de control y apaciguamiento, ya sea como asistente de un tribunal, o como integrante del propio consistorio. Es una función de inestimable ayuda, al ser su cometido principal, casi único, mantener el orden.

  Tal vez por eso llame todavía más si cabe la atención, el punto y final de una historia que desgraciadamente olía a crimen desde el comienzo. Tras la aparición del cadáver del casi octogenario agraciado de Hinojal, al que la lotería le ha dado como premio cavar su propia tumba. 

 El encargado de ayudar a mantener el orden, ha provocado un desaguidado tremendo, indignando a un pueblo sencillo, que ahora teme represalias de la familia del finado, que duerme intranquilo por sentirse centro de atención por culpa de un asunto lúgubre, como casi siempre ocurre con los sitios que son pequeños, invisibles, salvo que ocurra algo malo.

 Crimen de manual, de pecado capital literario, que bien podría asociarse a la España rural y profunda, aunque nada más lejos de la realidad. La avaricia no tiene residencias definidas, ni conoce estatus sociales, ni siquiera se asocia a niveles de cultura o educación. Codiciar lo que es ajeno, pecado transversal a diferentes escalas, íntimamente vinculando con la envidia. Nada hay más universal que lo malo en cualquiera de sus muchas variantes.

viernes, 8 de marzo de 2024

Día del hombre

 ¿Cuándo es el día del hombre?

 Todos los días del año.

 Sirva como contestación a todos mis amigos, ( y amigas), que no entienden por qué la mujer debe tener una efeméride como la de hoy, de reconocimiento anual que sirva de ayuda y trampolín para sus reivindicaciones de igualdad, más que justas, completamente necesarias. 

 Así de simple.

  


jueves, 7 de marzo de 2024

Tarde de lectura

 Otro día plomizo, sin una brizna de sol. El tiempo parece que se paralizara y todos buscan refugio ante lo desapacible de la climatología. El cielo luce oscuro, sin inquilinos que hagan vuelos rasantes en su inmesidad; urracas, palomas y gorriones, se abomban en su plumaje, guarenciéndose ante lo desapacible en sus nidos y resquicios, igual que los demás nos hacemos fuertes en casa. No todo hogar necesita de paredes y un techo.

 Apenas si han caído unas gotas, como si las nubes se resistieran a soltar la masa de humedad que atesoran. A medida que caiga la tarde, esa contención se hará más complicada. Se avecina una noche de agua y gotas repiqueteando sobre los cristales. No hay mejor nana para dormir.

 A poco que cierre el ordenador tras un día de teletrabajo, cambiaré la pantalla del ordenador por las págimas de un buen libro. En días así no se necesita mayor estímulo para ponerse a leer, las ganas de hacerlo vienen solas. Nada más evocador que un día nublado, para entregarse a una tarde de lectura.

miércoles, 6 de marzo de 2024

El trabajo dignifica

 Siempre me ha parecido una frase parche, una máxima que además de un tópico es apaciguadora, una panacea para aliviar  a quienes lo practican, más que una verdad rotunda e induscutible.

  Como tantas otras expresiones generalistas, dista mucho de ser una realidad, según en qué casos; hay trabajos que tienen poco de dignos, que se realizan en condiciones muy dificiles, por salarios que son basura. No, el trabajo no dignifica, no lo hace siempre.

 En estos tiempos de autoexigencia, de jornadas de trabajo maratonianas autoimpuestas, donde el látigo se ha visto sustituido por el exceso de celo, ese mismo que trasciende a lo laboral y llega al tiempo libre, al ocio, cada vez más medido y regulado, con demasiadas cosas para hacer y poco tiempo para aburrirse. No deja de ser una paradoja que cuanto más tiempo libre tenemos,  menos parezca que lo tenemos, mayor sensación de agobio y exceso de carga tengamos. Parece que si no estás haciendo algo, pierdes el tiempo y eso produce desazón. Círculo vicioso.

 Quizá hubiera que cambiar algo de la mentalidad dominante, rebajar el ritmo, encontrar momentos para la pausa, para el dolce far niente del que habla la canción. 

 No me cuentes cuántos viajes de trabajo haces, cuántos cursos de cocinar sushi o de hacer macramé has hecho, ni cuántos torneos de padel juegas al mes. Dime, simplemente qué haces para no hacer nada, dime  cómo te aburres y te diré cuánto te admiro. 

 El trabajo apabulla, consume y lo que es peor, ocupa casi todo el tiempo: el que te piden hacer y el que te exiges a ti mismo. El que haces por unos emolumentos y el que desarrollas como ocio que agota y deja fundido, porque divertirse se ha convertido en otro trabajo. Cansacio crónico, mental y físico. ¿Dónde está la dignidad?, lejos, ahora como entonces, como siempre, pero por otras razones.

martes, 5 de marzo de 2024

El día que dejó de gustarme el fútbol

  Miro distraído mi perfil de Facebook y me salta una página que publica cromos viejos de jugadores de fútbol. En esta ocasión, el recuerdo es para un jugador danés de los años ochenta, que tras jugar unos años en Italia, vino a España para enfundarse la camisola del equipo con más seguidores de la Ciudad Condal.

