La puerta de la esperanza

La primera vez que hoy hablar de Juan Antonio Vallejo-Nágera fue en casa, a cuenta de una foto suya dedicada que tenía mi padre, cuyo autógrafo había conseguido en El Horizontal, restaurante de alto copete de la zona alta y noble de El Escorial, en el que mi padre trabajaba en sus años de pluriempleo, cuando a su sueldo de cartero, añadía las horas que echaba en aquel local de restauración.

 Recuerdo verle mirar la foto con delicia, que seguramente haya sido la única firma que haya pedido en su vida, recordando la educación exquisita, atención y amabilidad de aquel hombre, al que con el tiempo acabaríamos viendo mis hermanos y yo, en las páginas de sociedad de las revistas, y en la televisión junto a Jesús Hermida. 

 Por casualidades del destino, rescatado de una muerte segura junto a otros libros que una compañera de trabajo iba a tirar a la basura, llegó a mis manos el que fue su último trabajo como escritor, La puerta de la Esperanza, libro publicado al alimón entre las editoriales Rialp y Planeta, y escrito por el también escritor y amigo, Jose Luis Olaizola, autor de la mejor novela infantil jamás, escrita en este país, (Cucho, 1982) que, como todos los libros publicados por el doctor, fue éxito de ventas. Ëxito desgraciadamente efímero, ya que el libro salió de la imprenta meses después del fallecimiento del doctor por culpa de un cáncer fulminante, allá por el año 1990. 

 Con el formato de entrevistas grabadas que luego Olaizola transcribía al papel, Vallejo - Nágera hace un repaso a su vida de hijo de médico, padre que a la sazón ha sido considerado por muchos como el Mengele español, por la contundencia y afinidad que mostró al franquismo, así como a sus técnicas de depuración, de estudiante de medicina antes de completar la carrera y la especialización en Psiquiatría, de la obtención de puestos por posición, hasta alcanzar la cátedra universitaria, del logro de su nutrida y generosa cartera de pacientes, de su faceta privada como marido y padre, tras contraer nupcias con una rica heredera de origen filipino, y, en fin, de cómo una a una fue desarrollando todas y cada una de sus inquietudes casi a la manera de un hombre renacentista, saltando de la medicina a la literatura, de la literatura a la pintura Naif, y de los pinceles a la faceta de comunicador y conferenciante, sazonando todo eso, con sus pinitos en el mundo de la encuadernación de lujo,  del gof, el polo, y la asistencia a los saraos de la alta sociedad, que le hicieron codearse con artistas, toreros, diplomáticos, aristócratas y reyes.

 Casi podría decirse que es dificil encontrar una existencia tan bien aprovechada, una vida tan intensamente vivida y tan universalmente reconocida, pues es complicado aún hoy en día inhibirse de la vida del polifacético doctor, cuya presencia es visible en medios, programas de cocina, o revistas de papel cuché donde varios de sus decendientes, hijos o sobrinos, son protagonistas.

 El libro, dramático pues narra los últimos momentos de vida de un hombre venido a menos a causa de su dolencia física, que le consume página a página, es un canto íntimo a las creencias más íntimas de su protagonista, donde inevitablemente sale a colación su acendrada profesión cristiana católica, de la que fue acusado fiel durante toda su existencia, incluso a riesgo de poner en tela de juicio su credibilidad profesional como médico.

 Varios pasajes critican duramente eso que el doctor denomina nuevas modas y relación moral de los progres, término que curiosamente ahora está de rabiosa actualidad,  en temas tan significativos como el adulterio o la homesexualidad, que como no podía ser menos, el doctor rechaza, aunque con eufemismos. Lejos de denominarles directamente enfermos, considera que los que profesan el sexo con congéneres de su misma condición son persona complicadas, que necesitan de mucho cariño y comprensión para hacerles ver y dar entender lo erróneo de sus conductas.

 Y repentinamente toda la ejemplaridad y respeto que la figura del doctor me  inspiraba, después de tantos años desde que viera por primera vez la foto del autógrafo de mi padre, se vino a pique con las consideraciones del médico, que antepone su condición de creyente, a sus obligaciones como profesional de la medicina, con base y formación científica y académica. Me recordó una de las razones por las que un día dejé de creer y considerarme católico, fruto de esa cobardía de pobres y ruines hombres pequeños, incapaces de poner el grito en el cielo, para protestar frente a la curia, por unas creencias arcaicas que menoscaban la integridad de las personas, tildándolas de enfermos y de escoria; quién sabe cuántos maricones no acabarían en alguna de las instituciones que hombres como el doctor dirigían y en donde diagnosticaban sus conductas desviadas, antiguos manicomios, hoy afortunadamente desaparecidos; allí terminaron muchos homosexuales, que eran apartados de la circulación con la tolerancia del régimen entonces vigente.

