Moreno playero

 Los defensores del moreno playero tienen un nuevo enemigo en puertas: La mascarilla.

 El famoso moreno agromán patentado por los ciclistas en brazos y piernas tiene un nuevo aliado. No sólo maillots y culottes y demás prendas de uso deportivo, ayudarán a sembrar la piel de esas zonas blancas, pálidas, carentes de alteraciones en la melanina.

 Ni bikinis minimalistas, ni trikinis de nueva generación. De nada servirá aligerar la capacidad de cubrir piel con minúsculos trozos de tela, con la llegada de la mascarilla quirúrgica o de cualquier otro tipo. La cara, principal exponente del tono oscuro favorecedor, tendrá que pelearle a la mascarilla cada centímetro de piel con el barniz de crema protectora.

 Queda como consuelo pensar que sólo estamos en marzo, y que tal vez, para cuando sea la temporada de baño con todo rigor, las condiciones sean otras, idea nada peregrina, a tenor de lo cambiantes que son las condiciones de un tiempo a esta parte. 

 Sólo la vacuna podrá aliarse con el bronceado de todos los veranos. Quien sabe si en junio...

 

Patada en la puerta

 La Ley Corcuera, aquella que promovió el que fue ministro del Interior en uno de los gobiernos de Felipe González, justo en aquellos meses en que éramos el centro del mundo, (año 92), a diferencia de otras muchas disposiciones legislativas que pasan para la ciudadanía sin pena ni gloria, sumidas en la más profunda de las ignorancias, ha tenido una proyección en el futuro, que va mucho más allá de su fecha de derogación, ( la normativa dejó de tener efecto en 2015).

 De norma ha pasado a chascarrillo, a comentario de taberna, a recurso del que apropiarse en medio de una reflexión cuando se quiere hacer ver que, a veces, hay que tirar por la calle de en medio para llegar a alguna parte o conseguir lo que se pretende.

 Asociada a acciones policiales en las que prima la efectividad frente al delito, antes que la rigurosidad con respecto a lo que marca la ley, es grande el campo de aplicaciones que pueden sugerirse. Y muy diferentes las posibilidades en que puede intentar aplicarse.

 La última referencia a la tan cacareada patada en la puerta, viene a colación de por la celebración de botellones en pisos particulares, esos que antes se organizaban en parques y al aire libre, y que ahora por cuenta de las restricciones horarias, se prolongan a lo largo de la noche en espacios cerrados. 

¿ Es una falta administrativa, o por cuenta de la necesaria protección en mitad de la pandemia, es constitutiva de delito a la salud pública? ¿ Dónde está la línea de separación? En función del espectro ideológico en que se mueva cada cual, la aguja del qué puede hacerse, se moverá hacia un lado u otro. Y mientras los leguleyos y picapleitos tendrán base para sus actividades de clarificación y revisión de situaciones que, por novedosas, obligan a replantear prácticas administrativas, judiciales y policiales.

 Para ir hacia delante, volvemos hacia atrás, y para resolver situaciones nuevas se recurre a cosas ya pensadas y ejecutadas. En materia de legislación nunca se sabe cuándo una norma pasada puede servir para hacer frente a algo reciente. Van a tener razón los británicos, cuyo sistema legal nunca deroga leyes, en previsión precisamente de esto, de que la ley vieja pueda en un momento puntual cubrir lagunas de la ley más moderna.  Porque nada pasa, porque todo vuelve.

 

 

El barquito

 Nada más poético, más etéreo, más sutil,

Nada más literario, más plástico, más visual,

que ver un velero surcando las olas

en medio de ese entorno de agua

evocador e inspirador,

que es el mar.

 Hasta que el barquito se vuelve un mastodonte

y en vez de un océano, 

transita a paso lento

por un paso de agua

un atajo,

una via de escape 

ganada a la tierra

que sirve de paso

y ahorra con todas las consecuencias.

Canal que comunica,

un mar y un océano.

¿Y qué pasa, si de repente,

 se queda cruzado,

e impide el paso?

 Que pone al mundo boca arriba

todos de cráneo,

ayudando mentalmente

a los remolcadores que se afanan

en desatorar el buque

que tiene en vilo al mercado,

y a los suministros.

Pérdidas millonarias

mercancias que no llegan a dónde deben,

Ya hasta en el agua montamos atascos.

Qué año llevamos, natural, llevamos.

Para enmarcar.

 

 

 

Al tran tran

Así vamos, a pocos, como con el paso ralentizado, a cámara lenta.

Como si viviesemos una etapa de sequía, y el que antes era un torrente caudaloso, ahora sólo mostrara un reguero de agua minúsculo y enclenque, que se abre paso por su cauce afanoso, a falta de fuerza. 

