Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 26 de julio de 2024

Club de lectura

 Era algo que tenía pendiente en mi constante labor de vivir  vinculado a los libros. Asistir a presentaciones de nuevas publicaciones, a mesas redondas donde el autor comenta su nueva creación, a tertulias pedagógicas sobre cómo afrontar la tarea creadora, a talleres de escritura donde además de escribir, leíamos y comentábamos nuestras propias creaciones, incluso, a ejercer como mastro de ceremonias en la presentación de un libro, tras solicitármelo mi buen amigo Francisco Javier Capitán; casi todos los ámbitos relacionados con la literatura de lector y autor aficionado formaban parte de mi elenco de actividades, salvo la de formar parte de un club de lectura.

 Esa anomalía quedó solventada esta semana, con mi incorporación al  Club de lectura Balear-Uruguayo, para el que fui reclutado por sugerencia de mi amiga Virginia. Compuesto en su mayor parte por personas naturales de ese país, tiene por objetivo proponer una lectura trimestral de alguna obra de los muchos insignes autores que ha dado a la literatura el país del cono sur americano.

 Aunque podría parecer yo un intruso en medio de una tertulia de uruguayos, pronto las personas adscritas al club, reunidas a través de la plataforma Zoom de internet, me hicieron sentir cómodo en la tarea de comentar una obra en prosa del prolífico e inmenso Mario Benedetti, titulada La tregua, de la que ya he dado cuenta en este blog en fechas pasadas.  

 Guiadas por Noelia, coordinadora del grupo, nos adentramos en la biografía del autor, una de las grandes plumas en lengua castellana de todos los tiempos, convirtiendo su reseña en un paseo por el Uruguay de ayer y de hoy, dándome así la oportunidad de conocer un país del que tengo pocas referencias a nivel personal.

 A lo largo de una hora y media comentamos distendidamente el libro dando cada cual su parecer, en un intercambio enriquecedor de puntos de vista que amplian el alcance de la lectura, siempre limitado por la interpretación que cada cual obtiene. 

 Tras despedirnos, nos emplazamos para vernos de nuevo en octubre, en esta ocasión para comentar la lectura de otro insigne autor patrio: Juan Carlos Onetti.

 Cuadratura del círculo; el campo de acciones se completa así, quedando tan sólo pendiente la tarea de publicar alguna vez un libro, como mandan los cánones, algo que hasta el momento presente no he sentido como una necesidad. Quién sabe si en el futuro eso podría llegar a cambiar.

 

jueves, 25 de julio de 2024

La revuelta de las Cariátides

 Para los que somos seguidores de la saga, la nueva entrega de las andazas del Comisario Jaritos, es un episodio entrañable, donde las rutinas ocupan un espacio inmenso, como  el café con leche y el croasán de las mañanas en la Jefatura, los obligados paseos por la atestadas calles de coches en Atenas, a bordo de su Seat, las cenas saludables y apetitosas en casa con Adriani, o los achuchones a Lambros, el nieto.

 La nueva entrega pergeñada por el maestro Petros Márkaris, titulada La revuelta de las Cariatides, Editorial Tusquets),  sitúa a nuestro personaje en una nueva situación profesional, al haber sido ascendido a Jefe de las Fuerzas de Seguridad del Ática, implicando el cambio, la designación de un nuevo responsable del departamento de homicidios, cuyo nombramiento recae por primera vez en una mujer, Antigoni Ferleki.

 Como era de esperar, sin apenas tiempo para muchas celebraciones, la llegada de un grupo de multimillonarios estadounidenses que pretenden invertir mucho dinero para convertir las viejas ruinas de la civilización griega en un parque temático, provoca una suerte de reacciones dispares, que enfrentan a partidarios y detractores, entre las que destacan un grupo de jóvenes historiadoras y arqueólogas, autodeminadas Las Cariátides, que entienden que el proyecto es un disparate alejado del cuidado y manutención que la ruinas arqueológicas e historia griegas merecen.

