Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 30 de septiembre de 2022

Entretiempo

 Carne de catarros o de covid, o una macedonia de ambos. Con apenas unos días de otoño en circulación, con mañanas frías y tiempo desapacible, anuncian los pronósticos subida intensa de temperaturas para el fin de semana.

 Edredones de ida y vuelta, fondos de armario que juegan a la ruleta. Días de quita y pon, en ello reside el encanto de estos periodos de transición.

 La vida es un permanente estado de entretiempo, de lapso entre estaciones, porque por mucho que busquemos certidumbres y seguridad, todo es cambiante.

Nada es definitivo, nada se termina, para todo hay una nueva oportunidad.  Ventajas de volver a la casilla de salida. Nunca es un paso atrás, todo tiempo es bueno para reinventarse, para sacar ese jersey del armario que este sábado se quedará en el fondo, cuando todo indicaba que saldría de paseo. Cuando más parecía que necesitabas guarecerte, menos dependes de nada ni de nadie.

Climatología de vida. Aprendices de meteorólogo existencial. De principio a fín.

jueves, 29 de septiembre de 2022

Interpretaciones

 Hombre Rico, Hombre Pobre. Falconetti, que era más malo que la quina, sigue rondando, esperando detrás de cada esquina para sentenciarte y darte el tiro de gracia. Pocos malos han sido más malos en la pequeña pantalla. Quizá J.R. en la famosa Dallas, pueda considerarse partícipe de semejante sambenito. Tanto William Smith com Larry Hagman vivieron con el estigma de sus personajes. Largas vidas siendo y comiendo como malos. Sus caracterizaciones se meredaron al hombre de verdad. Realidad que se confunde con la ficción.

 No sólo hay personajes así ficticios.  En la vida real, haciendo labores reales, también hay personajes así, donde lo privado y lo conocido se mimetizan y ensamblan. El caso de Putín es el más clarividente. La política, que tiene tanto de interpretación, es muy dada a este tipo de solapamientos: Trump, Puigdemont, Chaves, Berlusconi... Personajes cincelados en clave histriónica, llevados hasta las últimas consecuencias, estirados como un chicle que de tanto mascar termina por no tener sabor alguno. 

 Decía Calderón que el mundo era un gran teatro, y que todos tenemos un papel que interpretar en él. Quizá todos seamos personajes y estemos consumidos por las circunstancias que nos llevan en el día a día por las sendas que transitamos. Pero, ¿Quién escribe el guión? La respuesta a esa pregunta vale un Potosí.

 

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Ternura

 Ternura es recibir un beso de la que hace apenas unos minutos era una desconocida, pero que en cuanto coge un poco de confianza, se te tira al cuello y te da un abrazo con achuchón incluído.

 Es leerte un cuento por la noche en la cama. en vez de ser tu quien se lo lea a ella, después de que le diga a sus padres que esta noche quiere domir contigo y no con ellos.

 Cariñosa, mimosa y atenta. Así es ella y apenas levanta unos pocos palmos del suelo, con sus escasos cuatro añitos.

 Mucho me temo que las próximas tres semanas se van a pasar volando, y que en un tris, nos veremos en la necesidad de decirte hasta pronto, a tí y a la pequeña Luci, que es menos confiada y entregada, sabedores de que la distancia no nos facilita las cosas.

 Mientras eso ocurra, disfrutemos del momento, De tus sonrisas y jugueteos. Gracias por venir para conocerte. Te quiero, Sara Julieta.

 

 

martes, 27 de septiembre de 2022

Frías y oscuras

 Frías y oscuras,

son las mañanas

de este otoño que apenas despunta,

y da sus primeras zancadas.

 Periodo de recato,

de mostrar la piel enguantada

de cerrar brazos y piernas

de abrigar carnes antes descocadas.

El frío que acongoja y achanta,

como la luz

que antes, aparta su mirada.

 La belleza de lo marchito

tan dada a la melancolía,

apabulla y declara su estado de sitio;

queda adaptarse y aceptarlo

como primer paso 

para su deleite y 

disfrute.

