Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 9 de enero de 2018

La manopla



Caminaba mirando al suelo, como casi siempre. Observando las formas que las baldosas hacen en las aceras, aunque otras veces sólo hubiera cemento o una más práctica pátina de alquitrán.

Se entretiene mirando los envoltorios de golosinas, las colillas que todo fumador tira al suelo, las octavillas de publicidad que apenas cambian de unas manos a otras, unos segundos antes de acabar en el suelo por el desinterés. Todo ello forma un batiburrillo de lo más colorido, aderezado por las hojas de los árboles que este año han tardado más que nunca en caerse.

Y de repente la vio. Una pequeña manopla de color gris que no haría mucho cubriría la mano de un niño de muy corta edad. Allí arrinconada, a los pies de un escaparate de una tienda de zapatos, sola, cubriendo una parte de suelo mojada por la escasa lluvia que había caído un poco antes. 

Sintió un escalofrío, y pena. Como cuando ve un juguete perdido en un parque, o una pelota escondida tras las ruedas de algún coche. Aquel objeto que antes tenía y daba vida, ahora yacía inerte y desamparado, dejando seguramente triste a quien antes lo poseía. Con ese poso de amargura que viene cuando se tiene una pérdida que no se comprende y llega el desamparo que da toda soledad no buscada.

Alza la cabeza y mira al frente, pensando que cuando no mira abajo los recuerdos y pensamientos no caen en innecesarias desesperanzas.