 Desencantados en medio de la marejada provocada por su irrupción en suelo griego, la comitiva de inversores desiste de su proyecto y con su marcha comienza una oleada de asesinatos, siempre de mujeres, que afecta a Las Cariátides, que pierden a dos de sus integrantes. El estreno en el cargo de la nueva comisaria de homicidios, con crímenes de significada carga de género, provoca un estado de tensión entre policía, administraciones y población del que será complejo salir airoso.

 Con su habitual maestría, Márkaris construye esta ficción con temas de debate actual, convirtiendo la trama en un elemento de reivindicación feminista, elemento que se suma a los ya tradicionales, temas políticos y económicos con los que gusta ilustrar sus argumentos narrativos. Lectura de verano perfecta.




 

miércoles, 24 de julio de 2024

La llave

 Cae la tarde en un área de servicio de carretera, en alguna zona de la meseta española. La aguja del indicador del gasoil se aproxima peligrosamente a la zona roja, el depósito casi está en la reserva. 

 Tras parar el vehículo, gira la llave del contacto para salir y aproximarse a la portezuela que da acceso al conducto del depósito de combustible. El Ford Fiesta tiene uno de los viejos tapones de metal, que requieren de su propia llave. Es entonces cuando se da cuenta, en el manojo de llaves  no está aquella específica del tapón del gasoil.

 Se percata del problema el empleado de la gasolinera, pues el suceso ocurre en aquellos tiempos en los que las gasolineras tenían empleados fuera de las tiendas; entra en la garita que tiene por despacho y sale con un manojo de llaves perdidas, por si alguna es similar a la del tapón; no tardan otros usuarios del servicio en acercarse e interesarse por el problema, de manera espontánea.  Entre ellos aparece un señor de barba poblada y gorra inglesa, que saca de su bolsillo un abultado manojo de llaves. Cuenta que guarda copias de todos los vehículos que ha tenido, antes de dejarlos en manos del desguace; con paciencia va probando con las de otros depósitos de combustible hasta que consigue abrir el tapón con una vieja llave de un Mini. Qué suerte.

 Con el tanque lleno, suficiente para regresar a casa, da las gracias a su anónimo benefactor, al tiempo que rechaza la oferta de quedarse con la llave que ha obrado el milagro de abrir; tiene una de repuesto en casa. Ya en carretera, conduce tranquilo de vuelta al hogar, maravillado por la fortuna de poder encontrar una solución a una situación complicada, se dice así mismo que qué buena es la gente y que capacidad de actuación tenemos las personas cuando nos unimos para arreglar una cuestión, la que sea.   

 Bendita memoria; de por qué me he acordado de esta vieja anécdota que fue en su comienzo un mal rato, quizá de razón en otra entrada de este blog, si consigo encontrar el motivo.

martes, 23 de julio de 2024

Lirismo

 Me doy cuenta de lo mundanal que soy, de lo poco dotado que estoy para la lírica. 

 Tal vez porque encuentro grandes dificultades para elevarme y de paso alzar mis cuitas en la siempre compleja tarea de poner por escrito o de viva voz,  lo que me sucede.

 Serguramente incida en ello mi conocida parquedad expresiva, ese que convierte en un galimatías tratar de entender lo que me sucede, tan acostumbrado a celebrar por libre y en la intimidad, las alegrías y las penas que le llegan al alma.

 Podría recurrir al tópico aquel que dice que cada uno es como es, pero además de ser argumento fácil, no se corresponde con la tarea de progresar en la apertura de canales de comunicación personal. Abrirse al mundo sin miedo, es el gran objetivo.

 No hay mejor manera de mostrar vitalidad, de sentirse vivo, que expresar lo que uno siente. Una buena dosis de lirismo en cápsulas para comenzar a mostrar lo que llevo dentro, teniendo tanto que ofrecer y que mostrar, eso si que es un reto y qué buen momento es éste para ponerme con la tarea.

