Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 31 de agosto de 2020

Improvisada tumba

 Sin tu aguijón

Yaces inerme en el quicio de la ventana

Y las especificaciones

que por ley

aparecen sobreimpresas

en el cristal del autobús,

Son el epitafio

sobre tu improvisada tumba.

Y yo que me siento allí

velo tu cuerpo minúsculo

encorvado, 

cada vez más caliente,

por la proyección del sol

a través de la luna.

Duelo de treinta paradas

camino de Sol,

ese que da calor a tu sepelio

y te ofrece un responso 

del que soy testigo.

Adios hymenóptera

descansa en paz.

Insecto de vida efímera,

descansas en un rincón

hasta que desplacen de allí

tu inerte exo-esqueleto

reseco por dentro,

aunque ya no te importe

pues una vez que no estamos

todo da lo mismo. 

 


 





 

 

 

viernes, 28 de agosto de 2020

Septiembre

  Último viernes de jornada reducida. El lunes volverán los horarios de invierno. Septiembre anda al acecho. Los calores estivales caen a partir de esta noche.

 Termina la canícula, el tiempo libre, las comidas con melón y sandía, los baños de sol y de piscina.

 Sin embargo este año no tengo sensanción de que nada termine.

 Quizá porque nada ha empezado.   

 El verano más atípico de nuestras vidas, con vacaciones vacilantes y más cortas de lo habitual.

 Como prometí ha sido un verano muy madrileño, apenas un fin de semana en Málaga y otro en San Rafael. Un verano de barrio, de pasar muchas horas en casa con el teletrabajo. De patearme cada rincón de un Moratalaz en el que vivo desde hace once años y que no conocía antes como lo hago ahora.

 Aunque todo apunta a que nada cambiará a corto plazo, yo afronto septiembre como todos los años, con aquella ilusión que tenía de crío, de ver por fin los libros nuevos, que olían a estreno al abrirlos, de pasar las tardes forrándolos para que no se deterioraran, y abriendo y cerrrando el estuche con los lápices de colores perfectamente alineados por su falta de uso.

 Ilusión de ponerme, al fin, otra vez los pantalones largos, después de pasar cuatro meses en bañador.

 Septiembre siempre es estreno. Es retomar el ritmo, volver a la rutina. Ver de nuevo a la gente. Empezar a leer, a estudiar, a hacer en fin, cosas.

 Septiembre es siempre ilusión, esa que no hay bicho que la mate.

 

 

 

 

 

jueves, 27 de agosto de 2020

Radar Covid

 Después de superar una primera fase de prueba, la aplicación Radar Covid ya está disponible para todo el territorio. 

Desarrollada por Indra para el Ministerio de Sanidad, una vez descargada, es tan simple y tan sencilla de usar, que bien podría decirse aquí aquello de que está hecha para tontos. 

 Su forma de activación, muy simple; una vez descargada en el terminal que se posea, hay que activar la función de bluetooth,  siempre que se tenga un smartphone con sistema IOS, y además de aquel el GPS de localización, si el teléfono es de Android.

 Ni hay que meter datos, ni tiene uno que identificarse, ni pide información que podamos considerar comprometida. En la pantalla de inicio, la que aparece cuando se entra en ella, dos mensajes destacan: el grado de posible contagio ( alto o bajo) y una pestaña donde se ofrece a quien se haya contagiado la oportunidad de ofrece y compartir esa información con los demás. 

 Esa información es especialmente valiosa si se nos ha diagnosticado el contagio, y estamos en casa en cuarentena como asintomático. La geolocalización advierte a quien pueda estar cerca de ti, que eres un caso de contagio activo, e invita a todos a protegerse, por la proximidad del virus al lugar donde te encuentras.

 En cualquier caso todas las notificaciones son anónimas. Nadie podrá poner nombre y apellidos ni domicilio a quien advierta que está diagnoticado como positivo.

 Hasta aquí todo lo arriba dicho resulta tan obvio que casi parece una perogrullada la entrada de hoy al blog, pero, como no podía ser de otro modo, son muchas las voces de alarma que se han levantado en contra de la aplicación.

 - Primero están los que no se fían de nada y ven conspiraciones por todos lados. Creen que la herramienta es una forma más de mantenernos controlados.

