Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 4 de marzo de 2024

Conticinio

 Queda, la noche, con la persiana ligeramente levantada que deja destellos tenues y lejanos, de puntos de luz que se convierten en brumas. 

  Desvelo tranquilo, sin angustias ni agobios, sin necesidad de mirar al techo buscando respuestas a preguntas que se apelotonan en la cabeza. 

 Sin acúfeno que de al silencio de la noche una intensidad de pitido de localización incierta.

 Paz en mitad de la madrugada. Silencio embaucador como no encuentra uno en el resto de horas del día. El calor del edredón acrecienta la sensación de comodidad, de abandono al descanso.

 Bastará un leve giro de cabeza para acomodarse a la almohada, para volver a cerrar los ojos y caer de nuevo en estado de letargo e inconsciencia. Hay desvelos que no son un tormento, sino un placer de delicatessen, degustado a sorbos, sin más paladar que la apertura y cierre de unos ojos, que duermen y descansan, en mitad de la noche.

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