 

 

lunes, 26 de septiembre de 2022

La disciplina de Penélope

 Escribir novela negra requiere hacer sacrificios, dejar casi desnudo a su autor, privándole de todos los recursos que permiten ensanchar una historia, hacerla más rica y fecunda, en tanto en cuanto, lo que hay que dar al lector , es una descripción detallada y precisa de unos hechos que constituyan una crónica policial, donde los rodeos y los adornos no pintan nada.

 Eso convierte a este género literario en una disciplina complicada y difícil, en la que pocos son los que pueden armar una historia que mantenga en tensión al lector, sin más argumentos que los datos desnudos que describen un hecho.

 Mi última aproximación al ramo, ha dado cuenta  de la lectura de La disciplina de Penélope, (Duomo ediciones), publicada por el ex-fiscal Gianrico Carofiglio y en ella esos elemento se manifiestan con brillantez. Sin apenas detalles, sin descripciones profundas, con unas cuantas pinceladas que permiten saber algo de los personajes, pero sólo lo imprescindible, el autor arma una trama compleja e inesperada en las calles de Milán que comienza con la aparición del cadaver de una mujer en extrañas circunstancias.

 Elegante, intrigante y soprendente, todos los ingredientes que se esperan de un trabajo de este estilo se cumplen en esta novela, parte de una saga que dará mucho que hablar, sin lugar a dudas.

 


 

 

domingo, 25 de septiembre de 2022

Levas

Nunca históricamente ha sido plato del gusto de ningún pueblo. La movilización a las armas siempre ha despertado el más profundo y sentido rechazo de quienes debían dejar todo lo que estaban haciendo, para acudir a la llamada de sus líderes y entrar en combate, por las más variopintas razones o justificaciones.

 Ni cuando lo hacían los señores feudales, ni después los reyes y ahora los líderes modernos. Antes y ahora es una llamada de muerte, una llamada a la muerte.

 Poco sorprenden las noticias e imágenes que llegan de una Rusia donde sus posibles candidatos a la movilización, reservistas que cada vez tienen menos pinta de serlo,  huyen por tierra, mar y aire para evitar la llamada a filas. Nadie quiere matar y menos aún, morir.

 Levas que siempre reclutan sus huestes entre las clases llanas. No tener, te expone, te exige. Cosas que no cambian ni cambiarán nunca. Quien paga no tiene contratiempos. Comes carne y no vas al frente. Bula y dispensa.

Nuevos tiempos que no tienen nada de nuevo. 

 


viernes, 23 de septiembre de 2022

Teo

 Once y media de la noche. Las calles del pueblo aún no andan muy concurridas. Los bares de la zona son un hervidero de gente; cena y cervezas como preámbulo, a buen recaudo. El relente de la noche en la sierra se nota y los apenas diciesiete grados de temperatura hacen necesario taparse. Verano decadente. 

 Tras un breve callejeo de rúas estrechas y suelos de pavés se abre ante nosotros la plaza de la Corredera; algunos mozos habituados con el uniforme de su cuadrilla y la garrota caracteristica, que llaman garnacha, se van apróximando a la entrada del ayuntamiento. En breves se encenderá el fuego y, uno a uno, irán desfilando para prender su tea. Es al requisito necesario para iniciar el evento. 

 Cuando todas están prendidas, comienza el desfile; la luz artificial de las farolas se atenua, dejando el cortejo de mozos y sus acompañantes guiados por la luz de las teas, que lucen altivas marcando la ruta hacia la plaza de toros.  Ambiente recargado que por momentos más recuerda a una procesión de Semana Santa que a una festividad laica y lúdica. Santa compaña de almas en pena que quieren divertirse al son de la música y el fuego.

 Tras vadear la última cuesta, se abre ante nosotros la entrada de la plaza; dentro espera en el centro del ruedo la madera cortada y apilada de un pino gigantesco; poco apoco los mozos rodean la pira. Comienza el acto de encendido de la hoguera.

Con ayuda de algún agente acelerador con olor a derivado del petróleo, las llamas comienzan a consolidarse, pronto la fogata será inmensa, con unos brazos de fuego que se alzan varios metros sobre el suelo del albero. Protagonistas y curiosos, que al inicio nos apretujábamos frente a la hoguera, ahora poco a poco nos vamos separando. La temperatura de la noche aumenta, sofocada a duras penas a golpe de manguerazos que, además de controlar el fuego, ayudan a rebajar el calor.