 Mucho ha cambiado este país desde entonces, y no precisamente gracias a personas como el protagonista de este libro, cuya lectura, pese a todo, merece la pena abordar, con el respeto que se merece quien sufre y afronta con dignidad el último tramo de una vida abocada a la muerte.

 

 

 

Colón 2.0

 Volverá la foto de Colón, y lo hará con los mismos protagonistas, con los tres tenores opositores, que buscarán el efecto de la foto y el ruído de la recogida de firmas, para tumbar al gobierno del spin doctor, y es que Sánchez no sería Sánchez sin Redondo. Valido de nuevo cuño, ministro sin cartera, aprendiz de Rasputín, llena más artículos y columnas de opinión que todos los ministros del consejo, juntos. Rubalcaba no llegó a tanto en su etapa con Rodriquez Zapatero. En la derecha, el ruido de los asesores en la sombra no es tan acuciado. Seña de identidad de una socialdemocracia en transición eterna, que es en realidad decadencia,  incapaz de generar nuevos adeptos, ni siquiera de vivir de las rentas del Welfare state y las leyes de derechos civiles.

 La batalla de los indultos es una batalla perdida. No sólo por los girones que entre los sufragistas propios puede generar su concesión, sino por el grave precedente que supondría concederlos a título colectivo, cuando la ley sólo lo permite a título individual, y con el dictamen contrario del Tribunal Supremo, algo inédito en la concesión de estas medidas de gracia. Ratonera de la que no se sabrá salir, porque no la hay. Eso lo convierte en un brindis al sol, en una última tentativa de mantener la coalición, de llevar la iniciativa para activar al electorado propio, en un país al que la cogobernanza a hecho al gobierno más daño que la labor de la oposición. 

 La segunda foto será pues una foto triunfadora, un punto y seguido del descalabro del cuatro de mayo, un acto de precampaña en toda regla. Colón como colofón de la decimocuarta lesgislatura.

Imagen y liderazgo

 Reconozco que me chóco anoche ver en El Hormiguero, en medio de Trancas y Barrancas la figura de un canoso Felipe Gonzalez, al que antaño era complicado sacarle entrevistas de ningún tipo. Recuerdo las amargas de queja de un compañero de doctorado, Santi, que andaba en aquellos últimos años de siglo pasado, empeñado en hacer su tesis sobre el liderazgo en la izquierda en España, siendo precisamente el análisis de la figura de Felipe, uno de sus puntos de apoyo. Ni siquiera para que le dorase la píldora uno de sus correligionarios, ( Santi era afiliado al PSOE), estaba, el entonces impenetrabre ya ex- lider del partido y ex-presidente del gobierno. 

 Me pregunto si entonces hubiera imaginado que acabaría hablando en un programa de estas características, abonado a las entrevistas informales con chicha, que Pablo Motos lleva encanbezando desde hace ya unos cuantos años. Y eso que es un político retirado, que no ejerce más allá de las deliberaciones a título consultivo, que le requieren de cuando en cuando, como miembro del Consejo de Estado. 

 Quizá porque el análisis y presencia de los medios es distinto ahora, y las opciones de exposición son mayores. A nuevas formas de mostrarse, nuevas disposiciones a hacerlo. ¿Qué habría hecho el Felipe de los años ochenta y noventa si hubiera tenido al alcance un arma tan poderosa como es internet?  Seguramente le habría mandado mensajes via a Twitter a su archienemiga Margaret Tatcher, con la que pese a todo, siempre mantuvo una cordialisima relación personal. 