- Otros en cambio se quejan de tener activo en todo momento bluetooth y GPS, porque consumen mucha batería y posiblemente, datos.

- Por último están los que creen que lo de la confidencialidad no es posible, y antes o después se filtrará información, como dar indicaciones de en dónde estás en cada momento. No es ya que se pierda privacidad, es que encima creen dar pistas de por dónde paran.

 Aunque sobre las cifras hay disparidad de opiniones, se considera  que si seis de cada diez usuarios de telefonía tuvieran activada esta aplicación, conseguiríamos un caudal de información valiosisimo en forma de datos de rastreo, que permitan controlar brotes y, por supuesto evitarlos.

 En algún momento ofreceran datos de cuantos usuarios y descargas se han hecho, y mucho me temo que esa cifra será muy inferior a la del sesenta por cierto que demandan los expertos. La pereza, las dudas y la desconfianza volverán a ser nuestro peor aliado.

 Y para colmo de males mostraremos con esas reticencias una vez más nuestra completa incongruencia. Tan dados como estamos a ofrecer datos confidenciales para comprar por internet o hacer gestiones, sin contar con todo lo que compartimos por redes sociales, nos parecerá que perderemos intimidad con esto, cuando estamos especializados en hacer cosas para hacer nuestra vida cada vez más pública.

 Somos el mejor aliado del bicho. Qué duda cabe.


 



miércoles, 26 de agosto de 2020

Presidencia vacante

 Aunque no parezca hoy el día, ( todo el mundo habla de un burofax y de las reglas que marca la FIFA para regular de qué modo un jugador puede desvincularse de su equipo), me parece que ayer ocurrió algo en nuestro país lo suficientemente significativo para soslayar el affaire Messi.

 Tras una nueva reunión del Consejo de ministros de los martes, se anunció la comparecencia en rueda de prensa del Presidente del Gobierno. Con la lógica expectación que levantan estos anuncios de última hora, se presentó ante los medios Pedro Sánchez, con el cometido de dar cuenta de la situación de la pandemia en nuestro país como principal y único tema a tratar. Ni las negativas a una posible comparecencia en comisión de investigación en el Congreso del Vice-presindente Iglesias, ni las diferencias en el seno de la coalición con respecto a la cuestión del papel desarrollado por la Ministra de Educación Ceelá, que llega muy tarde y mal a las tareas de coordinación del inicio del nuevo curso escolar, consiguieron desviar la atención, del principal tema: la gestión global de la pandemia y la posible llegada de una segunda oleada de contagios.  

 Con cara de relajado, visiblemente sonriente, con un lenguaje corporal que mostraba incluso por momentos suficiencia, y una amabilidad extrema con los periodistas que formulaban las preguntas después de su alocución, el Presidente del gobierno dejó claras dos cosas: que no estamos como en marzo y abril, y que no va a asumir el mando único mendiante la solicitud de un nuevo estado de alarma. Considera que los datos, aún siendo muy malos, distan mucho de los generados en aquellas fechas, en las que no se realización pruebas PCR, para detectar e intentar prevenir, y en donde la falta de abastecimiento de equipos y material de hospitales y sanitarios, provocaron que se disparase una curva que costó sudores rebajar.

 Ante la inminente llegada de septiembre, mes señalado en el calendario por la incorpación de los alumnos y docentes al curso adadémico, muchos han sido y son los que manifiestan temores por la disparidad de criterios que cada gobierno autonómico señala para cada uno de sus territorios. Es por esto por lo que para muchos, la asunción del mando y de la gestión de la crisis sanitaria debía pasar por devolver las funciones de gestión al gobierno del Estado. Y frente a eso, Sánchez ha vuelto a sacar a la palestra su ya famoso término cogobernanza, declarando que las CCAA tienen transferidas las competencias requeridas y el gobierno ya cumple con su cometido, concediendo aportaciones de dinero a fondo perdido y asistiendo a quien lo requiere con el envío de medios, material e incluso, el ejército para que, además de apagar incendios forestales, ahora también ejerza tareas de rastreadores. Frente a quienes le demandaban recentralización temporal de funciones, Sánchez les ha contestado con el Título VIII de la Constitución.