 Tiene menos agua, pero aún con todo, tiene.

 Como ya dijera  Heráclito, el oscuro, la vida es como una corriente de agua y esa agua que transcurre, nunca es la misma, aunque veamos siempre el mismo río.

 Lo malo es que esa corriente es fina y lenta, y transcurre timorata, como si tuviera el temor de volverse agua estancada en algún momento.

 Heráclito tiene razón, todo fluye y nada es lo mismo. Agua que va y no vuelve, aunque esta sea un agua que baja escuálida, esta vez. Eso es lo bueno, motivo de esperanza, lo que ahora va al tran tran, mañana volverá a su viejo caudal en algún momento, y las zonas húmedas revitalizarán un estado de ánimo ahora latente y abotargado. Altibajos existenciales que son ahora colectivos y que trocarán en alegrías indivuales. 

 El río de la vida seguirá su curso, camino de su desembocadura, al océano abierto. Futuro no escrito pero más deseado que nunca. Vivimos más pendiente de lo que está por venir, que de lo que tenemos encima. Proyección como evasión. 

 

Decisiones

 ¿ Qué hay detrás de cada decisión que tomamos?

 Res extensa separada de una mente cavilante. Pero, ¿Dónde anida la voluntad, es sólo incorpórea, o tiene algo que ver con ella lo material y físico?.

 Realidades pararelas que son parte de una misma cosa. Infinitas y eternas. Sabemos dónde acaban, pero no donde empiezan.

 Decisiones, cavilaciones y pulsiones. Fruto de la mente, del instinto. Sí, pero, ¿Qué ejerce de causa eficiente?

 Quien descubra la causa primera, convertirá su hallazgo en religión.

 

 

Turismo de botellón

 Magaluf, pueblo costero de las Baleares, con nombre de personaje de El Señor de los Anillos. Muldialmente famoso como otros puntos costeros del mediterráneo, por ser destino de adolescentes en fase de aproximación a la edad adulta, atraídos por las fiestas, las discotecas y el alcohol a raudales, encantos de juventud explotados por operadores turísticos de muy bajo coste.

 Tanto han cambiado las cosas que ya ni la posibilidad de dormir la mona en la playa es aliciente imprescindible para buscar viajes de este tipo. Basta tener bares abiertos hasta las diez de la noche, pisos patera donde hacinarse para seguir la borrachera hasta el lunes por la mañana y un aeropuerto que es un puerta abierta del tamaño del arco iris.

   No hay posibilidad de hacer balconing, pero si de castigarse el hígado como si no hubiera mañana. Pasar cuarenta y ocho horas por calles llenas de sol y noches llenas de desfase, bien compensan pagarse un PCR, o falsificarlo, que tanto da.  Todo sea por vivir unas horas de descontrol y aventura, con el morbo que da saltarse las normas, pues no en vano el lugar elegido está bajo restricciones, como en toda Europa.

 Destino de baja estofa. Madrid va camino de ser una postal de recuerdo para alguna  generación de cirróticos y drogatas, que contarán a sus nietos como en medio de la crisis sanitaria, birlaron cuantos controles hallaron,(o no), a su paso, para pasar unas horas de farra al sol que siempre más calienta, aquí abajo.

 Mal hacen las autoridades madrileñas en hacer la vista gorda este tipo de prácticas, que además de dejar poca chicha en las depauperadas cajas de los locales de hostelería, ponen en tela de juicio el rigor y la responsabilidad de los reponsables públicos, obligados a cuidar al extremo los excesos para evitar más casos positivos por COVID. El turismo de botellón sólo deja vomitonas y brotes de contagio, y manda al traste muchos esfuerzos por contener la pandemia y sus consecuencias. Mal negocio.

 

 

Hacer país

 Bancos de pruebas. Elecciones en clave autonómica que en realidad son comicios de ámbito nacional. Llamadas a las urnas espurias, pues lo que opinan tan sólo un puñado de ciudadanos tiene secuelas y consecuencias para el resto de súbditos.

 Coincidiendo con San Valentín, poniendo a prueba el efecto Illa. Las elecciones a la Generalitat requirieron la libranza del ministro estrella en la pandemia, todo para contrarrestar, el proyecto contestatario liderado desde la fuga y el exilio, ese que convierte en títeres a los presidentes ejercientes, y mantiene intacta el affaire Cataluña en la agenda política nacional. El cambio de cromos, la pérdida del liderazgo en votos que pasa a manos de ERC, invita a pensar en cambios, pero el afincado en Waterloo seguirá manteniendo su area de influencia, tenga o no tenga inmunidad en el Parlamento Europeo. 