 Así con este ritual tan simple como estético, se celebra todos los años  el denominado Baile del Teo, en la localidad segoviana de El Espinar, que desde el siglo diecinueve invita a los jóvenes lugareños a iniciarse en las artes del cortejo.

Curiosa fiesta en las postrimerías del verano. Fuego purificador para comenzar las cuitas del otoño.  Alegría, que buena falta nos hace y va a hacer.




 

jueves, 22 de septiembre de 2022

Salir a la fresca

 Salir a la calle, por la mañana muy temprano, tiene sus encantos. La calle huele diferente, el aire que corre es más limpio, como si las casas hicieran de muro de  contención de la gente que aún permanece encerrada en ellas, siendo eso un catalizador de aromas. Momento efímero. Poco a poco la ciudad cobrará más pulso y no tardará en cargarse el ambiente. 

También somos lo que olemos, por lo que nos hace sentir y evocar.

 Luego cada estación tiene su fragancia. Huele diferente cuando hace mucho frío, a como lo hacen las mañanas en verano. El frescor de primera hora, es seguramente el momento más sugerente del día. Solo por sentir ese olor tempranero, merecería la pena madrugar todos los días, especialmente de la estación más cálida.

 No en vano la expresión salir a la fresca resume bastante bien ese momento lúcido, evocador, y relajante. A veces dura tan sólo un momento, otras se expande, pero tanto el que se levanta por obligación como el que lo hace por gusto, todos experimentan una sensación similar.

 De hecho debería ser casí un objetivo a cumplir: revivir ese mismo instante, durante otros momentos en el día. Porque se puede disfrutar sin hacer nada, simplemente abriendo una ventana o saliendo a la calle, muy temprano. 

 Hedonismo de bajo coste.

   



miércoles, 21 de septiembre de 2022

Intermitentes

 Día si, día no.

Intermitencias de la semana, que cambian los quehaceres y el tiempo libre. Tiene su gracia no tener dos días iguales. Cómo salir de la rutina haciendo en realidad  lo de siempre. 

 Camaleones por necesidad, adaptables a cada situación. Camuflaje a la carta. Ritmos de vida que conducen, inevitablemente, a nuevas costumbres.

 Como decía la canción,  cómo hemos cambiado...

lunes, 19 de septiembre de 2022

Noche en blanco

 Silencio y oscuridad. Apenas un vago ruido me llega de las viviendas adyacentes.  Todo queda calmo, en constantes vitales mínimas. No hay más luz que la claridad mínima que deja pasar la persiana entornada.

 Llegan de nuevo las noches en blanco, con el sueño cambiado, vísperas de mañanas de agotamiento.

 Vuelvo la cabeza hacia el techo, lo intuyo blanco; el leve pitido del silencio que se arrebuja en mis oidos, me invita a la meditación y el pensamiento.

 Pienso en nada y pienso en todo. 

 Miro el reloj, con sus dígitos amarillos realzados en la penumbra.  Son cerca de las dos. Me inquieta estar tan espabilado, sin traza alguna de que me venga la somnolencia. Habrá peaje en la oficina. Ni la doble ración de cafeína mantendrá la cabeza despejada. 

 Desisto de encender el transistor. El runrún no servirá de estimulante. Como cuando era niño, pensaré en borreguitos saltando una cerca. Todo apunta a que llenaremos un hermoso redil. 

 Llega lejano el latigazo de algún trueno; noche en vela y de tormenta. Calma y tempestades. Lucidez en la oscuridad. Siempre la moneda tiene dos caras.

Contrastes en horizontal. Cambio y corto. 

Resaca de inicio

Amenecer con resaca, pero no de alcohol o estomacal. Después de un fin de semana de salir fuera, estar con amigos, conocer nuevas fiestas, de empezar viendo un partido de baloncesto y de terminarlo viendo ganar otro que vale un título, después de todo llegó el lunes.

 Tan nublado como la mañana, tan espeso como el café moka sin leche, tan apagado como mis compañeros en la primera reunión de la mañana por video conferencia. Horchata a raudales.