 Insisto, había tanto en el tono como en las formas expresadas ayer, un tono de regusto, de casi diría venganza, de quien durante varias quincenas ha asumido el peso de la gestión de la crisis, y ahora echa balones fuera y deja la responsabilidad en manos de los gobiernos autonómicos. Como si el desgaste que en aquellas semana sufrieran él y su gobierno, pasase ahora a manos de buena parte de quienes fueron críticos con él, especialmente durante el mes de mayo. Va a ser verdad eso de que en política donde las dan las toman, y que quien ríe ultimo a veces rie mucho mejor, aunque no sabes qué consecuencias traeran esas carcajadas para el común.

 ¿ Irresponsabilidad?, ¿Revancha inoportuna?, ¿ Oportunismo político con la mirada puesta en las encuestas? Sea como fuere la responsabilidad real de la gestión queda ahora en manos de cada territorio. El gobierno se limitará a estar expectante, a actuar cuando se le solicite: quien quiera estado de alarma, que venga a Las Cortes y que lo pida.

Sobre si esto es dejadez o no de funciones, daría para un debate tan largo, que excede los cometidos de este post. Pero para muchos, Sánchez ha iniciado un proceso de dejar vacante la Presidencia, vaciándola de funciones que debería acometer por sel el Jefe de Gobierno de todo el Estado. De forma transitoria será un ejecutivo que no ejecuta, ni lleva la labor de liderazgo en el conjunto del país.Veremos qué vuelta de tuerca sufre todo esto, a tenor de los resultados que dé la gestión en las semanas que se avecinan, seguramente muy complicadas.

 

 


 

martes, 25 de agosto de 2020

A contra corriente

 Hay una tierra que parece que va a contra corriente, que hace cosas distintas a las demás.

 En mitad del temporal, da jamón serrano y salvas de aplausos al Rey.

 Se deshace en elogios y agasaja agradecido a los militares que van y ayudan en las labores de extinción de incendios. No se sienten invadidos.

 Son dos pequeñas muestras de esa forma de ser tan canaria como auténtica: la generosidad  que se vuelve hospitalaria y cariñosa, propia de gente que siente agradecida con más bien poco.

 Rasgo identificativo de una gente que ha sabido ser feliz con nada, acostumbrada a las miserias, a vivir al día y con lo puesto. Que siempre se ha sentido sola, alejada de un país del que se siente, pero que no cree que les sienta a ellos igual.

 Siempre he pensado que si hay un territorio en este país que podría cultivar el desapego, ese era Canarias, por su lejanía, por sus indudables diferencias de carácter, (no es la puerta de América por casualidad, las migraciones a Cuba y Venezuela han dejado una huella muy visible), por su especial cultura, y eso que las lenguas aborígenes se perdieron lamentablemente tras las conquistas del siglo XV. 

 Por ser, es hasta distinta la pirámide poblacional; no se encontrarán en toda Europa, mayor número de menores de dieciocho años censados, en un continente que cada día que pasa más geriátrico es. Como si eso fuera un eco de la juventud de la propia tierra, volcánica, emergente del fondo del océano en sucesivas erupciones que acumularon esas coladas de lava que hoy día son la tierra fértil en la que todo puede cultivarse.

 Y sin embargo, son más patriotas que muchos que viven en la piel de toro. Paradojas de este reino de taifas donde son más reseñables las incongruencias de cada cual, por hacer más ruido.



 

lunes, 24 de agosto de 2020

El placer del viajero

 Es la segunda de las que se pueden catalogar como novelas cortas que leo de Ian McEwan, después de Chesil Beach, y al igual que en aquella ocasión, termino la lectura de esta nueva obra, con absoluta fascinación por el manejo que del hilo narrativo hace su autor.

 Con un argumento tan aparentemente tranquilo que casi cae en lo insulso, una pareja de amantes que deciden pasar unas vacaciones en Venecia, McEwan construye en El placer del viajero, ( Edit. Anagrama), una trama que saca al lector del plácido, relajante y aburrido ambiente en el que transcurren las vacaciones de una pareja aisladas en un entorno donde la habitación del hotel y las visitas a la playa, son el común denominador fundamental, tan sólo alterado de cuando en cuando, por alguna escapada nocturna para salir a cenar.

