Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 31 de diciembre de 2020

Illa

 Es seguramente el mejor exponente del tipo de política y de políticos que rinden presencia en las instituciones últimamente. En otro tiempo sería catalogado de perfil bajo, carente de empuje o de carisma, cualidades que se le suponen a alguien que pretenda liderar proyectos y a personas.

 No es especialista en el ramo, no tiene una personalidad atractiva ni apabullante, no se ha caracterizado por la brillantez o la determinación de sus decisiones y tan sólo su moderación y talante, destacan entre las atribuciones de todo un ministro, Y con eso y con todo es uno de los gestores mejor valorados, si no el que más, en un gobierno, donde lucen más las aristas y las pullas que las conciliaciones.

 Sale indemne de la peor pandemia de la historia, siendo ministro de sanidad, y ahora se postula como candidato conciliador, para intentar hacer que las siglas a las que pertenece  crezcan en Cataluña, para ganar la Generalitat a los rupturistas, aunque para ello haya que sentenciar a un Iceta que se ha ido desinflando como candidato y referente en su partido, poco a poco. Posiblemente sea el caso más destacado de subida al estrellato político en menos tiempo, y casi sin quererlo, en apariencia.

 Y lo mejor de todo es que en breves habrá crisis de gobierno, proceso con el que se designa los cambios que se producen en el consejo de ministros, contemplando los correspondientes ceses y nombramientos. La salida de Salvador Illa para concurrir a las elecciones del catorce de febrero dejará muchas incógnitas, quizá no consiga alterar en exceso el tablero electoral catalán y si logre debilitar a un gobierno que está cogido con pinzas. Se mire por donde se mire es una postura arriesgada, renunciar al mejor exponente del gabinete en aras de alcanzar la gobernabilidad de un territorio. 

 El filósofo politico es la estrella del momento, no consigue muchas alabanzas pero cae bien; en esto se ha quedado el mérito y bagaje que hacen de un candidato una baza electoral apetecible.





miércoles, 30 de diciembre de 2020

Good bye Britain

  En el tiempo de descuento, apenas a unas horas de poner fin a este año tan extraño como triste. Será otro de los nefastos recuerdos que dejan estos doce meses de esperpento.

 Ya es oficial. El Parlamento británico aprueba el acuerdo comercial con la Unión Europea, el mismo que regulará las normas de relación de convivencia de dos entes que dejan de ser socios para ser, simplemente, vecinos.

 Nadie se atreve a valorar que consecuencias puede dejar esta huida en el medio y largo plazo. Por ahora sólo contamos con la certidumbre de que seremos sesenta y cinco millones menos. Para los defensores del tratado fundacional de Roma como punto de arranque de una nueva Europa, son estos momentos verdaderamente aciagos. Nada es para siempre, aunque con los británicos en política, eso no es una sorpresa y como bien se sabe, Roma no paga traidores, 

 Falta que lo ratifiquen los veintiséis, (aunque todo a punta a que será un tramite rápido y evidente), y ese será el nuevo número de banderas que luzcan en los edificios y organismos oficiales, o en la plaza en Achen, cuna de Carlomagno y punto neurálgico y simbólico de una unión que por momentos decrece y entra en estado de incertumbre.



martes, 29 de diciembre de 2020

Inocentadas

 Es el día de las inocentadas realmente, el día después, cuando se recopilan cuantas ocurrencias se han divulgado en los medios de comunicación.

 Y el día veintinueve, dio la casualidad, que la más ocurrente de todas las bromas, no era una falsedad, sino una certeza: Por un tema logístico, la distribuidora de las vacunas contra la COVID, no ha podido atender a su reparto con fecha de ayer.

 Vaya año este que da ya, al fin, sus últimos coletazos. Tan pesado, que hasta el día de las bromas nos vacila dejándonos en ascuas y sin dosis inmunizadoras. Sic. 