 A la vuelta de la resaca de comienzos de mayo, esa que junta el día del trabajo con el de la Comunidad de Madrid,  festividad apropiada por esta zona del país que bien debería ser festivo de todo el territorio, le llega su turno de ir a las urnas a los vecinos del Foro, convocados a ejercer su derecho al sufragio de manera abrupta, imprevista, como resultado de los movimientos que desde Moncloa buscaban socavar el poder autonómico de los populares en Murcia y Castilla y León, gracias a mociones de censura que han resultado infructuosas tras un giro de película horneado en los fogones de la desmatelada sede de la calle Génova. Cuando parecía que con eso teníamos ya bastante, y con apenas veinticuatro horas de diferencia, nos enteramos de la renuncia del vicepresidente segundo, postulante a candidato por los morados, a la presidencia de Madrid.

 El próximo día cuatro, martes laborable, estarán en juego varias partidas, que pondrán las bases del futuro de la política a nivel estatal,  el grado presencia de Ciudadanos, partido que ha rozado poder con las puntas de los dedos y que en horas ha visto como los populares le han planetado una opa hostil que ameneza con engullirlo como la ballena a Job. La continuidad de Podemos, que la presencia de Iglesias asegura, aunque falta por ver a qué nivel eleva al partido de los círculos, que fía su continuidad a la capacidad de un líder que esta amortizado como candidato transversal. La huida del Consejo de Ministros y la censión del testigo a la creciente Yolanda Díaz, no hacen más que poner en evidencia la caída de un político cuya química solo convence a sus condicionales, y en sentido decreciente.

 Crisis de gobierno que lejos de abrir una brecha, es una panacea de alivio. La nota discordante desaparece, al menos la más estridente. Falta por ver cuánto le queda a la cohabitación de izquierdas en el poder, pues no será esta la última crisis de gobierno que viva el gabinete Sánchez. Hoy más que nunca, la perspectiva de completar la legislatura es más quimérica que otra cosa.

  Cataluña y Madrid, pasando por Murcia y Valladolid, Por más que buscamos separarnos y hacer vidas separadas, más se entrelazan nuestros destinos, esos que ligan el futuro y la suerte del país a lo que hagan tres diputados tránsfugas en la Asamblea de Cartagena. Cuanto más nos empeñamos por hacernos distinguir, más se unen nuestros día a día. Un raro ejemplo de hacer país, buscando lo contrario, sin quererlo.

San Bienvenido

 Santoral que da comienzo a la semana con la mejor onomástica.

 Primera semana de la primavera, última de amaneceres con luz y de atardeceres a oscuras.

 Inicio productivo tras pasar un fin de semana de padres y temperaturas en asceso.

 Sonrisa de ocho a cinco, carga de trabajo medida y asumible, embarazo inesperado anunciado a bombo y platillo, en la primera reunión de trabajo. Seremos uno más en un año en que no sabemos cuántos seremos de menos.

 Bienvenidas sean todas, tan buenas sensaciones en tu día. Ya te celebramos sin celebrarte, y disfrutamos sin planearte. Nada como el placer de lo no previsto y de lo que viene de cara, sin haber hecho nada para que te suceda. Delite y disfute del "porque si".

 Porque cada día puede ser un gran día, sólo basta con no esperar nada de particular, y disfrutar de todo lo que venga. Sin más ínfulas, porque no hacen falta.

  

 

 

Día del padre

  Feliz día del padre, aunque no suenen tracas ni fuegos purificadores que rematen la celebración. Va para dos años que no se indultan ninots, ni se entrega al poder arrasador de las llamas todo lo malo que han deparado los doce meses anteriores. Será curioso de ver, cómo los maestros falleros representarán, cuando se pueda,  la efigie del diminuto bicho que nos tiene medio parados y al tran trán.

 Que el estado de parados por alerta sanitaria permanente en que nos encontramos inmersos no desmerezca la jornada. Pese a todo sigue siendo fin de semana largo. Tiempo libre, cosas por hacer, o no, que cada vez es más valioso holgazanear sin más miras que no dar palo al agua. Qué poco valorado está el ser improductivos en nómina con derecho a seguridad social y  a ratos. Somos cuando hacemos, y cuando no, también.

 Celebrar con mesura. Regalos con pátina de hidrogel. Besos metafóricos y abrazos con medida de distancia. Que la provisionalidad no haga decaer ni ésta ni niguna celebración venidera, mientras nos quede seguir así. 

 Felicidades a todos los padres, donantes y colaboradores necesarios, de vida.

Derecho a la muerte

 Suena extraño juntar esas dos palabras en una misma expresión. Poner fin a la existencia debe y puede ser una posibilidad, a la que debemos tener acceso en determinadas circunstancias, extremas, y por voluntad propia. Desde hoy, junto a Holanda, Bélgica y Luxemburgo, la eutanasia será legal en nuestro país.