 Todo previsible dentro del majestuso e incierto paisaje que supone Venecia y sus angostas calles, por las que es fácil perderse si no se conocen bien. En una de esas salidas nocturnas de la pareja, el azar hace que Mary y Colin, conozcan a Richard, un italiano de formación anglosajona, hijo de diplomáticos que regenta un bar que abre hasta tarde. La aceptación de una invitación a tomar algo en ese establecimiento por no encontrar otro lugar abierto a esas horas donde poder ir a cenar,  sacará al lector de su letargo y a los personajes de su idílicas y monótonas vacaciones, para comenzar una extraña relación con su particular anfitrión, y su esposa, Caroline, mujer sumisa y enferma, que completará esta especie de cuarteto amoroso al que se unen Mary y Colin sin quererlo.

 De una forma magistral, McEwan traslada al lector por las dudas, intrigas, preguntas, y curiosidades que la extraña pareja despierta en los turistas, y con ellos acaba deambulando por los escenarios de la compleja relación que se abre entre los cuatro, que termina con un desenlace tan inesperado como sorprendente.

 Intriga, punto constante de crecimiento de la intensidad narrativa, acierto en las descripciones de paisajes, ambientes y personajes. McEwan construye, casi sin quererlo una novela de misterio con tintes costumbristas y románticos. Lo que le convierte en un autor diferente, por imprevisible y profundo.

 

 



viernes, 21 de agosto de 2020

Érase una vez

 Erase una vez un barrio, que estaba en el centro de la ciudad, y que era un hervidero continuo de gente. En todas las épocas del año, era complicado pasar por él, y tenías que salir con tiempo para evitar imprevistos por las aglomeraciones.

 Era también un lugar de reunión, casi de culto, un lugar donde celebrar cumpleaños, donde ir con quienes venían a visitarte, un lugar donde cuando no tenías nada previsto, acudías a él,  porque tomarte unas cervezas o unos vinos allí sabía más autentico, más castizo.

 Era el sitio donde acabar un sábado hasta las tantas, donde desayunar un chocolate con churros antes de irte a domir. El lugar donde ir a ver a chicas extranjeras, a rubios altos nórdicos que encandilaban a las lugareñas y lugareños; era el sitio más cosmopolita de la ciudad, probáblemente uno de los más transitados del mundo, el único en que tenía una calle en la que daba igual a qué hora pasaras por ella, siempre verías gente andando y coches transitando, de lunes a domingo.

 Era así, sí. No hace tanto tiempo. Era.

 Y estoy seguro que volverá a serlo. Y que pasar por la calle Postas tendrá su complicación, más aún si cabe desde que el Consistorio, ha decidido peatonalizar complétamente la Puerta del Sol.

 Ayer pasando por ella me dije, que un día cualquiera, cuando el local esté abierto de nuevo, haré noche en la Posada del peine. Porque sí, porque me apetece, Porque quiero dormir en todo el medio, sin más razón ni explicación.

 Será el más estrambótico viaje, con la menos esperada pernoctación. Será mi contribución a animar a ese barrio, a que vuelva a ser una marabunta humana, una fiesta perpetua de ruidos, voces, y celebraciones.

 Volverá a ser, dos veces, o tres o las que hagan falta. No hay bicho que pueda matar una esencia así. No.


 


 

 

jueves, 20 de agosto de 2020

48

 A las cinco de la mañana

después de los dolores

y de los calores

(mi madre da fe),

rompieron unos pulmones nuevos

a llorar,

abriendo así paso a una nueva vida.  

De eso ya han paso cuarenta y ocho años.

Dos terceras partes

muy probablemente

de un camino a veces tortuoso

otras angosto

unas tantas siniestro

y unas muchas agradable.

Balance positivo y abierto 

ínfulas intactas y contenidas

retos activos y en el horizonte

amores baldíos y esquivos

recuerdos bonitos y eternos

Búsqueda de compromisos 

y afectos,

retos más que suficientes

para seguir trotando.

Punto de inflexión vital,

sorprende ver

cómo el paso de los años

no altera los desequilibrios

que configuran una existencia

y la convierten 

en algo digno de ser vivido.

Seguimos, pues

al pie del cañón

convencidos

de que el año que viene,

será.

Que no es poco

que es todo.