 

 

lunes, 28 de diciembre de 2020

El hijo del chófer

 Ocurrió hace cuatro años por estas fechas, cuando la polícia autonómica catalana encontró en un domicilio particular de la calle Fígols, en el distrito de Les Corts en Barcelona a una pareja muerta con signos de violencia. Un disparo de escopeta que cada uno de los cuerpos recibió, fue suficiente para acabar con la vida de los dos, ejecutados ambos por el marido, tal y como confesó en una nota de despedida, donde confirmaba el crimen y posterior suicidio.

 No habría pasado de ser una más de las desgraciadamente frecuentes noticias de episodios de violencia doméstica que con tanta regularidad tienen por víctimas a mujeres e hijos, a manos de sus esposos o parejas; pero en este caso, además de ser noticiable por el hecho, tenía como añadido que el asesino y suicida respondía al nombre de Alfons Quintá, periodista de largo recorrido, que entre otras distinciones tenía en su haber la de haber sido primer director general de TV3 y de la edición catalana del diario El País.

Con este luctuoso pasaje de fondo, otro periodista, Jordi Amat, ha reflejado en un libro  El hijo del chófer, (Editorial Tusquets), la irregular y sorprente biografía de un personaje que desde bien temprano dio muestras de una conducta irregular,tendente a la histeria y marcada por su tremenda ambición, esa que le llevó a codearse con buena parte de la flor y nata de la política y las finanzas catalanas, gracias a la relación que su padre mantuvo con Josep Pla, piedra angular sobre la que se construye el catalanismo de las últimas décadas.

 Lejos de pretender ser una biografía al uso, o una crónica política, Amat ha escrito en un puñado de páginas un relato corto pero conciso de la Cataluña actual, pergeñada desde los años setenta bajo la sombra y tutela de un personaje sin el cual esta no se puede entender: Jordi Pujol. Para curiosos, no iniciados y entendidos, libro especial, diferente y, sobretodo valiente, por arrojar más luz en un conflicto de aristas infinitas.




 

viernes, 25 de diciembre de 2020

El discurso del rey

  Parecía que tuviera la transcendencia del discurso de Jorge VI, el rey tartamudo que con la ayuda de su logopeda, dío a la nación uno de los discursos más transcendentales en la historia de Reino Unido. Anoche, a mesa puesta, y con los españolitos enclaustrados en sus casas en petit comité, otro sexto, Felipe, ofreció los entremeses de la cena de nochebuena con un discurso que, como siempre, no dejó más que críticas.

 Y es que quien flotaba en el ambiente no era el hijo sino el padre, cuyo torpe exilio está dando alas a demagogos y rupturistas de toda condición y pelo. El tan ansiado momento, aquel en que se mencionase de algún modo al rey emérito y, al menos, manifestase su disposición para colaborar con la justicia, en cuantos chanchullos y tejemanejes hayan quedado sin cerrar, quedó desierto, apenas mencionado de refilón con un sentido pero insustancial compromiso con la ética y el respeto a las instituciones, por encima de consideraciones familiares.

 Mucho le queda al rey titular para alcanzar el apoyo y aprecio de su pueblo, ese que un día se declaró abiertamiente juanancarlista sin ser monárquico por principios. Precisamente aquel que navegó entre dos aguas, la de prestar fidelidad a su padre o/y al dictador, y la de ser fiel al mandato popular antes que a los poderes fácticos del momento, aquel mismo que con su carisma y buen hacer se había ganado un lugar en los libros de historia y en los corazones de sus súbditos, y que ahora vive anegado en el fango del destierro y de su máquina de hacer billetes exentos de pagar impuestos, ese mismo es ahora el principal palo que puede hacer quebrar la rueda con la que descarrile el carro de su hijo.

 Feliz Navidad, y felip lapsus navideño, Felipe VI. Enero vendrá cargadito de paramales y diatribas hostiles. Otro bicho que tendrás que capear en medio de la pandemia.  

 


 

 


jueves, 24 de diciembre de 2020

Soledades

 Vísperas de la noche más importante del año. Hay un extraño ambiente distante, como un silencio que flota en el ambiente. Nada de bullucio  ni algaribía por las calles, que en otros años poblaban niños y adolescentes tirando petardos o correteando en sus juegos de críos.