 Pocos oficios deben estar más a la última que la política, donde la imagen es casi todo, más allá de unas ideas, prácticas e iniciativas que cada vez andan más diluidas y se muestran menos relevantes,  a juzgar por cómo vota el respetable cada vez que se acerca a las urnas. La transversalidad de las listas, donde cada vez hay menos rastro de conciencia de clase, animan a los profesionales de la política a aventurarse a estos menesteres, donde más que disertar, exponer o replicar, hay que interpretar y posar. Liderazgo amasado a fuerza de esforzarse en sacar a relucir un repertorio interpretativo que no ganará galardones de la academia angelina, pero si obtiene votos que abren el camino hacia La Moncloa. Interpretar, más que nunca, es poder.

Gracioso perdón

 No me mires, que te indulto.

 En una especie de tira y afloja andamos, las fuerzas centrípetas, (una de ellas), la que gobierna y las centrífugas. Buscando el punto de encuentro, que permita establecer un nuevo equilibrio de distensión. 

 Y eso que dura ya diez años. Ciento veinte meses de desavenencias, de marcar la agenda de todo el país. Años de conflicto heredado, de patata caliente que pasa de unos a otros, sin que nadie dé con el remedio. Y aunque las llamas han descendido, las brasas que permanecen tienen todavía un poder pirómano inmenso.

 Del rechazo al Estatut a la condena de los instigadores del 1-O, pasando por el 155 y terminando por la búsqueda de un indulto. Ese que más teme el prófugo de Waterloo, porque lo dejaría más aislado todavía si cabe, en su peculiar cruzada de denuncia de un país corrupto y represor, que no reprime a nadie.

Pero implementarlo es tarea casi imposible. Tal es la cantidad de jirones que puede dejarse en el intento el jefe del ejecutivo, que el simple hecho de contemplarlo ya le está costando votos en las encuestas. Ni en tre sus partidarios tiene simpatías la idea de ejecutar la posibilidad de un indulto, que más que indulto ha de ser una amnistía por la vía de los hechos consumados.

 Esa gracia, la del perdón, ya la ejecutó el segundo presidente de la democracia, el primero electo, en el año 77. Fue una amnistía política, si bien muchos delincuentes de diferente pelo, se vieron favorecidos por la apertura masiva de las cárceles franquistas hacinadas. Precisamante los instigadores y ejecutores del mayor atrocinio de esa etapa, los que perpetraron el asesinato de Carrero Blanco, salieron limpios y sin mácula, apenas cuatro años después del petardazo, que dinamitó para siempre los visos de continuidad del régimen del 36. 

 El perdón que plantea hoy Sánchez es más una amnistía que indulto, por razones politicas, como aquella otra vez, y, como entonces, dejaría en la calle a gente que no se arrepiente de lo que hizo, y que volverá a hacerlo en cuanto tenga el viento de cola y un escenario propicio para intentarlo. El pacto de investidura tan heterogéneo como imposible de justificar, que le ha llevado a La Moncloa de la mano de Podemos, tiene peajes difíciles de realizar.

 El gobierno socialista vigente quema uno de sus últimos cartuchos, en aras de prolongar una legislatura que sólo tendrá credibilidad si Sánchez consigue un compromiso formal por parte de los reos, de que no quenbrantarán de nuevo el orden constitucional. De no existir esa fórmula intermedia, de respeto a la ley sin renegar de lo hecho, podemos dar por zanjada la legislatura.Ni los socios sustentaran la mayoria de gobierno, ni el pacto entre rojos y morados tendrá sinergias necesarias para buscar la continuidad de un gobierno con mayoría simple.

 Esperemos acontecimientos, aunque las urnas parece que nos llaman, en cualquier fecha una vez transcurra el verano. La suerte está echada.

 

Comunismo y Libertad

 Se muestra molesta Almudena Grandes en su artículo homónimo aparecido en El País Semanal, del pasado 23 de mayo, con la polarización ideológica que protagonizó las pasadas elecciones autonómicas en Madrid, donde, a priori, fue la libertad la que ganó al comunismo.

 Y se encuentra molesta, porque como bien refiere en su artículo, hubo un tiempo en que ser comunista era sinónimo de libertad. Libertad que le retrotrae a los tiempos de la República, de la Guerra Civil, del largo ostracismo del franquismo, y de los oscuros pero necesarios años de la Transición, que tuvieron como colofón el régimen del setenta y ocho, ( como lo llaman algunos),  en el que ahora nos encontramos. Todo ese bagaje de pasado y de lucha encauzada vía movimiento obrero, no influye a la hora de aproximarse a las urnas, se lamenta.