 



 

Mirar para otro lado

 Recuerdo en una clase de universidad hace años, cómo un compañero preguntaba al profesor, cómo era posible que un país tan culto y sensible, patria de talentos como Bethoveen, Lutero o Einstein, cuna de la filosofía y ciencia modernas, podía haber alumbrado un pensamiento tan pernicioso como criminal, personificado en la figura de Hitler. Cómo los ciudadanos de a pie, convivieron, aceptaron y toleraron una ideología tan extrema como cruel, de cuyas miserias no hemos aprendido a día de hoy, siendo muchos los que recogen sus idearios y veneran ideas procedentes de tan terrible movimiento político, económico y social.   

 Asesinatos en masa, masacres de millones de seres humanos, considerados como inferiores, condenados a ser exterminados. Bajo la mirada de una población que no supo conocer lo que ocurría o prefirió mirar para otro lado, convirtiéndose así en cómplices necesarios y pasivos de un atrocinio descomunal.

  Esa actitud se reproduce en modo de un bucle día tras día, desde entonces y hasta hoy. Basta con abrir los periódicos o visualizar  las muchas imágenes que por internet pueden observarse, para comprobar cómo los niveles de muerte y destrucción siguen presentes en nuestros días, en nuestras vidas, sin que sirvan de menoscabo a nuestras felices existencias. Horrores de la guerra que se saben pero se inmunizan, en Yemen, SiriaEritrea, aunque los medios sólo se hacen eco de los crímenes de Israel en Gaza o los abusos de la guerra en Ucrania. Muertes de inocentes que no nos sacuden la conciencia y que solventamos mirando sin mirar,  consolándonos con el clásico, ¿Qué podría hacer yo para parar algo así?

 Desde luego, mucho más de lo que parece. Basta con movilizarse, con cambiar la inercia de una opinión publica pasiva, que cuando se activa ejerce una presión que estremece los cimientos del sistema. Siento asco profundo de mi mismo, por mi complicidad en todo esto. Las imágenes de una cárcel del Congo, con seres humanos hacinados como si fueran sacos de cemento, en un espacio tan reducido como nauseabundo, ha conseguido estremecerme para variar, sacarme por un momento de este estado de letargo e insensibilidad en el que vivo, como si todo aquello me fuera ajeno y perteneciera a un mundo que no es el mío. 

 Quizá la clave esté ahí, en que sea capaz, algún día, de ver que el mundo de aquellos es el mismo en el que vivo yo. No hay varios mundos, sólo éste y es compartido, lo suficientemente grande como para que conviva en él toda las vergüenza y miseria humanas, empezando por la mía propia.

jueves, 18 de julio de 2024

En ruta

 A la manera de Kerouac, perdidos en la carretera, a la búsqueda de nuevos páramos, que completen la mixtura de polvo en mis suelas,que enriquece mis botas de caminar y por ende, mi vida.

 On my way, once again, confiado en disfrutar de nuevas veredas, nuevos bosques, nuevas plazas y fuentes por conquistar, nuevas caras que conocer, siempre mirando hacia el norte.

 Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Efectivamente, querido Machado, esa es una de las razones de ser, de existir. Mientras haya fuerza e ilusión por seguir una ruta, todo tendrá sentido. No hay mejor meta que la de estar en movimiento.

 Andar, siempre andar.

miércoles, 17 de julio de 2024

Fuego

 Fuego, una de las cuatro esencias o elementos, origen de la materia, generadoras de vida. Inspiración de filósofos, de poetas y creadores.

 Fuego que limpia, que regenera, que da forma a sabores y alimenta, que malea metales y les da forma, que forja grandes estructuras incandescentes.

 Fuego en sentido metáforico, sinónimo de intensidad, de estremecimiento, de pasión.  

  Fuego que consume con esa rotundidad manifiesta, sin ambages, sin dar pie a posibles dudas o vuelta a atrás.

 Cuando el fuego te consume, sólo te queda una cosa: dejarle actuar y deleitarte con su summun sensorial.