 No tardó en despuntar y demostrar sus cualidades, siendo uno de los protagonistas destacados de su equipo en una de sus etapas más laureadas. Tras muchas temporadas vistiendo esa camiseta, tras producirse algunas desavenencias con su entrenador y la directiva del equipo, decidió cambiar de aires y aceptar la oferta de un equipo de la Capital del Reino, a la sazón máximo rival de aquel para el que antes jugaba.

 Tanto debía identificarme con ese jugador, tanto debía gustarme, que me produjo un shock tremendo verlo defendiendo otros colores. La desafección llegó hasta el punto, que desde aquel preciso instante comenzó una etapa larga y continua de marcado desinterés por un deporte sin el que no es posible entender mis primeros quince años de mi vida.

 Nada volvió a ser lo mismo. Algo tan simple como que un profesional aceptase una oferta de trabajo de otro equipo, lo percibí como un salto sobre una línea roja que de ningún modo podía rebasarse. Probablemente si hubiera firmado por otro club no me habría afectado tanto; lo cierto es que desde entonces, esa visión romántica e identitaria, de amor por un equipo y todo lo que representa, se vino abajo irremisiblemente.

 Otros deportes ocuparon el espacio que dejó el balompié entre mis intereses, como es el caso del balonmano. De hecho cada día hago menos por saber qué resultados se producen y me cuesta horrores ver un partido de fútbol completo, me aburre soberanamente. Fue una pasión tan vívida e intensa, que por un desencanto se desinfló como un globo, para convertirse en un postrero recuerdo, sin visos de retorno posible.  

 

lunes, 4 de marzo de 2024

Conticinio

 Queda, la noche, con la persiana ligeramente levantada que deja destellos tenues y lejanos, de puntos de luz que se convierten en brumas. 

  Desvelo tranquilo, sin angustias ni agobios, sin necesidad de mirar al techo buscando respuestas a preguntas que se apelotonan en la cabeza. 

 Sin acúfeno que de al silencio de la noche una intensidad de pitido de localización incierta.

 Paz en mitad de la madrugada. Silencio embaucador como no encuentra uno en el resto de horas del día. El calor del edredón acrecienta la sensación de comodidad, de abandono al descanso.

 Bastará un leve giro de cabeza para acomodarse a la almohada, para volver a cerrar los ojos y caer de nuevo en estado de letargo e inconsciencia. Hay desvelos que no son un tormento, sino un placer de delicatessen, degustado a sorbos, sin más paladar que la apertura y cierre de unos ojos, que duermen y descansan, en mitad de la noche.

domingo, 3 de marzo de 2024

Katherine Mansfield

 Katherine Mansfield fue una escritora neozelandesa, a la que una severa tuberculosis, hizo enfermar muy joven, falleciendo con tan sólo treinta y cuatro años, después de luchar durante más de tres contra la enfermedad.

 Responde al modelo de persona dedicada en cuerpo y alma al arte. Miembro de una acaudalada familia, que no escatimó en gastos en su formación, Katherine pudo dedicar toda su vida a la música, alcanzando un notable conocimiento y maestría con el violonchelo que, sin embargo, no fue suficiente para que su familia le permitiese dedicarse a ello como concertista. Encajada en el estricto corsé de su entorno, Mansfield encontró en la literatura una válvula de escape.

 Mujer adelantada a su tiempo, rebelde en la década de los años veinte, desafiante de las convenciones sociales, capaz de burlar prohibiciones, teniendo amantes de ambos sexos, vuelca todos sus anhelos, ambiciones y frustraciones en su literatura.

 Considerada unos de los exponentes de la literatura modernista, de su pluma fluyen historias sencillas, ambientadas en su mayor parte en el contexto familiar, en las que pequeñas anécdotas de la vida cotidiana, sirven de base para perfilar sentidas escenas de sensibilidad exquisita. Maestra en la descripción de perfiles psicológicos y del buen gusto, deja sus historias con un final siempre abierto, denotando con ello su devoción por el maestro Chejov, del que se consideró discípula.

 Esta pequeña muestra, publicada por Austral cuentos, es una buena oportunidad de acceder al especial mundo  de esta escritora, tan poco conocida por el gran público, con la lectura de algunos de sus cuentos más sentidos, como Las hijas del difunto coronel, la señorita Brill o Fiesta en el jardín.





 

viernes, 1 de marzo de 2024

Jurar o prometer

 Otro de tantos dilemas, qué es más importante, qué tiene más fondo, qué es más sentido y por ello obliga más, jurar o prometer. 

 Parece que jurar tiene mayor trascendencia, ya que  se pone a un testigo para asegurar el cumplimiento de un compromiso. Por otro lado, prometer implica adquirir un compromiso pero sólo a título personal, sin poner a nada, ni nadie de testigo. 

 Eso explicaría porque a los recien casados, se les llama prometidos, detrás del compromiso, no hay más aval que el que quiera poner uno mismo.