 No hay que ser muy listo para observar ese tono de reproche contenido pero evidente, en el que anda instalado buena parte de la nueva izquierda, esa que ha intentado capitalizar el espíritu del 15M que, con un tono más bien paternalista, afea a sus hijos, el desvío de su conducta, eligiendo como representantes a candidatos que no hacen honor a ese pasado de sufrimiento y trabajo. El capistalismo ademas de explotar, abduce y atonta, observan. 

 Hace años para un obrero tener un libro en la mano era un lujo. Hoy para un trabajador en precario o para un beneficiario de un subsidio de 476 euros del Estado, tener un smarphone de última generación o internet en casa son bienes de consumo tan básicos como un litro de leche o un paquete de lentejas. Quizá porque los tiempos han cambiado y la vara de medir a la hora de valorar las cosas, también. La conciencia de clase, esa que tan importante es para un comunista, se ha diluido como agua, y no condiciona en modo alguno a la hora de afrontar el derecho al sufragio.

 Igual que me parecen obsoletas las recetas económicas de esta nueva izquierda, abonada a nacionalizaciones e intervenciones del mercado, más arcaicas aún me parecen estas arengas de clase, que tratan de manosear un pasado al que lejos de honrar, humillan con estas traslaciones temporales en el tiempo. Izquierda de inadaptados, incapaces de afrontar la realidad de un mundo global que la derecha  lee con soltura, y del que se aprovecha a conciencia. Tardarán tal vez, pero  terminarán por entenderlo.

 Termina Grandes mandando un abrazo al autodefenestrado Pablo Iglesias, por homenajear a comunistas y por ser el único que dice la verdad.  ¿Verdad, para quién? No se consuela el que no quiere, aunque para ello vivan en la inopia. Están en su derecho.

Vuelo de Ryanair

 Un caza intercepta las comunicaciones de cabina. Transmite un mensaje claro al comandante del aparato. Dan instrucciones para desviar la nave y a hacerla aterrizar, no donde procedía, como vuelo comercial que era, sino en otro aeródromo en Minsk. Una vez allí se detendrá a un pasajero que forma parte del pasaje. Ocurrido esto, se dejará al resto de los pasajeros y a la tripulación en libertad, para que reanuden su ruta interceptada.

 Bien podría ser una escena de Goldfinger, o de cualquier otra película de espías o de acción. Pero ni James Bond es el detenido, ni tampoco ningún delincuente peligroso bajo orden internacional de arresto, al menos en apariencia. El detenido es un bloguero, y quien han provocado este incidente internacional, el gobierno de Bielorrusia, puesto que ha interceptado un vuelo comercial entre  Atenas y Vilna. Habemus lío, y de los gordos.

 Que la realidad supera a la ficción, es algo más que un tópico, es una realidad que acongoja, especialmente cuando los hechos que acontecen hacen referencia a muerte, ese compañero de vida constante, del que todos nos hacemos cargo, pero que nos impacta cuando aparece. Pero hechos como el de hoy  alcanzan el grado de perplejidad, de incredulidad por la magnitud de la acción, que se antoja excesiva, en relación a la detención que se ha producido.

 Ver para creer. ¿Qué dirán el resto de los pasajeros del vuelo cuando lleguen, por fin a Lituania?. ¿Presentarán una hoja  de reclamaciones? Y ante esto, ¿ Quien responde por daños y perjuicios? Desde luego, lo que no pase en un vuelo de Ryanair,no ocurre en ninguna otra parte, siempre dados al espectáculo, desde el momento que despegan, convirtiendo el trayecto en una especie de tómbola continua, que sólo termina cuando suenan las fanfarrias que anuncian que el vuelo llega en hora. 

 Y conociendo a su histriónica gerencia, quien sabe, igual hasta sacan tajada publicitaria de esta anomalía. Publicidad gratutita, para una compañía y un sector que no tienen esperanzas de recuperar el mismo nivel de actividad que tenían antes de la pandemia, hasta 2024, al menos.

 

2050

 Número redondo, propicio para elucubraciones, para hacer estimaciones a medio plazo, para fabular sobre como serán las cosas.

 Desde que soy muy crío he prestado atención a estimaciones de este tipo. Hace años cuando era un alumno de la E.G.B., decía mi libro de tercero, que las reservas de petróleo se verían comprometidas a partir de la primera década del siglo XXI. Ya estamos en la segunda y la merma será obvia, pero siguen los combustibles fósiles moviendo el mundo.