 Quedo el ambiente. Desinflado, sin esas ínfulas de atracón y risas. Esta nochebuena va a ser la más tranquila y, seguramente, la más rara que recordemos nunca.

 Muchas personas van a pasar estas próximas horas solas, aisladas como medida preventiva, para evitar contagios que pueden poner en peligro la integridad de los más viulnerables.

 Va a ser esta una noche de soledades, aunque en muchos casos es una soledad impostada, efímera y calculada. Nada que ver con otras. No hay peor soledad que la de todos los días, porque a nadie le importe si existes o no.  Esa soledad que afecta a muchas personas que viven y mueren, solas.

Así que no hagamos un drama de esto. Una noche de separación no es una noche de soledad, simplemente es una noche de prudencia y precaución. Nunca antes hubo tanto cariño y cuidado en dejar sólos a los que más nos importan. 


miércoles, 23 de diciembre de 2020

Toque de queda

   Doce menos cuarto. Después de una cena diferente en una brasserie toca retirarse. No hay tiempo para las copichuelas de después de la cena para seguir arreglando el mundo con los amigos. Hay que recogerse antes de la media noche.

 Se nota el trasiego de gente, grupos dispersos apostados en cada esquina esperando lo mismo, a la caza y captura de un taxi que no esté ocupado. En condiciones normales a esa hora aún funciona el metro y los buhos ya están en marcha, pero no hay tiempo. Toca recurrir al vehiculo privado.

 Qué tiempos estos que limitan todo, que nos mandan a casa y cercernan el ocio, que nos atrincheran antes de las doce campanadas, cual cenicientas que debemos recogernos con su calabaza.

 A caballo entre la excepcionalidad y los cambios de última hora. Así vivimos de un tiempo a esta parte. Ojalá no nos acostumbremos.

 

 

martes, 22 de diciembre de 2020

Palurdismo

  Dice una encuesta que uno de cada diez catalanes no quiere que el catalán sea la única lengua vehicular en el sistema de enseñanza. Va a resultar que ser independentista no es sinónimo de ser idiota.

 Aún con todo los mentores del Consell y la República siguen alimentado esa suerte de palurdismo, esa que puede que no se inocule con la picadura de un mosquito, pero que si tiene como síntoma el sufrir fiebre alta, fiebre cargada de analfabetismo, secuela resultante de apostar por renunciar a una de las lenguas más habladas del mundo en aras de pulir y cimentar una identidad. Están en su derecho de ser tan tontos como quieran. Está claro.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Lapsus

 Dan las dos. A la carrera la calle. Has quedado en un rato. Tiene que enseñártelo, en tiempo récord. Luego tienes que volver a trabajar.Y llegas allí y te enseña el buga y.. oh, decepción. Nada era lo que parecía; ni el coche, ni el vendedor, un fullero aprendiz de comerciante.Y vuelta a la carrera y a casa a encerrarte delante de la pantallita, y de mala leche por haber perdido dos horas, para nada.

 Y de vueltas a Wallapop. Y a seguir buscando.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Apuestas

 Paseo vespertino de todas las tardes, por aquello de estirar las piernas y moverse un poco, e intentar hacer esos diez mil pasos que dicen las autoridades sanitarias que conviene dar cada día para no acartonarse.

 Son las luces de todos los años, puestas en los mismos sitios, en las mismas calles, pero este año parece que lucen más y que son más bonitas. Quizá se han convertido en el único vestigio de las fechas que se avecinan, que van a ser menos festivas que nunca. Este año no toca tener navidades, por muchas ganas que queramos de juerga.

 Caminando por la zona más comercial del barrio, paso justo delante de una casa de apuestas, que bien podría competir con las luces navideñas. El color verde chillón de las paredes y las luces de la entrada, hacen de reclamo a un kilómetro. En el instante en que llego se abren las puertas de cristal de acceso al recinto y salen dos chavales, espigados y vestidos con un chandal que parece sacado de una película de pandilleros del Bronx. Cuando les miro la cara dudo de su edad, puede que tengan los dieciocho, pero no lo aseguraría.