 Derecho que se auna a una voluntad que no es autónoma,  que requiere de un segundo cómplice para poder ponerla en práctica y ejecutarla. De lo contrario asistiríamos a un caso de suicidio, regulado como delito en algunos países por considerarse a la persona un bien o propiedad del estado; qué paradoja, delinquir para quedar sin castigo. 

 Cuestiones morales, cuestiones religiosas, posicionamientos pro-derechos humanos... Pocos temas generan mayor grado de disputa y confusión. Sobre qué es la vida, qué valor tiene, y en qué grado tenemos o no derecho a disponer de ella, es cuestión que no dejará nunca de crear opiniones enfrentadas. 

 Cuestion de matices, de modos de entedender las cosas, pero, ¿La dignidad debe estar sujeta a estos vaivenes? Más que de vida o muerte habría que hablar precisamente de eso, de dignidad. ¿La tiene alguien postrado en una cama, en estado de coma irreversible? ¿ Tiene sentido alargar una vida así, que sólo redunda en dolor y agonía, para quien la sufre y sus más allegados?

 No haría falta más regulación que la del sentido común, para dar vía libre a un asunto como este. Cuando algo no es viable, hay que desistir, dejarlo marchar. Seguramente pocas cosas habrá más humanas y más generosas que este sacrificio de una vida que ya no puede ser más. No se trata de jugar a ser Dios, se trata de evitar el sufrimiento, máxime cuando se tiene la oportunidad  y los medios para ello.  

 Principios de una bioética por pulir, asentada y libre de fundamentalismos. Si somos seres humanos, comportémonos como lo que somos, con respeto y sobretodo, dignidad.

Paripés

 Estadísticas, herramienta indispensable con la que ayudarse para entender infinidad de de cosas.  Son como una especie de libro abierto, que da datos, unas veces interpretables, otra veces esclarecedores. Hay, desde luego,  una estadistica para todo, tanto que casi ya no somos capaces de entender qué sucede a nuestro alrededor si no se nos administrata ese numero con su correspondiente porcentaje.

 Entre la marabunta de encuestas electorales, que arrojan proyecciones estadísticas para los próximos comicios madrileños del 4 de mayo, llama la atención un estudio de la Consultora Adecco, en relación a los porcentajes de la población activa que desempeñan tus tareas profesionales mediante el recurso del teletrabajo en España. Segñun este trabajo, cerca de 2.8 millones de asalariados trabajan desde casa, lo que supone un 14.5% del total.

 Lejos muy lejos quedan estas cifras del cerca de 40% que si operan desde sus hogares en países como Holanda o Suecia. Como en tantas otras cosas, y afectos meramente laborables, España está a la cola de Europa.

 ¿ Qué justifica está carencia de mayor cantidad de trabajo en remoto?  ¿ La falta de recursos y medios técnicos?, ¿ La falta de voluntad o de interés?, ¿ La desconfianza por tener a los empleados lejos del alcance y control que supone compartir el lugar físico de trabajo?

 Es cultural. Eficiencia frente a presencia. Resultados frente a simplemente mostrarse. Otro estudio de hace algún tiempo comentaba que éramos griegos y españoles los trabajadores que mayor numero de horas pasabamos en las oficinas, sin que esa cantidad de horas invertidas mejorase los ratios de productividad. Por increíble que parezca, sigue estando mal visto que a la hora de salida se te caiga el bolígrafo y salgas con puntualidad, la misma que se te presupone al entrar, y lo que es peor, la gente presume de lo mucho y de las muchas horas que trabaja. Puro y simple paripé, ¿ Otra variante de la ancestral picaresca española? Si y no. Casualmente, los desempeños de tareas que se realizan desde los lugares de residencia, prolongan las jornadas de trabajo, y no necesariamente por simple postureo.

 Me decía una vez Ype, un buen amigo y compañero holandés, que no nos entendía a los españoles. Que teniendo tantas horas de luz y de sol al día, con buena temperatura además, cómo era posible que no salieramos antes. Obviamente no tuve argumentos con los que rebatirle, y eso que yo si soy de los que cumple con escrúpulo los horarios de entrada y salida.

 Quizá el teletrabajo vaya en aumento,de forma paulatina, no sólo por razones de salud, como desgraciadamente marca en la agenda la actualidad sanitaria. Pero no bastará con que tengamos medios y razones para quedarnos en casa. Ni tan siquiera que salgan estudios que incidan en el ahorro energético y otras posibles ventajas añadidas. Es muy importante que tanto emprendedores como trabajadores por cuenta ajena entendamos que quizá es importante cuestionarse el tipo de relación que tenemos con nuestros respectivos trabajos.  Hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, ni siquiera simularlo.

 

Reina Sofía

 Ley de extranjería, para la Reina Sofía.