 Con sueño de ocho a cinco, para acabar espabilando justo cuando acabe el día. No falla nunca.

 De lunes estamos, de manual. Que pase, lo mejor.

 

viernes, 16 de septiembre de 2022

Vuelva usted mañana

 Al vuelva usted mañana que con tanto talento preconizaba Fígaro en sus escritos, habría que sumarle aquello otro de no lo dejes todo para el final, como elementos repetititivos del trabajo.

 ¿Qué suerte de encanto tienen los viernes por la tarde, para que, repentinamente y sin venir a cuento a tantos les entren prisas y quieran terminar cosas, que podrían haberse hecho a lo largo de la semana?

 Anda que no habremos discutido sobre esto. Que si este tipo de comportamientos es por razones culturales, que si la cultura de empresa nos arrastra a ciertas actitudes... Qué facil es ampararse en paraguas colectivos para ocultar la indolencia propia.

 Qué hacemos entonces con la voluntad de cada cual, con la capacidad de ejercer la iniciativa; qué hacemos con las ganas de hacer cosas, de desenquistar temas que parecen condenados a no tener solución. Querer hacer no es la panacea a veces y no te garantiza que alcances el objetivo, pero seguro que es un buen comienzo para allanar un terreno que es baldío. No hay superación que no tenga obstáculos, pero no seas tú uno de ellos.

 La masa, esa de la que tanto peroraba y no precisamente para bien Ortega, no puede ser el escudo de la inoperancia y la mediocridad. Si haces poco y mal, al menos sé original y busca otras excusas. No hay procrastinanción auténtica sin la valentía de justificarla individualmente. Si dejas de hacer cosas que sea por una causa que sea tuya; si lo haces porque lo hacen los demás, eres un borrego. Pobre animal, que habrá hecho para tener una connotación así de negativa.

 

 

 

 

jueves, 15 de septiembre de 2022

Voyeur

 Un nuevo caso de mirón clandestino, éste sofisticado. Nada menos que el de un ornitólogo que, ejerciendo sus tareas de científico en una zona protegida y parque natural, desviaba el punto de mira de sus prismáticos, para observar y fotografiar a mujeres en bikini, colaboradoras muchas de ellas a las que solicitaba quitarse la ropa de manera explícita, para fotografiarles el culo. Caso indudablemente complejo por su contexto.

 Vaya pájaro... Puede, mientras, presunción de inocencia: que trabaje la justicia, recabe las pruebas y condene, si llega el caso.

Llama muy poderosamente la atención el modo en que se muestra la noticia en diferentes medios escritos, recalcándose que el sujeto en cuestión, denunciado por hasta una veintena de mujeres, es un científico de reconocido prestigio. Agravio comparativo.

 Como si eso lo convirtiese en un caso especial o diferente.

 Un mirón es un mirón, de toda la vida, sea conductor de autobús, médico o ministro de hacienda; esa especie de clasismo que invita a la sorpresa al comprobar cómo una persona de prestigio pueda tener vicios ocultos, en poco o nada favorece la causa de proteger a las posibles víctimas de sus abusos y a prevenir posibles casos iguales en el futuro.

 Indudablemente no todos los mirones son iguales, pero no por su condición social, personal o profesional. Detrás de esa conducta en muchos casos hay una mente enferma. Tratemos el tema con toda el rigor y crudeza, sin paños calientes, porque así lo requiere. Sin etiquetas, sin atenuantes, sin clasificaciones que hagan a este tipo de personas sujetos de primera o de segunda, de una condición u otra. 

 

 

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Treinta y cinco horas

 Sólo he estado una vez en mi vida en una capilla ardiente. Fue en el Tribunal Constitucional, cuando se habilitó un espacio en la sede judicial para rendir el último tributo a Francisco Tomás y Valiente, profesor de universidad, historiador, jurista y expresidente del alto tribunal. Murió asesinado por ETA en su despacho de la Universidad Autónoma. Corria el año mil novecientos noventa y seis.  

 Había mucho ambiente y ruído, pero tras los protocolarios cacheos de seguridad, pasamos enseguida al recinto, lleno de coronas de flores, bajo una luz tenue, que acrecentaba el ambiente lúgubre. Sobre el féretro una bandera de España, cubría al finado por completo, en su ataud cerrado.