  No me doy cuenta pero justo a mi lado pasa una pareja de policías municipales, que observan la escena como yo. Y a juzgar por sus caras se quedan con la misma duda, sin saber si los dos críos que han salido hace un momento, tienen ya la mayoría de edad o no. Mientras yo sigo andando y paso de largo, ellos entran en el local, no se si para hacer alguna averiguación, o simplemente hacerse notar y dar así un aviso a los empleados de la casa, que como bien es sabido tienen obligación de verificar que todo el que entra allí tiene la mayoría de edad legal.

 Hace apenas unos días hubo una manifestación en mi distrito a la que acudieron padres y vecinos para protestar por la proliferación de estos recintos de juego, tan sugerentes para muchos por ser una oportunidad de conseguir dinero fácil. La instalación de los mismos a tan corta distancia de colegios e institutos supone un riesgo añadido a los ya existentes para los chavales. Vaya dilema y vaya nuevo escenario de lucha y rechazo, que como tantas otras cosas nocivas, tan pingües beneficios reporta a las arcas del estado en forma de impuestos. Pura incongruencia.

 



 

jueves, 17 de diciembre de 2020

Solidaridad

 A duras penas consigue acceder al autobús, pese a que el conductor ha activado la función de bajada del acceso. Hace un ademán de acercar el tarjeta-monedero al lector para validar su billete, pero no suena la máquina, y acto seguido se sienta en el primer asiento libre que encuentra. El conductor le avisa que no ha pasado la tarjeta, e inmoviliza el vehículo mientras espera respuesta.

 Apenas si son unos segundos que se eternizan, se palpa la tensión. Se incorpora de su asiento y se acerca a la mampara que separa al conductor del resto. Balbucea un español casi ininteligible, en el que tan sólo se entiende: yo papeles en regla, yo no dinero.

 Por la dicción parece que habla una lengua eslava. Alguien que está detrás y que estaba escuchando la conversación, como todos, de repente alza la voz y le habla en la misma lengua. Es una mujer, probablemente compatriota. No tarda el alzarse y acercarse al estribo que sirve de expendedor y paga el billete del hombre.

 Lo que queda de trayecto seguimos el resto del pasaje en silencio, escuchando una conversación que no entendemos entre los dos vecinos del este. Quizá sorprendidos de ver cómo el mundo una vez más es un pañuelo, y en donde menos te lo esperas aparece alguien que viene de tu zona y puede ayudarte. Solidaridad que humaniza un trasiego del día a día en el que no queda tiempo para nada, ni si quiera para ayudar y ser persona.



miércoles, 16 de diciembre de 2020

Incongruencias

 Quedo con una amiga, compañera del trabajo, a la que no veo desde el mes de junio. Después de algunas cervezas se suelta la lengua, y fluyen los temas sin ton ni son, de forma deslabazada.

 Sin venir a cuento me confiesa que aunque está muy feliz por haberlo escolarizado ahí, no termina de estar tranquila por haber llevado a su hijo a un colegio religioso. Está cerca de su casa, coincide con gente de su entorno, el ambiente es adecuado, las instalaciones son buenas, la enseñanza también... pero sigue sin sentirse del todo cómoda. Nos dice que no le gustan los comentarios de los padres, que siente que son clasistas, y que no haya niños de otras razas o procedencias, se siente supremacista.

 Inevitablemente sale a colación la figura de Pablo Iglesias e Irene Montero, a los que critica por vivir en Galapagar en una finca exclusiva y por llevar a sus hijos a un colegio también exclusivo. Dice criticarle, pero entenderle, a fin de cuentas está haciendo lo que cree que es mejor para sus hijos.

 Y llega un momento en que me sincero y le espeto, así sin anestesia: ¿ De verdad puedes vivir con tantos prejucios? 

 La conversación se aplaca ahí y no obtengo respuesta. De hecho deriva hacia otros temas y la atmósfera se destensa. Quizá fuera el fragor de la discusión, que cuando mete de por medio temas políticos o sobre políticos inevitablemente se calienta, o las tres cervezas, que ahora son de más, más que nunca, por la falta de práctica, al salir menos por las restricciones; pero una vez más vuelven las aguas a su cauce cuando los temas se vuelven más mundanos, menos estridentes, mucho menos personales. 