 Era una cantinela, en forma de soflama de manifestación, alcanzando el rango de ocurrencia de beodos, que tuvo su mejor momento hace unos cuantos años, cuando el rey emérito aún estaba en activo y no sonrojaba a nadie con sus asuntos turbios, básicamente porque no se sabían, gracias a esa ley del silencio que siempre rodeó a la Casa Real y que hasta hace bien poco no era una prioridad para nadie. Cuando había pasta en los bolsillos y las tarjetas de crédito crecían debajo de las piedras, nadie pedía cuentas a los regios Borbones. Cosas de las vacas flacas.

 Siempre me pregunté por qué habia que aplicársela sólo a ella, si Juan Carlos tampoco nació en España, sino en el exilio de Roma,  donde su familia terminó por afincarse, toda  vez que Alfonso XIII hiciera mutis por el foro, huyendo por barco desde Cartagena.

  Cosas de las rimas. Lo cierto es que con su habitual saber estar y respeto por la gente, hoy ha vuelto a dar que hablar, por ser tan sencilla como solía ser cuando era la Reina en activo. 

  A sus ochenta y dos años, y haciendo uso del requerimiento que la convocaba para recibir su primera dosis, hoy ha sido vacunada en un ambulatorio de El Pardo- Fuencarral, el que le corresponde por residencia.

  Sentido común, mesura y humildad. razones que siempre le acompañaron y que ahora, más que nunca, cuando además conviene dar ejemplo, dan la razón a los que creen que la ley de extranjería hay que aplicársela a otros miembros de su familia, antes que a ella.

Dicen los síntomas

  Tiene esta novela de Bárbara Blasco un poso de intimismo, de despedida con recuerdos y reproches, que recuerda de una forma inevitable a la obra de Miguel Delibes, Cinco horas con Mario. Si en aquella obra era una viuda la que hacía repaso de su vida en pareja ante el cuerpo presente e inerte de su marido, en Dicen los síntomas,(Premio Tusquests de novela 2020), es la hija, la que hace repaso de su relación con el padre, en coma y sin visos de poder recuperarse, en sucesivas noches de compañía en una habitación de hospital compartida.

 En semejante escenario, todos los temas importantes en la vida de una mujer, salen a relucir de manera lúcida y sencilla: la relación paterno filial, los encuentros con la vida adulta y la elección de un modo de ganarse el sustento, la búsqueda de la estabilidad emocional y la maternidad, todo ello sazonado por el revés que supone sufrir un cáncer de mama que obliga a replanterase todo, como si se tratase de un nuevo comienzo.  

 De una prosa sencilla y natural, con una narración que está llena de frases y sentencias que bien podrían convertirse en argumentos de un dietario a seguir, contruye Bárbara Blasco esta historia profunda, llena de giros inesperados, donde lo que parece apriori imposible, termina por cumplirse, y en donde el azar, vuelve a jugar un papel central al dar al fin de la historia un final imprevisto y hermoso.

 Conmovedora, intensa y reflexiva. Lectura de poso agridulce que se termina con una sonrisa en los labios, y una sensación de optimismo, que invita a caminar ante todo y sobretodo, porque sólo andando uno puede encontrarse sorpresas en la vida, que no siempre han de ser malas. 

 

 

Tenorio de viernes

Don Pedro: 

Cálmate pues vida mía;

reposa aquí, un momento

olvida de tu convento

la triste cárcel sombría.

¡Ah! ¿ No es cierto, ángel de amor,

que en esta apartada orilla

más pura la luna brilla

y se respira mejor?

 

Doña Inés:

Pues... No.

Es todo una mierda.

Fin

 

Del sorpasso a la bisagra

 Son horas frenéticas, que pasarán a días, al menos dos más, los que necesita el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, para ofrecer su veredicto en relación a la reclamación que la Mesa de la Asamblea ha presentado contra las directrices que se deducen del Decreto 15/2021, del 10 de Marzo, por el que queda disuelta la cámara de representantes, concluída la legislatura y convocadas eleciones autonómicas para el próximo martes, 4 de mayo.

 Mucho se viene hablando sobre el papel que está jugando la presidenta saliente, Díaz-Ayuso, cuya convocatoria de elecciones ha dejado descolados a todos,  pero no menos del que ha desarrollado Inés Arrimadas, desencadenante de los acontecimientos, al dar el visto bueno a la moción de censura que en la Región de Murcia, C´s y PSOE han pactado para desalojar del poder a Lopez Miras.

 Desde que se supiese ayer a primera hora de la mañana, la líder del partido naranja ha insistido en el carácter aislado del pacto que con los socialistas han alcanzado en la comunidad autónoma levantina, declarando no entender la reacción que el Partido Popular ha tenido en Madrid, al desencadenar una crisis de gobierno que ha terminado con la ruptura del pacto de legislatura y la finalización de esta.