 De hecho el movimiento ecologista ya no traza proyecciones a treinta años vista. Década a decada van publicándose estudios que hablan de pasar página; veremos qué variables inciden para poner ese punto y final que no encuentran en los pozos y extracciones esquilmados.

 Las últimas grandes proyecciones son en clave económica y perfilan un futuro precario, carente de comodidades y de recursos, un futuro de involución y escasez, como si nada de lo que hubieramos hecho para mejorar la vida hubiera cuajado.

 El tiempo pondrá las valoraciones de ahora en su lugar, y dirán si las próximas generaciones, contando desde la nuestra, se apuntan el tanto de dejar este mundo peor de lo que lo heredamos.  Como para hacer historia.

Nada o mitad

 Lo que empezó siendo una desamortización, ahora es un reajuste en toda regla. Fuimos,  somos, pero nadie sabe si, seremos, o seguiremos siendo, mejor dicho.

 Es lo que tiene recibir un órdago a chicas, donde el doble o nada se sustituye por un nada o mitad;  quien sabe si estarás dentro o dónde estarás. 

 Entramos en plena fase de realidad, de comienzo y reactivación después de una tempestad que aún deja con su resaca las últimas secuelas, frenazo en seco que, siendo muy honestos, no es una sorpresa para nadie. Cosas de ir al tran tran desde hace meses. Nueva normalidad que promete cambios sin ton ni son, aunque en realidad ya estén trazados con tiralineas, en la penumbra. Incertidumbre enlatada de siete meses de duración, con desenlace embadurnado de mazapán y de luces de navidad.

 

Marcha azul

 Hace cuarenta y seis años una turba inmensa, compuesta por personas de todas las edades, sin más arma que un Corán en la mano, o banderas flameantes al viento, cruzó a pié la tierra de nadie, apenas un puñado de kilometros desiertos, que servían de frontera entre Marruecos y el que entonces era denominado  Sáhara español, antesala de un campo de minas donde las tropas del ejército aguardaban atónitos para repeler un ataque sin armas de fuego perpetrado por civiles. Con el dictador moribundo y atenazados por el miedo a provocar una masacre que hiciese claudicar ante la opinión pública internacional el régimen franquista, las élites al mando acabaron capitulando y entregando la colonia que desde entonces gestiona el reino alauita con la oposición del Frente Polisario y la división de opiniones entre los Estados miembros de la ONU. Hoy con los mismos protagonistas,es Ceuta la invadida, no por tierra sino por mar, a través de la zona de playa conocida como el Tarajal, por un puñado de desamparados magrebíes, manipulados por el gobierno que controla  Mohamed VI, lanzados al ataque por miles, para armar bulla y confusión, como señal de protesta por la permanencia en territorio peninsular de un alto cargo del Polisario.

 No hay acción sin consecuencias. Tan rotundo como claro. De aquellos lodos han venido estos barros, y puede que sólo sea un anticipo de otras posibles acciones. Como Castro con la crisis de los balseros, a los que dejó de impedir que se arriesgaran a cruzar las aguas de llenas de peligros, ( corrientes y tiburones), para intentar llegar con embarcaciones muy precarias a las costas de Florida. 

 Hoy no es la frontera de España la que se vulnera, sino la de la Unión Europea, pero con eso y con todo, sigue siendo un problema de vecindad con el reino africano del sur, que no acepta ni el no reconocimiento de España de la cesión del territorio, ni la soberanía de las dos ciudades autónomas, bajo bandera española con lo que la cuerda nunca deja de estar tensada. Pasan los años, las generaciones, pero los conflictos permanencen. Herencias constantes que no se molestan ni en adaptarse a los nuevos  tiempos.

Antigénico

 Antigénico clarificador

Antihigiénico método nasal,

Bastoncillo que te taladra el cerebro 

Lágrimas de cocodrilo disimuladas,

mientras la enfermera dice aquello de:

Ya está.

 y unos minutos de espera

de estrés contenido,

de hacer cábalas 

Elucubrando sobre cómo actuar 

en caso de que sí, 

Pero es no.

Y ya es la segunda vez. 

Qué vida ésta,

Tan en precario, 

abonada al dictamen del diminuto juez

Bastón de mando que sentencia

Leyendo un oráculo de mucosas.

Idus de marzo de nuevo cuño.