 Quizá ha ocurrido siempre, pero no era tan obvio como lo es ahora, no lo sé, pero en estas épocas en que tan sensibles y tan a flor de piel se manifiestan los pareceres, salen a la palestra de manera inequívoca nuestras incongruencias y frustaciones.Y es que esa linealidad que pretendemos alcazar en casi todo es posiblemente una quimera. Somos libres y parte de esa libertad consiste en aplicar a nuestras existencias tantas contradiciones como creamos necesarias, en función de lo que el momento, las circunstancias o los sentimientos nos exijan. Sin eso, renunciamos a nuestra condicion de personas, sin más.

martes, 15 de diciembre de 2020

Trabajo

  ¿Cuánto habrás de cotizar, veinticinco o treinta y cinco años para poder obtener un retiro digno?.

 ¿Y en qué jornadas lo harás, de cuarenta o menos horas, de cinco o cuatro días a la semana?.

 En esas estamos, discutiendo cuales van a ser las nuevas líneas maestras de un bien siempre escaso en este país, y cada vez peor pagado. Igual es de esas cosas que hay que incluir en las listas de especies en peligro de extinción.

 Trabajo, quizá debamos emplear en el futuro un nuevo término para referirnos a esa especie de actividad de la que obtenemos una remuneración que hace las veces de medio de subsistencia. Dependerá del enfoque, dependerá de la actividad, dependerá de si hace falta hacer algo para obtener recursos.

 Debate más viejo que las parrochas, pero más vital y reciente que nunca. y es que por muchas cosas que cambien, hay algunas que son esencia, y siempre van a estar ahí. Pase el tiempo que pase.



lunes, 14 de diciembre de 2020

Google

 Y Google se cayó, y con el los servicios de correo electrónico, de visualización de contenidos audiovisuales, de gestión de datos en la nube... Unos cuantos millones de usuarios se han quedado con el culo al aire durante un buen rato, hasta que se ha reestablecido el servicio.

 Es uno de los efectos de eso que los sociólogos llamaban hace años la macdonalización del mundo, y que ahora se define simple y llanamente globalización, y es que al estar interconectados también somos más vulnerables. Estar en la misma pecera nos hace a todos posibles víctimas de caer en las mismas redes, seguramente con las mismas artes de pesca. 

 Será cosa de compartirmentar servicios y servidores que los provean, de poner obstáculos y de hacer que lo tengan más difícil a todos los que hacen de torpedear los sistemas infomáticos una forma de vida y de lucro. Nunca sabe uno qué intereses turbios y espúreos hay detras de un hacker. Como siempre ha ocurrido en la vida, la red es un nuevo campo de batalla donde los buenos y los malos libran su lucha. Otra más.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Bares, qué lugares

Bares, qué lugares

tan gratos para conversar,

y para abrevar 

y yantar

que sin mojar el pico y llenar la andorga

 la vida no se puede pasar.

Bares, qué lugares

sin barra, la sin hueso no sabe

qué dilucidar,

esas tertulias de fútbol 

huérfanas de café y porras

de sol y sombra 

y carajillo

de cañas bien tiradas,

con dedo de espuma 

y banderilla.

Sólo un ambulatorio

tiene más recorrido y derechos

de permanecer abierto

aún cuando vienen mal dadas.

Bares, qué lugares

por mucho que confinen perímetros

áreas y segmentos

no hay geometría 

que deje vacía la 

presencia de una parroquia,

que ni por un vendaval

deja de hacer acto de presencia. 

Bares, qué lugares

este año

con más razón que nunca.

jueves, 10 de diciembre de 2020

Papa Noel descafeinado

  Papa Noel viste de rojo por culpa de la Coca Cola y no contento con limitar su fondo de armario, ahora le han degradado a simple repartidor, conduciendo un camión. Donde habrán quedado los nueve renos que antes tiraban de su trineo. Tal vez los animalistas del norte hayan protestado, y le hayan denunciado por abuso animal. Eso de estar surcando los cielos tirando de un trineo atestado de cosas durante tantas horas, no es plato del gusto de ningún ecologista.