 Un día de San valentín, la banda terrorista, volvió a sembrar el país de rabia y repulsa. Del amor pasamos pronto al odio aquel día, ya que el asesinato se produjo por la mañana temprano. 

  Entramos y salimos con comodidad, pese a que se anunció con tiempo la preparación de la misma, a lo largo del día, a medida que se fueron conociendo los datos y se confirmó el deceso del profesor. Espontáneo, profundo y sincero, ajenos a cualquier morbo;  por simple respeto, como alumnos que éramos y cursábamos asignaturas de derecho. Por eso fuimos varios compañeros del colegio mayor a rendir nuestro peculiar y personal respeto.

Nada comparado a las cerca de treinta horas que de media se estima que tendrán que esperar quienes quieran ver los restos de la reina Isabel II. No son hechos comparables, ni personajes equiparables, aunque el objeto sea el mismo: dar un último adiós a un personaje notorio y relevante.


martes, 13 de septiembre de 2022

Trillados

 Cuando un terreno está demasiado trillado, 

se convierte en baldío. 

Si no hay nada que cultivar en él, inerme,

convierte el transitar en un simple

remover polvo de alpargatas,

que se lleva el viento, 

sin memoria, 

sin raigambre.

Por cuantos terrenos así caminamos

y no hacemos nada

por cambiar la ruta.

Como si cosechar fuera 

un esfuerzo que no merece la pena.

Trillados y muertos

Paisajes de vidas,

demasiado acostumbradas

a la nocturnidad 

de las rutinas.

 

 

 

 


lunes, 12 de septiembre de 2022

Marías

 Se ha ido el más grande, aunque para muchos haya pasado casi desapercibido.

 Hijo de filósofo, filólogo y anglófilo; traductor en edad temprana, antes de animarse a dar el paso de escribir y publicar. Defensor de la idea de que para ser escritor, antes hay que ser buen lector, ha destilado su talento a lo largo y ancho de dieciseis novelas e infinidad de artículos.

 En la última etapa, ha ganado más conocimiento por sus polémicas en artículos de opinión que por sus logros literarios. Siempre fiel a su criterio de decir lo que pensaba, sin casarse con nadie, menos aún con ningún poder político.

 Libre e independiente, con discreción, sin hacer ruido. Así fue y así se ha ido por culpa de una neumonía, demasiado pronto. 

 Que la tierra te sea leve, porque la eternidad te dará tu peso, el de tu talento; el mismo que acrecentará tu sombra y tu obra, a medida que pasen los años.

Bares de barrio

 Por razón de proximidad, por tener el chamizo a tiro de piedra cuando te canses, lo cual hace de efecto reclamo a que prolongues la estancia por más tiempo, hasta que de repente encienden las luces y se para la música. 

¿La excusa? Tomar el aperitivo, con una larga sobremesa; tan larga, que se ha estirado hasta las cinco de la mañana. Quince horas de fanfarrias. Cuerpo de jota.

 Lo has vuelto a hacer, a cerrar los bares, como en los tiempos de la universitaria, que no volvías a casa sin antes desayunar y comprar el periódico.  Para cuando la vista se te fundía a negro, ya habías comenzado la digestión de los churros y ya sabías qué pasaba por el mundo, todo ello sin usar internet. Mientras, el sol comenzaba a despuntar.

 Los bares de barrio son así: cercanos, más baratos, con caras conocidas de gente que no frecuentas, con garrafones controlados, con ligoteos por entregas, con capítulos por escribir el sábado siguiente, sin dilatarlos más en el tiempo. 

Aunque sea muy de vez en cuando, qué bien sienta.

 

viernes, 9 de septiembre de 2022

Colirio para los ojos

 Nada como aprender nuevas expresiones. Son un modo de manifestarse, de decir de un modo comprimido cosas que de otro modo necesitarían de más palabras. Lo bueno si breve, es dos veces bueno.

 El otro día una amiga hablando de un chico, decía de este que era colirio para los ojos. Expresivo y contundente, a partes iguales.