 Jugada muy arriesgada la de Pablo Casado y sus correligionarios en Madrid, que tras el último movimiento de fichas, se juegan la posibilidad de alcanzar el gobierno a una carta, sabedores de que sus opciones de posibles pactos postelectorales quedan reducidos a la nada, una vez hecho añicos el entendimiento con Ciudadanos. Apoyarse en Vox, principal adversario de la derecha, no parece a día de hoy el más gratificiante de los escenarios para un partido que debe buscar alcanzar el poder por la vía de la mayoría absoluta en la cámara. 

 Pero si arriesgada es la operación Comunidad, orquestada por Díaz-Ayuso, más arriesgada es si cabe, la apuesta de Arrimadas de dar por zanjada la colaboración de naranjas y azules en Murcia, acuerdo que tiene más aristas que las que se le presuponen. El inevitable entendimiento con los socialistas, y la negociación del pacto de gobierno, que no por ser autonómico ha dejado de interpretarse en clave estatal,  han provocado inevitables recelos entre propios y extraños, sorprendidos por este nuevo giro escénico que pone a Ciudadanos en un papel más centrado entre PP y PSOE, con aparente disposición a colaborar ahora con aquellos a los que tenía hasta hace muy poco, vetados. Sánchez ha dejado de estar en el centro de la diana para ser un socio posible, sino con el tiempo, preferente.

 Queriendo o sin querer, la apuesta de la dirección de C´s es la de ejercer de partido de centro, al estilo de los liberal-demócratas en UK o del mismo Partido Liberal alemán; partidos que no tienen ambiciones reales de alcanzar el poder, salvo para ofrecer los escaños faltantes al partido vencedor de los comicios de turno.

 Quien lo hubiera dicho cuando Rivera alcanzó los cincuenta y seis escaños y soñaba con dar el sorpasso al partido de la gaviota. En apenas algo más de 24 meses, un partido que apostaba a caballo ganador, se conforma con aparecer como colocado en las carreras electorales.

 De todos es sabido cuál ha sido la experiencia de los partidos de centro en la democracia española. Puede que la intención de la diputada jerezana afincada en Cataluña haya sido dejar de ser copartícipe de un gobierno anómalo e irregular como el murciano, y de paso, alcanzar un primer gobierno autonómico, pero al apoyarse en el PSOE, en estos términos, ha provocado un movimiento de fichas en el tablero político que dificilmente puede tener retorno. Esta especie de misión a Marte sin vuelta a la Tierra, puede acabar con un partido que ha conquistado  el espacio electoral catalán y que ha sido capaz de cercar al principal partido de la oposición, en un experimento político transitorio y con fecha de caducidad. De vencedor a partido residual, de dar el sorpasso al PP a conformarse en ser un pequeño partido bisagra, apto para, simplemente, coaligarse. Pequeños réditos para una formación que no hace tanto tuvo delirios de grandeza. Hasta que el fundador vuelva del destierro. Si vuelve.

El pañuelo

 Como cuando jugábamos de críos al pañuelo. El que sujetaba el trapo decía un número y salían los aludidos por cada equipo corriendo a la caza y captura de la preciada conquista.

 Aquello era un pulso. Una vez los contrincantes llegaban ante el pañuelo, uno de los dos contendientes debía decidirse, agarrarlo y salir corriendo con la presa. Sólo si su contrincante no conseguía cazarle antes de llegar a su casa, la línea de la que había salido y dónde le esperaban el resto de correligionarios, terminaba por ser eliminado.

 Hoy a primera hora de la mañana nos hemos encontrado con que nuestros políticos en Madrid se han puesto a jugar al pañuelo. Inés Arrimadas, al dar el visto bueno a la Moción de censura en Murcia ha puesto el pañuelo,y ha lanzado un número al vuelo, provocando la carrera de populares y socialistas por alcanzar el preciado trofeo. Unos en forma de convocatoria electoral, otros, presentando una moción de censura en la Asamblea de Madrid. Dirán los tribunales quien ha ganado la carrera, con la ley en la mano. Carrera donde no ganará quien más corre, sino quien más razón legal tenga. Estén atentos a sus pantallas, tan sólo es la primera ficha de un dominó estatal, que empieza a caer.

 

8M

 Nuevo ocho de marzo. Un año más las redes y los medios se han llenado de reseñas, estampas y actividades de homenaje y reconocimiento a la condición femenina, especialmente en lo referente a su necesario status de igualdad con el sexo masculino, algo que no hay que dejar de reivindicar nunca. 