 Así que mientras Rodolfo y compañía disfrutan de su retiro, sin duda más que merecido después de tantos años tirando del carro, nunca mejor dicho, ahora su jefe ejerce de repartidor, acompañando y llevando de vuelta al padre intrépido que vuelve a casa porque así lo ha pedido su hija en la carta de todas las nochebuenas. Que no se diga que pierde virtudes de samaritano, pese a conducir un trailer de dieciséis ruedas. 

 Me pregunto que pensarán los críos que pese a todo lo que está pasando esperan con ilusión la venida del orondo benefactor del norte. Como un recuerdo de hace años, que viendo una cabalgata de reyes en Tenerife, un crío le decía a su padre mientras pasaba la comitiva de los magos de oriente: Mira papá, los reyes traen los regalos en camiones de basura del ayuntamiento.

 Cuestión de detalles, esos que parece que nos ahorramos con los pequeños. Si algún sentido tienen estos días, es precisamente por ellos y para ellos. Así que mejor pensar que todos somos un elfo, aunque este año no haya Cortilandia.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Papelón

   Papelón desde el primer momento.

Porque has de separarte

pero debes seguir estando cerca

porque tienes que parar

pero debes seguir produciendo,

porque has de escolarizar a tus hijos

y debes mezclarlos y mezclarte tú con ellos.

 Cómo cambiar sin que nada cambie

en el fondo es la base,

que hace de todo esto

un momento inverosímil.

No nos hemos visto en otra

no hay cacareo más generalizado

precisamente por eso.

Cada cual cuenta,

cada uno en sus menesteres,

porque hay que seguir, sí

aunque sea a medio gas

para ralentizar hasta el efecto invernadero,

seguir a fin de cuentas

porque esto algún día acabará

y habrá que contarlo.

 


 


martes, 8 de diciembre de 2020

Comienza el baile

  Desde esta mañana la campaña de vacunación contra la COVID 19, está en marcha. La primera persona que la ha recibido, una mujer de noventa años en el Reino Unido, que va a vacunar hasta ochocientas mil personas en los próximos días, es la primera afortunada en recibir la dosis de anticuerpos que debe inmunizarla del bicho que nos trae de cabeza desde hace nueve meses.

 Las prisas aprientan, y por orden de riesgo, son los mas mayores los primeros que han de recibirla. No deja de ser una paradoja, que los más débiles hagan las veces de cobayas.

  De ser un éxito, seguramente anticipen los plazos de entrega a toda Europa, sujetos, entre otras cosas, a las peculiaridades de conservación de las dosis salvadoras, a menos de setenta grados centígrados. 

 Pfizer, que ya se apuntó el tanto de la Viagra hace algunos años, es la que se ha anticipado a todas las demás farmacéuticas en la pugna por liderar una acción que además de salvar vidas humanas, va a hacer multimillonarios a algunos.

 Esto ya está en marcha. Puede que perdamos las navidades, pero tenemos todo un futuro de tranquilidad que ganar, a corto plazo, después de todo lo que llevamos de bagaje. Comienza el baile.

  

lunes, 7 de diciembre de 2020

Regularizaciones

 Otra de monarcas. Justo en el día de la Constitución, salta a la palestra la intención del rey emérito de presentar ante el fisco una regularización de impuestos relativo a tres ejercicios completos. Desde luego si la casa real queria ser protagonista en el aniversario más importante de nuestra democracia, lo ha conseguido.

 Es el primer paso, de reconocimiento de adeudo, y con ello seguimos quemando etapas, en aras de una normalización que tiene que traer por fuerza, el reforzamiento de esa idea de que todos somos iguales ante la ley. Incluso al rey, hacienda puede mandarle una paralela.  Ahora sí, ahora hacienda somos todos.