Y así todo,

Hasta que el enemigo invisble,

Por fin claudique.

 

Novedad

 Estado de novedad. Lunes de comienzo de semana atípica y atópica. la puerta cerrada, no deja paso ni permite la salida.

 Lunes al sol, pero de ventana. Pajarillos que amenizan la mañana de pantallas y mensajes de whatsapp. Quedan once días de reclusión menor, con internet y lecturas siempre en papel; no más empachos en formato digital, por favor.

  Efectos colaterales de la nueva normalidad, que obligan a parar por aproximación y  sin caída. Asistencia telefónica tranquilizadora. Protocolos y más protocolos. Cuando llegará el día en que esto sea como un catarro común, de anuncio con alivio Redoxón, sabor naranja. 

 Pié cambiado, aún con todo, camino, paso a paso.

Sand

 Cabeza inclinada, altura de tiralíneas. Tanto cuando aproximas como cuando haces salto de mata. Hierro beatífico, bálsamo de desalientos. En la bolsa eres como un remedio de botica. Gracias  a ti, otros nueve caerán, y acabará el recorrido con buen sabor de boca. Palo de provecho.
 

España vaciada

 Hay caminos que no son de ida y vuelta. Hubo un día en que determinadas zonas se quedaron huérfanas, viendo partir a sus hijos para que buscaran mejor vida y acomodo en las grandes urbes. Obligaba la necesidad. Por mucho que tire el terruño, el camino es definitivamente no retornable. No sólo no reciclamos el plástico, tampoco los recuerdos de identidad y vida.

 Ahora esa España que fue cantera y suministro de mano de obra, ha sido bautizada como vaciada. A los que se fueron por trabajo se han unido los que se fueron por muerte natural. Y sin nadie que haga de reemplazo, infinidad de localidades de interior son carne de ruinas y vegetación. La naturaleza que recula a paladas con la civilización, retoma impenitente lo que un día le fue arrebatado.

 Hasta un 42% del país con densidad de población ínfima, está en peligro de extinción.  Ni la tan cacareada globalización que ha reducido a cero las distancias y que permite ganarse la vida desde cualquier parte donde haya una conexión a internet parecen revertir esta tendencia. No a la vida tranquila, al aire limpio, a los entornos idilicos, a la vuelta a las raíces... La querencia por la convivencia y la superpoblación no están en cuestión. La rururbanización es un quiero y no puedo que parece, que hace pero sólo luce de cara a la galería.

 La presencia del bicho solo ha sido un espejismo. Lapsus de un año que ha creado turistas de empleo en remoto. Las aguas volverán a su cauce.

 Buenas noticias para la flora y fauna. Ellos no pierden nada, sólo ganan, como casi siempre que el hombre está muy lejos.

 

Dilemas

 Dilemas de cuatro ruedas. Un cacho de chapa y un mónton de trocitos en forma de piezas. Puzzle de meses de investigación. Y resultados vacuos. 

 Grande o pequeño, gasolina o diesel, tres o cinco puertas. Diatribas por todas partes que se vienen abajo al ver fotos, que. como en los chats de ligues, no se corresponden en la realidad, con lo virtual ofertado. Medias verdades para todo, hasta para comprar y vender. La vida es un mercado contínuo. 

 Miedo a a la frustración, a bajar la guardia, a tirarse al primero que pase. Y terminar diciendo aquello de: fue más dificil encontrar vehículo que conseguir el permiso para usarlo. Lo de los renglones torcidos tiene aquí una nueva variante. Si vuelvo a nacer, prestaré más atención en clase de matemáticas, cuando cuenten aquello de que la distancia más corta entre dos puntos, es una línea recta.

 Rato de barebecho a modo de tregua y a la carga otra vez. Filtros de Wallapop, para que caigan precios y modelos, colador que filtra poco y deja más morralla que pepitas. Algún día sonará la flauta.

 

Caballero Bonald

 Se ha ido el último mohicano,

 el nonagenario poeta gaditano

exponente de la generacion del 50.

 Y se ha ido como vivió

com esa chispa y retranca

tan propia de su forma de ser,

de la que hizo gala

hasta el último día.

Seguro que habrá hecho bufa,

del poco ruído 

que su marcha,

ha hecho entre los que se apuntan

a los homenajes 

cuando hay sustancia que ganar.

 Ni un sólo representante

del mundo institucional

ha dado el último adiós

al gran poeta.