 De entre todas las imágenes que he podido ver, me ha gustado el twitt de una chica que recordaba el recorrido final de Gabriela Andersen, atleta suiza que protagonizó una de las hazañas más impactantes en la historia del olimpismo. Deshidratada, desorientada, medio coja, con el cuerpo ladeado y dando bandazos a lo largo del tartán, recorrió cerca de medio kilómetro, hasta que consiguió atravesar la linea de meta para caer en brazos de los médicos de la organización, que durante todos esos metros, acompañaron a la corredora, bordeando la cuerda de la pista, indecisos sobre si acceder a la calle o no para rescatar a la protagonista de la maratón de la Olimpiada de los Angeles 1984, más recordada que la ganadora de la medalla de oro, Joan Benoit.

Apenas si fueron cincuenta las atletas que tomaron la salida en aquella primera prueba de maratón femenina, cincuenta pioneras entre las que se llevó la fama para la posteridad Gabriela, gracias a su tesón y a su capacidad de sufrimiento, esa que llevó al limite su cuerpo, al borde del colapso, para alcanzar la mayor de las recompensas: terminar aquello para lo que se había entrenado durante años para correr representando a su país.

 Que ejemplos como este sirvan para celebrar un día como el de ayer, y para concienciar a todos que la condición sexual no es obstáculo ni condicionamiento para hacer cualquier cosa que se quiera. La voluntad no conoce de sexos, ni de razas, ni de condiciones sociales. No hay mejor homenaje que interiorizar eso.

España mediática

    Estreno de Nevenka, serie en tres entregas que narra el acoso de un alcalde a su concejala de hacienda. Final. Paso a El caso Alcasser, serie que rememora los aciagos acontecimientos que segaron cruelmente la vida de tres adolescentes.  Los dos rememoran los tiempos de un  país abonado a la tele, que se sentía juez y parte.

 Dos documentales, repaso de la España de hace veinticinco años. España de sainete, capaz de convertir en circo mediático casos tan farragosos y terribles. 

 Hay algo de farandulero, de cotilleo incontrolable, de amor por lo morboso que nos caracteriza como sociedad. Y pasan los años y lejos de atenuarse continúa intacto. Sólo basta con echar un vistazo a la parrilla de programación televisiva y ver como los denominados programas del corazón, siguen copando los índices de audiencia. Televisión que no languidece, pese al impacto que internet tiene en los hábitos de ocio.

  España que es un circo, que se apunta al lodazal como juego, que se deja llevar con espacios que no dan que pensar, que invitan a la tertulia fácil y simple.

 Como si en vez de salas de estar, tuviesemos en casa una inmensa taberna, donde corren a raudales el alcohol y los torrenteras vocingleras, y no para hablar de fútbol, necesariamente. Pan y circo, pan y toros, Pan y chismorreos. Evolución de la máxima romana. Seña de indentida patría, desde Levante hasta las Canarias. Suma y sigue.

La Caverna

  Dicen que cuando se cierra una puerta, se abre otra,  aunque hay puertas que no se abren, por más que uno quiera verlas así, abiertas.

 Más si cabe cuando el miedo, que es el más poderoso arma que existe sobre la faz de la tierra, atenaza.

 Se acercan nuevos periodos festivos, periodos de asueto, de descanso. Momentos de cambiar de rutinas, de salir del día a día, y todo eso tendrá que hacerse, nuevamente, entre las cuatro paredes de tu casa, que más que un hogar, va camino de convertirse en una cárcel.

 Cada vez nos parecemos más a los esclavos de la caverna, esos que recreó Platón en La República y que sabían de la existencia de la luz del sol, aunque solo tenían vagas proyecciones del mismo en una pared, porque les estaba vetada la salida al exterior, para poder verlo con sus propios ojos, sin necesidad de contar con intermediarios.

 Así que esta Semana Santa veremos las playas por la tele, porque seguro que hará buen tiempo y no lloverá, y veremos cómo en nuestras pantallas se proyectarán imágenes de turistas británicos, mojándose el culo en Benidorm, ese que los patrios tenemos vetado, porque no se pueden realizar traslados entre comunidades, pero si por vía aérea desde otras latitudes europeas. Las pantallas de plasma serán las paredes donde veremos esos reflejos de añorado esparcimiento, mientras seguiremos encadenados a la prisión del toque de queda y el cierre perimetral. Hágase la luz, artificial.

 

Lomas

Lomas en verde

dunas a ratos,

intercaladas como de incógnito;

pausas de agua

que cobijan y dan sustento

a palmípedos

y a bolas perdidas,

como tesoros hundidos

a la espera de ser

repescadas.

Caminatas lentas

trasiegos fáciles 

subidas y bajadas

que trazan una ruta

que tiene por destino

un final de bandera,

Y así, 

hasta dieciocho veces

hasta que la pausa de recompensa

marca el final del camino.