  Mucho recorrido le queda aún al affaire de Juan Carlos, del que dicen que anda buscando una tregua para poder comerse el turrón por estos andurriales, apartado mediante un  exilio fiscal, quien sabe cómo de voluntario, que es un pulso de las fuerzas nuevas y pujantes que han entrado en las instituciones, buscando cambiar el chiringuito sin dejar títere con cabeza, en la forma y en la Jefatura del Estado.

 Está por hacer mutis este dos mil veinte de infausto recuerdo, aún sin haberse terminado, y amen de la batalla contra el bicho, este litigio de monárquicos y republicanos va a seguir centrando buena parte del día a día politico, con todas las implicaciones que tiene, ideológicas, territoriales y culturales. Nos jugamos mucho. Si dos mil veintiuno va a ser el año de la recuperación, no sólo se dirimirá esa circunstancia, en los hospitales, los mercados y los bolsillos. De cómo se perciba la imagen del tándem inquilino de La Zarzuela dependerá muy mucho el devenir de este país en las próximos años. Estén atentos a sus pantallas, y ya puestos, a sus sufragios.

 

viernes, 4 de diciembre de 2020

Ruidos de sables

 Cada cierto tiempo se oyen rumores de tambores de guerra, ruidos de sables que retrotraen la memoria y el recuerdo a alguna noche de febrero que tuvo al país en un puño, hace más de cuarenta años.

 Puede que no sea más que una conversación de un chat privado, una de tantas charlas en las que se deja la imaginación a pasear, y donde se sueltan frustraciones sin cortapisas, empleando para ello palabras que por muy privada que sea la conversación, son mal sonantes.

 Que un servidor público, porque eso es lo que es un militar del ejército durante toda su vida, cuando estaba en el ejercicio de sus funciones, cuando pasa a la reserva, y cuando termina por estar retirado, diga sin pudor alguno que hay que fusilar a veintiseis millones de españoles, va mucho más allá de la intervención de la fiscalía en aras de buscar un posible delito de faltas, o quien sabe de qué más. Es un desprecio a la población civil, a toda la ciudadanía que no se merece el desprecio del que se supone que es un servidor público, por muy conservadoras que sean sus convicciones o por muy en desacuerdo que se esté con la forma de hacer politica en estos momentos. Es tan ruín y miserable que una posible condena se queda corta para enjuiciar tales comentarios y los pensamientos que hay detrás de ellos.

 No se merece el uniforme que un día llevara puesto, ni él ni los que piensan igual que él, así que no se me ocurre mejor condena que la expulsión inmediata del cuerpo, con carácter retroactivo, y con la retirada de cuantas posibles distinciones haya podido obtener en el pasado. Escoria así no merece mancillar el honor y el buen nombre de una institución que está para servir a la ciudadanía, no para fusilarla.

 

 

jueves, 3 de diciembre de 2020

Alfredo

 Vino por cuenta de un trabajo como cocinero en la Base de Torrejón, y ya se quedó en Madrid para siempre. 

 Alfred Grandus, te esperaba en su restaurante de  Juan Hurtado de Mendoza  en la parte de abajo, justo en la entrada del salón comedor, al lado de los baños, donde tenía un pequeño mostrador a modo de recepción, sentado sobre una silla alta, con su sombrero de cowboy ceñido, parte de un look al que nunca le faltó su barba cana, y un cigarro en la boca, cuando se podía fumar dentro del local.

 - Hello, Wellcome, era la premisa necesaria, el saludo que te invitaba a acomodarte, a sentarte en alguna de las mesas de mantel a cuadros, con servilletas de papel y botes de ketchup, rodeado de banderas de cada uno de los estados de la Unión, con refritos de partidos de baseball, futbol americano o rodeos emitiendo señal en cualquiera de las televisiones que había en el local.

  Leí en una ocasión que la carne de cebo de sus hamburguesas venía de una carnicería de Carabanchel, pero por muy ibérica que fuera la materia prima, la esencia de sus hamburguesas, el sabor de sus salsas, el gusto de sus piñas de maiz con mantequilla, todo ello aderazado con el sabor de una Bud bien fría, y con la guinda de un brownie con helado de vainilla, te hacían comer maravillosamente, con un tipo de comida que allí no asociamos a basura.

