viernes, 12 de abril de 2024

Mochila

 La palanca cede y se abre la puerta. Entra la luz del sol. La claridad anima el espíritu sólo con la primera brizna de luz que se proyecta sobre la tarima del suelo.

 Se despereza así el día y con él la cabeza, que se espeja viendo el petate listo para salir.

 Días de vino y rosas. De no aporrear teclas de un ordenador. El reloj se queda en la mesilla. Luz y más luz.

  Solo queda hacer el último giro de llave y que el clic de la cerradura selle la entrada.

 Vía.

 


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