Lomas en verde

lomas de retos y logros

lomas que invitan a progresar, 

pues nunca caminas por ellas 

sin dejar de mejorar 

tus golpes.

Colegios

  Otro ranking más. Cuando de entidades educativas se trata, suelen ser las universidades, los elementos de comparación, figurando en el listado los nombre de las más competitivas, siendo las comparativas a nivel local, estatal, europeo o universal. Todo sea por figurar. Comprobando los datos, lista tras lista, pocas variaciones se perciben, siendo las que ya de por si tienen caché por el nombre, las que copan los primeros lugares. Quien tuvo, retuvo. 

 Hoy aparece en la prensa otro nuevo listado, el de los cien mejores colegios de España. Entre los primeros puestos, no aparece ninguno que sea público.

   Entre los más laureados, aparece el famoso Colegio Manuel Peleteiro de A Coruña. Empezando mis estudios de Políticas en Santiago, muchos compañeros de residencia venían de esa ciudad, y todos comentaban que los de ese centro educativo sabían las preguntas del examen de selectividad, antes de que se hiciesen públicas. Que muchos de sus alumnos alcancen la excelencia en las calificaciones finales de la ahora denominada  EBAU, alimentan una comidilla que atufa a envidia. Run run para la eternidad, práctica habitual de este país abonado a colgar sambenitos profanos.

Disyuntiva público-privado, en donde se asocia la calidad al pago, colegios públicos con buen nivel y capacidad de formar buenos alumnos parecen inviables, al menos por estos lares. Quizá los británicos tengan una composición de lugar diferente. Sea como fuere, la educación es, lejos de ser un pilar, un primer basamento sobre el cual discriminar. Dime qué educación puedes pagarte, y te diré quien eres.

 

Carnets

 Está en fase de estudio, en pañales como diría el otro. Pero a decir de muchos, estará operativo antes de que empiece el próximo verano, estación en la que tantas esperanzas de recuperacion están puestas, ahora que contamos el parado número cuatro millones, afectados por ERTE, a parte.

 En Europa es el Digital green pass, o pasaporte Covid en lengua propia, y en el se incluirán los datos médicos que demuestren que el titular del mismo ha sido vacunado, o cuales han sido los resultados de las pruebas a que se haya sometido, ya sean tests o PCR, que acrediten que el referido ha dado negativo o posee anticuerpos contra el virus.

 En la práctica la aceptación de este nuevo documento de identificación exige la vacunación, esa que a día de hoy es voluntaria en teoría, para facilitar los movimientos del que rece como titular. Las dudas y el malestar que genera esa exigencia de hecho, supondrán muchos problemas y disputas.

  Dime si virus tienes y te dire a donde fueres.

 Tendremos pues un nuevo carné, otro más de los denominados obligatorios ( DNI, de conducir, tarjeta sanitaria, pasaporte, etc....) a los que podremos sumar los que sean voluntarios. Ni para darnos un baño en la piscina podemos pasar de incógnito ya.

 Qué mundo este, que afanado en crear seguridades, exige que vayamos dejando rastro a nuestro paso como si fueramos babosas. Que vayan eliminando del diccionario la palabra privacidad, ficción ya más que realidad.

Los asquerosos

 Con el argumento de partida del encontronazo que sufre el protagonista, Manuel, con un policía antidisturbios que entra huyendo de los manifestantes en su portal de la calle Montera, a quien hiere con un destornillador en acto de defensa, se inicia esta sorprendente aventura que lleva al protagonista, en su ansia por huir de la policía, sabedor de que será acusado de agredir a un agente de la autoridad, a una silenciosa huida, que dará con sus huesos en Zarzahuriel, un despoblado pueblo de interior, donde iniciará una nueva vida, alejado del mundanal ruido. 

 
Los asquerosos, (Editorial Blackie books), es una novela para idealistas, un canto roussoniano de homenaje al hombre primitivo, en contacto con la naturaleza, libre de cuantos artificios nos rodeamos, que lejos de facilitarnos la vida, nos la complica y empobrece a marchas forzadas. Es una reflexión sobre los excesos, sobre la frustración que genera no tener lo bastante, sumidos en una continua espiral de desear cosas que vemos en los demás, solo por el hecho de tener.

Un libro fresco, divertido, donde se pasan diferentes etapas, de la sorpresa del inicio, a la curiosidad de la continuidad con la huida, y de la complicidad del final con la vida tranquila de pueblo, con un protagonista del que nos hacemos complices con la lectura.

 Santiago Lorenzo, gran defensor de la denominada España vaciada, de la que es participe como vecino, ha logrado con este libro algo muy dificil en el mundo editorial construír una historia diferente e impactante. De lectura más que obligada, necesaria.