 Sin ínfulas, sin pretensiones, sin intención alguna de competir con nuestra dieta mediterránea, en un ambiente agradable y acogedor, con un personal que a diferencia de otros restaurantes siempre ofrecía al comensal las mismas caras, sin apenas rotación, la experiencia culinaria del Alfredo´s barbacoa, se ha convertido con los años en una referencia diferente de restauración que poder degustar en la capital con puro sabor americano.

 Ayer Alfredo nos dejó a los sententa y ocho años, pero a buen seguro, el espíritu de sus locales se mantendrá intacto y esa pequeña puerta abierta hacia los EE.UU, se mantendrá abierta. Amen.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Que vienen los rusos

 Desde ayer día están disponibles en la plataforma Netflix, los capítulos de la décima temporada de la serie estadounidense The walking dead, cuya productora AMC, ya ha confirmado que pondrá punto y final a esta producción cuando terminen de grabarse los episodios de la temporada decimoprimera, la del desenlace de esta trama. 

 Tras una tensa espera para los que son seguidores de la historia, que seguro algunos no habrán podido superar, anticipándose a la visión de los nuevos capítulos diponibles en otra plataforma (HBO), ayer los cada vez más alicaídos y primarios supervivientes de Georgia, inician una nueva era reducidos en sus comunidades tras la obligada cancelación del proyecto de El Reino, tras la venida de un duro invierno, y la asfixiante presión de unos nuevos enemigos, los susurrantes, cuyo estilo de vida nómada, caminando camuflados con máscaras confeccionadas con la piel de los zombies, les hacen imprevisibles en sus ataques.

 Con estos mimbres y sin ánimo de hacer spoiler a los osados lectores de este blog que sigan la serie, llama poderósamente la atención el arranque de esta nueva parte de la historia, con la irrupción de un bólido surcando los cielos de esta parte de EE.UU. donde las colonias de supervivientes habitan, en las cercanías de Whashington, que termina estanpándose en las proximidades de una de las comunidades, Oceanside, provocando un incendio en medio de un dénsamente arbolado bosque, al que combaten sus inquilos con medios tan precarios como ineficientes, ( primitivas bombas de agua, o cubos de tierra o sal para ahogar las llamas). Cuando al fin lo consiguen, descubren los sacrificados bomberos circunstanciales, (los expectadores ya lo habíamos sabido antes con una toma del satélite justo antes de cruzar la atmósfera), que el amasijo de hierros candentes a que ha quedado reducido el bólido tras su impacto, pertenecen a un viejo artificio de fabricación soviética, cuyas iniciales, U.S.S.R. quedan casi libres de toda mácula, siendo claramente reconocibles en la parte externa del fuselaje.

 De cómo esta circunstancia influirá en el devenir de la temporada, darán cuenta los próximos capítulos. Pero lo que no cambia nunca es el enemigo, el mismo de hace treinta años, aunque haya caído el telón de acero. Generación tras generación, para el ideario americano, el peligro llega desde el este, y es que los rusos, no dejan de venir nunca.

 

martes, 1 de diciembre de 2020

Barón Ashura

 Deshaucios si, deshaucios no. Después de anunciarlo a bombo y platillo, la nueva medida del Vicepresidente segundo y su agenda social, auténtica estrella de este ejecutivo bicéfalo, queda en suspenso.  Por razones del guión, que diría el otro, guión político en el que los apoyos necesarios para sacar los presupuestos aconsejan aplazar, que no eliminar de la agenda, la medida de evitar que se produzcan desahucios, al menos mientras dure la pandemia.

 Es este gobierno como el personaje de Mazinger Z, el barón Ashura, con dos caras. Y según las circunstancias pone una u otra, habla una o lo hace la otra, saca un lado más femenino, o más neutro, maneja un vocabulario más pausado, o se muestra más enérgico y contundente. Y así todo. Con una agenda y una hoja de ruta donde el día a día es lo que maneja la realidad de las decisiones, incluso las más importantes. Política de usar y tirar.