¡Salud!


miércoles, 19 de agosto de 2020

Me Explico

  Largamente esperada, la primera parte de las anotaciones o memorias del ex-presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, han salido publicadas por Plaza & Janés.

 Bajo el título Carles Puigdemont, Me explico, de la investidura al exilio, el periodista Xevi Xirgo describe en clave de dietario las andanzas, idas y venidas del antiguo alcalde de Girona, desde el momento en que fue convocado por Artur Mas para ser su sustituto, una vez que la CUP vetaba el nombramiento de este, hasta la madrugada en que de incógnito en un coche particular, cruza la frontera desde su casa para llegar a Bruselas donde permanece en el exilio.

 Son prácticamente dos años los transcurridos en el relato, desde enero de dos mil dieciseis en que es investido president,(el número ciento treinta de la historia), hasta finales de dos mil diecisiete, una vez que el Senado promulga la aplicación del artículo 155 de la Constitución, por el que se decretaban suspendidas las funciones de autogobierno, cosa que se mantuvo vigente hasta junio del año siguiente. De resultas de la aplicación de esa parte del articulado del texto del setenta y ocho, todo el govern fue suspendido y puesto a disposición judicial, sin posibilidad de ser restituido en sus funciones.

 Pese a hablar a través de los ojos y palabras de Xirgo, el relato que constituyen estas más de setecientas páginas es una narración intimista, donde las impresiones de la persona caminan paralelas a las reflexiones del político, que puso contra las cuerdas los cimientos de la aún joven democracia española, haciendo una interpretación sui géneris del mandato recibido en las urnas.

A lo largo de sus páginas, el lector conocerá de primera mano como se coció la gestación del referéndum del 1 de octubre, base sobre la cual formular la promulgación de la Declaracion Unilateral de Independencia (DUI). Meses de trabajos, reuniones, contactos y búsqueda de apoyos, de reconocimiento de una república, que apenas fue declarada por un espacio de menos de diez segundos.

  Intrigas,deslealtades, diferencias de criterio y acción, la lectura de estas memorias políticas deja al descubierto la fragilidad de una coalición, la configurada entre los herederos de CDC y ERC, donde ni la velocidad de crucero, ni el ejercicio del liderazgo  eran compartidos por unos y otros. Con profunda amargura, Puigdemont, carga sin reparos contra la figura de su vicepresidente, Oriol Junqueras, a quien acusa claramente de desleal y falto de sinceridad.

 Falta por verse publicada la segunda entrega de estas memorias, prevista para finales del mes de septiembre de este año. Y por supuesto, como van a calar entre la opinión soberanista las reflexiones de un ex-presidente, ahora europarlamentario, que aceptó el puesto de liderar la Generalitat a dedo, con la condición de hacerlo de forma interina. Esa transitoriedad ha dado paso ahora a la figura de un político devorado por su propio personaje, que a día de hoy ultima la presentación de su propio partido con vistas a presentarse a las próximas elecciones autonómicas catalanas, aún no convocadas por el díscolo y actual president Torra; y todo ello sin perder de vista la batalla judicial que le mantiene fuera de su tierra gerundense, sine die.



 

 

 

 


 

 

martes, 18 de agosto de 2020

Camila, la urraca

 Llega con las primeras sombras

apenas se ve lo justo,

lo imprescindible para elegir

rama y acomodo.

 Sé que está fuera 

porque antes de oir agitarse las hojas

suelta un graznido de saludo

como si me avisara de que 

al fin,

ya ha llegado.

Miro curioso por la cortina

sin apenas moverla

y allí está

despeluchándose

acomodándose su plumaje 

blanco y negro,

nada mejor que tener abrigo

confortable y calentito

para pasar la noche.

 Solo falta de su cama

los días que llueve

o hace mucho viento;

el resto, va fiel a su rama,

que alguna vez cambia

seguramente porque la encuentra

a su gusto.

 Y así todas las noches

a un escaso metro

de mi ventana

corro la cortina y le deseo

buenas noches

a la urraca Camila.

Ni si quiera sé

si es macho o hembra,

pero fue Camila

el primer nombre que vino

a la cabeza, cuando

la vi posarse la primera noche.

Y así seguiremos

juntos

mientras el otoño  

no desarme su lecho

y las hojas de mi árbol caduco

dejen al descubierto 

su refugio.