Mejor.

 Buena forma de empezar

tu nuevo deambulear

por la otra vida.

 Empiezas sin lastre,

el de los caraduras que se apuntan 

a la foto,

aunque no hayan leido 

ni una sóla linea tuya escrita.

 Descansa y empieza en paz

tu camino a la eternidad

esa que negro sobre blanco,

ya te has ganado aquí.

 

 

El huerto de Emerson

 Es como estar delante de un amigo, tomando un buen café y charlando de tiempos pasados y poniendo sobre la mesa, al olor de un buen torrefacto caliente, tiempos pasados, que pueden ser mejores, o no, pero son al fin y al cabo, y forman parte de la vida de uno. 

 Así es como se siente uno leyendo las páginas de este trabajo breve y por ello, insuficiente, por lo corto que se hace y rápido que se lee, con que Luis Landero ha vuelto a ponerse en primera plana del mundo editorial. Presentado como una continuación de El balcón de Invierno, también publicado en Colección andanzas de Editorial Tusquets, cuenta en clave de recuerdo, pequeñas pinceladas de vida, siempre acotadas al espacio de infancia que supone su pueblo extremeño, abandonado hace sesenta años, y que pese a la distancia y los años, es un referente fundamental sobre el que se contruyen otras experiencias de vida.    

 Lectura que supone un repaso breve pero intenso a una vida de guitarrista, en París y sin hablar francés, de profesor de instituto como filólogo, y de escritor que comparte sus experiencias, convirtiendo al libro en un repaso a lecturas, autores e influencias de este brillante narrador, referente de escritores y de personas, aquellos que han tenido la suerte de tenerle de profesor de literatura. Y todo ello con el fondo de la obra de Waldo Emerson, cuyos volúmenes de ensayos son una de las lecturas que más han marcado e influido al Landero hombre y escritor.

 Más que un valor seguro, leer a Landero es una experiencia única. Imprescindible si se quiere estar al día en lo más notable de la literatura reciente en lengua castellana.

 

 

 

Comuneros

 Se cumplen quinientos años de la revuelta contra el rey extranjero, aquel que venía del norte, que no hablaba español, que traía consigo a su séquito, de cual se fiaba y con el cual pretendía gobernar, ninguneando a las élites patrias. Caldo de cultivo necesario para que comenzase la trifulca.

 Qué importante es mantener viva la historia, revisarla, replantearla si surgen nuevos datos que permitan hacer su relectura. Estas próximas semanas no serán pocas las publicaciones que con de rigor histórico o novelístico revivirán las andanzas de Bravo, Maldonado y Padilla, en aras de ofrecer a la conmemoración un aire de recuerdo de un acontecimiento vital en la historia de este país.

 Recuerdo cómo de niño nos contaron este pasaje de la historia de España como un rechazo a lo externo, como una reacción conservadora y provinciana, que no quería aceptar los aires de modernidad que traía el Rey Carlos con su administración. Han pasado los años y con ellos la visión que del acontecimiento tiene uno. No era un acto de involución, sino de rechazo de unas clases y élites, que veían como el percal iba a cambiar de manos. Como de costumbre y detrás de cada revolución, o intento de ella, hay una clase alta que apoyado en las familias productivas, busca mantener su status quo a toda costa.

 Y como es habitual, las clases más bajas, son parte al ser usadas por quienes andan detrás del enjuague. Pasan los siglos, pero en lo referente a los grandes movimientos, nada cambia. Detrás de cada revolución hay una élite dispuesta a llevarse su parte del pastel, o a mantenerla, que para el caso da lo mismo.

  Comuneros de Castilla, estais de vuelta, aunque formaís parte del adn de quienes habitamos en esta parte del mundo, así que nunca os habéis ido del todo. Que vuestra efeméride sirva de estudio y también de reflexión, porque sólo conociendo el pasado se tienen armas poderosas para frontar el futuro.

 

Patentes

 Estados Unidos ejerce de líder. El primer país en apoyar la eliminación de los derechos de patente, esos que dan la exclusividad para elaborarlas, a los laboratorios que las han desarrollado y registrado.

 Podría ser una revolución, conceder a cada estado el derecho de poder elaborar sus propias vacunas sin necesidad de pasar por las manos del creador. Filtrado mediante la Organización Mundial de la Salud (OMS), sería dar la oportunidad a todos de conseguir la ansiada inmunzación, sin discriminaciones económicas, esas que dan la opción de optar por la salud a los que tienen más dinero para comprar dosis.