 Para otro tipo de obligaciones adquiridas, desde luego deberíamos jurar, como hacen los médicos con su Juramento hipocrático antes de empezar a ejercer. Algo parecido debería obligar a los políticos, una suerte de mandato imperativo, que obligara a responder con el propio patrimonio por los desaguiados efectuados. Cómo puede ser que algo tan necesario en la actualidad, sea algo del pasado que se estudia sólo en teoría política. ¿Si lo hacía un condottiero, por qúe no lo hace un diputado?.
 

Vidas Borradas

 Es una pérdida que deja vacío, cuando lo que desaparece es algo que ha pergeñado tu mente y que acaba por irse, de forma involuntaria en este caso.

 Eliminando lo que parecía un borrador de otro texto, ha terminado por diluirse uno que ya estaba escrito, acabado y publicado.

 Si es cierto que las cosas pasan por algo, entonces que ya no esté es porque así tenía que suceder. Ese juicio determinista que tanto impacto tiene, que a veces tanto miedo da, si se aplica esa misma norma a otras fecetas de la vida.

 Este borrón sólo se refiere a una entrada, la escrita ayer, llamada vidas,  la última del mes de febrero. En ella hablaba de diferentes tipos de vida, las realistas y las que se alimentan de ensoñaciones y de cómo todos de algún modo, vivimos a caballo entre las dos, sin que haya una regla precisa que establezca qué calado o dimensión tiene cada una de ellas. 

 Esta ha tenido una vida, sin duda,  efímera, de tan sólo un día. Fue y ya no es. Ya no es más que una vida borrada. RIP.

miércoles, 28 de febrero de 2024

Polish

 Ventajas de trabajar en un sitio así, con gente de tantos sitios y tan diferentes procedencias. Estos días estamos celebrando por la mañanas un evento denominado INTERNATIONAL CULTURE FAIR, con el objeto de que algunos de los compañeros que comparten nacionalidad, nos hablen de sus países, mostrándonos lugares a visitar, cuestiones emblemáticas del país y algunas muestras de la gastronomía autóctona.

 Hoy tocaba recibir información sobre Polonia, país del que tenemos una pequeña representación de cinco personas, todas chicas, que nos han dado una pequeña lección de gramática de su muy complejo idioma, mostrado información sobre los muchos lugares que se pueden visitar y obsequiado a los que hemos asistido,  con algunas viandas: dulces, caramelos y algo de queso y embutido ahumado, regado con refresco con sabor a caramelo, muy popular en aquellos lares.

 Tras visionar alguno de los videos que han proyectado entre tanto, tras la conclusión del último, se ha iniciado un breve pero intenso debate, en el que nuestras compañeras insistían en lo mucho que ha cambiado el país, en cómo se ha modenizado, dejando atrás la etapa comunista, en la que la compleja infraestructura de productos y servicios de la economía socialista, dejaba muchas veces desabastecidos supermercados y otros servicios básicos, condenando a sus ciudadanos a una vida de subsistencia y carestía. 

 Puede que los tiempos cambien, pero nunca dejamos de proyectar en lo que somos, de dónde venimos. Si ya lo tenía claro por otros medios, hoy, casi sin querer, he vuelto a tener constancia, a percibir ese peculiar carácter polaco, dotado de dosis de nostalgia y tristeza, muy común en  aquellos que se han visto expuestos durante mucho  tiempo a situaciones de tiranía, injusticia o simple y puro escarnio.

  Claro que visitaré algún día Cracovia y entraré en la librería Matras de la plaza del Rynek, catalogada como la librería más antigua del mundo. Será una experiencia maravillosa, como la de visitar un país amable y cercano, cuyas gentes, se merecen ser lo que se propongan, sin sufrir menoscabos de nada, ni de nadie.

Partido a partido

 No, no estaba muerto, al parecer estaba de parranda, de hecho cada día lo está más.

 Hace quince días Nuñez Feijóo era una especie de cadáver político, se había alimentado la idea de una caída adelantada a cuenta de unas elecciones en el que había sido su feudo y que iban a ser su derrota definitiva; hace quince días en el principal partido de la oposición ya estaban poco menos que afilando los cuchillos para iniciar el proceso de sustitución.

 Cómo han cambiado las cosas en apenas dos semanas. De perder Galicia a manos de los sedientos de poder nacionalistas, a renovar la mayoría absoluta y de propina, un caso de corrupción a cuenta de una oscura adjudicación de contratos de mascarillas por la pandemia, agita al principal partido de gobierno y tambalea la ya de por si precaria mayoría que sostiene a este ejecutivo.

 En política nunca se sabe. Hoy estás muerto y mañana eres más presidenciable que nunca. Igual es lo que pasa por vender la piel del oso antes de cazarlo, que cuando nadie lo daba por válido, han aparecido Rueda y Ábalos para revigorizarle. Quien sabe lo que pasará mañana. Visto lo visto, en este país en política nos hemos vuelto más cholistas que el propio Simeone. Partido a partido.