 Imagino que, a partir de ahora, cuando vea una chica que físicamente me entusiasme, calibraré el grado de humedad que tienen mis ojos al mirarla; nada como recurrir a la lágrima natural para mantenerlos frescos y en buen estado, sin necesidad de ayudas o estímulos de farmacia.

 Suma y sigue. Tras la ocurrencia de hacer los cuellos llega ahora este nuevo dicho. Ampliando recursos lingüisticos y literarios.

 

jueves, 8 de septiembre de 2022

La reina ha muerto

 La reina ha muerto, viva el rey; el lema clásico que ha acompañado en las sucesiones de la Corona Británica durante siglos, vale ahora para dar el adiós a Isabel II y la bienvenida a Carlos III.

 Familia de longevos; no en vano la Reina Madre falleció apenas unas semanas antes de cumplir los ciento dos años. Si no fueran bastantes esos precedentes, el padre, Duque de Edimburgo, dejó este mundo con noventa y nueve años, y ahora la madre, lo ha hecho con noventa y seis.

 Con semejantes mimbres, es de esperar que el nuevo morador del Palacio de Buckingham, disponga de unos buenos años para dejar su impronta, después de calentar tantos años banquillo, esperando su turno, que nunca llegó por la vía de una abdicación.

 Pocas veces un monarca habrá accedido al trono tan viejo, apunto de cumplir los setenta y cuatro años.

 Esos son prácticamente, más de setenta, los que ha durado el reinado de la más longeva monarca de esa corona, superando la marca de la Reina Victoria, (sesenta y cuatro años); siete décadas de historia en los que la jefatura de la Iglesia Anglicana siempre ha estado en las manos de la misma persona. Va a costar acostumbrarse a no verla con sus peculiares vestimentas y sombreros, con los que solía habituarse para los momentos solemnes, como el de la ceremonia de apertura de las sesiones en el Parlamento Británico, por citar alguno de ellos. Igual que va a hacerse raro no dirigirse a su hijo como Príncipe Carlos.

 Genio y figura de una mujer fría y distante, a la que sólo la senectud ablandó en sus ultimos años. La vida sigue y con ella su estirpe. Veremos en qué estado queda una Corona a la que los últimos escándalos han debilitado más que nunca.

 Descanse en paz.

 

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Ternura animal

 Animales de costumbres. Sobre la misma hora, caminata por la tarde. Colofón del día.

 Si la ruta escogida, es la de continuar por mi calle hasta donde comienza, a medio camino me cruzo con un hombre de mediana edad que acompaña a su mascota en uno de los jardines que jalonan la acera.

 Un pinscher doberman, que a duras penas se mantiene en pie sobre sus patitas, temblorosas que cada poco se ven aliviadas por la mano protectora de su dueño, que con cariño le coje por abajo ayudándole a mantenerse en pie. Estampa de amor abnegado, de vuelta, en este caso, del que siempre recibe habitualmente más de lo que da.

 Cariño y protección. Ternura infinita. Estampa preciosa de compenetración entre animal y persona. Compromiso y complicidad. No te das cuenta de todo lo que te aporta un animal hasta que se va. Todo lo que hagas por él en sus horas postreras, será una pequeña parte de toda la atención que él te ha dado en su vida.

 


  

 

 

martes, 6 de septiembre de 2022

Reencuentros

 Seguimos con la dinámica de ir sumando horas de trabajo en la oficina. De manera voluntaria y aleatoria, cada cual en el equipo decide qué día o días pasa por el centro de trabajo, compaginando así vida laboral en casa con la de siempre en la oficina.

 Desde esta semana, un nuevo paso hemos dado, al ponernos como obligación estar todos presentes en nuestra segunda planta, todos los martes. De ese modo podremos programar reuniones de todo el departamento, así como planificar formaciones o grupos de trabajo que permiten avanzar más al ser reuniones físicas y no virtuales por video llamada.

 Hoy parecían nuestras mesas, las que tenemos asignadas en el edificio, una pequeña fiesta. Después de tantas reuniones virtuales, vernos cara a cara, para poder bajar a tomar un café al bar, por ejemplo, han  permitido que una cosa tan cotidiana que casi no disfrutábamos, se convirtiese en un pequeño espacio de disfrute y de aproximación entre nosotros. Tanta separación nos ha vuelto más cercanos; casi sin quererlo hemos empezado a hacer una pequeña piña que antes era mucho más distante. Nada como echarse de menos para estrechar lazos.