 Sorprenden las primeras decisiones que han transcendido de la Administración Biden, el casi octogenario  presidente estadounidense que está convirtiendose en adalid y referente del progresismo internacional. Con Kamala Harris de escudera, están tratando temas peliagudos con amplitud de miras, y sin mirar los sondeos de opinión, esa costumbre que de un tiempo a esta parte se ha convertido en inapropiado mecanismo de referencia para muchos de los governantes del mundo, a la hora de gobernar. Con programas y no al trán trán, es como un dirigente puede tomar decisiones. Los tiempos de los grandes estadistas y líderes con visión estructural y no coyuntural, han de volver en algún momento.

 Vacunas, asunción del problema migratorio sin muros de por medio, aceptación del problema racial sin medias tintas ni opiniones de parte, muchos son los síntomas que invitan a tener esperanza con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Faltan por dirimirse cuestiones capitales como la senda económica a seguir, o cual es el papel geoestratégico trazado desde el despacho Oval, pero hay razones para pensar que nada tendrá que ver con la administración presidencial saliente; y esto es sólo el bagaje de unos días, para alguien por quien pocos apuestan para un segundo posible mandato. El candidato gris, de escaso gancho en la campaña, apunta maneras e ilusiona en el ejercicio de sus funciones. Esperemos acontecimientos. 

Debacle

 Las cartas estaban echadas, pero nadie esperaba un órdago así.

Apabullante,  alcanzando los escaños de su orquilla, pero por la parte alta, con un 45% de los sufragios emitidos y un millón de votos de diferencia con su inmediato perseguidor,  que no ha sido  el partido del puño y la rosa. Con un escuálido 17% de respaldo, los socialistas afrontan un final de primavera que apunta a movimientos y cambios. Aviso para navegantes.

 Ahora que el gran líder morado entrega la cuchara, el futuro de la coalición es una incógnita. Falta por saber cómo gestiona Moncloa este escenario de presión inesperada, fruto de la decisión de orientar unas elecciones en clave estatal y con la reválida de hacer los deberes ante Europa, en puertas. Huele a canícula de reflexión y vísperas. 

 Para esto no hay vacunas, esas que con su virus parecieron quedar relegadas ayer por unos votantes que han acudido a las urnas más en clave económica que sanitaria. Percepciones  diferentes que generan resultados sorprendentes. Cuando cree uno que no hay nada nuevo, ocurren cosas como esta. 

 

 

Paulatino silencio

  Cae por su propio peso. 

 Distancia física que se prolonga sin el ruido del teléfono, 

 de los mensajes, de la aplicación de Internet 

 que registra conversaciones a través de la red.

 Silencio frío, témpano de hielo, 

 camino de convertir en dos extraños,  

 a quienes hace uno año por estas fechas 

 cohabitaban entre vaivenes 

 y crisis de comunicación. 

 Entonces hubo, 

 ahora sólo queda un poso, 

 mañana será un simple recuerdo.

 Paulatino silencio, mientras la vida sigue, 

 sin que ocupe apenas espacio.

 Donde hubo fuego,  sólo queda ceniza. 

 Hasta que vuelen y termine,

 por llevárselas el viento.

  Del todo.

Reflexión

 Velando armas.

Mañana es el gran día de Madrid. Nunca antes la autonomía de la Osa mayor habia despertado tanta expectación a la hora de escoger a sus representantes, y es que la región que da cobijo al Foro, ha pasado de ser una comunidad sin peso político, a ser la principal referencia del conjunto del Estado. Relevancia inversamente proporcional al decrépito presente de la otrora nacionalidad histórica, que pasaba por ser la puerta a Europa y al mundo. Al seny le suple el vivir a la madrileña. Cambio de testigo y de lema.

 Elecciones  anticipadas en clave nacional. Nadie se juega más mañana en el escrutinio que el inquilino de La Moncloa. Se bosqueja un cambio de inercia que deje en los huesos la aventura de coalición.La todavía joven democracia de la piel de toro sigue quemando nuevas etapas.

 Que hable el pueblo con sus votos, y que sea una fiesta, pese a ser martes, porque tener la oportunidad de opinar y elegir, siempre lo es.