 Curiosamente, a una de mis compañeras portuguesas era la primera vez que la veía en casi dos años y medio. Desde que empezó la pandemia, no habíamos tenido oportunidad de juntarnos. A la extrañeza al inicio de vernos cara a cara, ha seguido el comenzar a preguntarnos cosas para saber del otro y así, hoy probablemente he hablado con ella más que en todos estos años que llevamos compartiendo trabajo.

 Hemos bajado a comer juntos, y he tenido oportunidad de conocer su situación personal. Se ha divorciado, y se ha ido a vivir a un barrio nuevo. Me ha hablado de su hijo adolescente, de la custodia compartida con su ex-pareja y de lo grande que se le hace la casa cuando el niño pasa unos dias con el padre. Me ha reconocido que no sabe ya vivir sola, que se le cae la casa encima. 

 Una vida completamente nueva. Aunque está muy bien de ánimos le he dicho que vea la pandemia como una puerta que se ha abierto a una vida nueva, que deje el lastre cuanto antes, que no permita que el agua pasada mueva las aspas de su molino.

 Me ha sonreído y se ha apurado su café. Hemos pagado y hemos subido rápido a nuestras mesas de trabajo, La hora de la comida se nos ha ido volando. 

 Distancia que lejos de separar nos une, que crea lazos y complicidad con gente de siempre que en realidad era una extraña. No deja de ser sorprendente lo poco que conocemos de personas con las que hemos pasado infinidad de horas. El roce no hace cariño, ni tampoco conocimiento.

 Fin de fiesta. Me temo que de ahora en adelante los martes serán días muy provechosos. No por por productividad, sino por humanidad y afectos.

 

 

lunes, 5 de septiembre de 2022

Bombero de Moratalaz

 Monumentos funerarios improvisados, aceptados tácitamente, sin la autorización requerida. Homenaje popular a víctimas de la calle.

 Hace apenas unas semanas, en el mes de julio. Atropello en bicicleta a lomos de una BiciMad del servicio público del ayuntamiento. Transitaba por el carril bici, perfectamente segregado de la calzada, hasta que la llegada a un cruce de caminos hizo que lo embistieran sin que el culpable haciera uso del obligado socorro al accidentado. Afortunadamente el cruce de Vinateros con Marroquina está siempre muy transitado y no faltaron testigos que han ayudado a poner a disposición judicial al cobarde que huyó dejando malherido a Alberto, que pocas horas después fallecía en el Gregorio Marañón.

 Tenía cuarenta y cinco años, era bombero municipal y colaboraba con una asociación que ayuda a rescatar gatos callejeros. Querido y apreciado, deja un hondo vacío entre familia y allegados.

 Desde hace apenas unos dias, su recuerdo, forma parte del paisaje del barrio, en modo de una bicicleta pintada de blanco, llena de flores y de peluches. Muestras de aprecio, muchas de ellas, anónimas. La primera del barrio, una de las muchas que ya lucen por la ciudad, en otros puntos donde alguien perdió la vida atropellado al montar en bicicleta. 

 El bombero que amaba a los gatos. ya es para siempre el bombero de Moratalaz. Descansa en paz.

 



 


viernes, 2 de septiembre de 2022

Miedo al cambio

 Recuerdo cuando hace años nos hicieron leer en la universidad el famoso Quien se ha llevado mi queso de Spencer Johnson, a cuenta del rechazo que los cambios suelen generarnos; una fábula de ratones para ejemplificar cómo aplicarse modelos de actuación cuando las cosas dejan de ser como eran.

 La vida es un continuo estado de cambio, de varaciones en todas direcciones, que introduce novedades que no siempre son buenas. Saber manejarlas, aprender de cada coyuntura, hacer de la necesidad una virtud e intentar progresar con lo que se tiene y lo que viene es lo que nos define y nos distingue de los demás.

 Yo ahora ando inmerso en uno de esos episodios de cambio, a nivel profesional; Camino de la novena semana de un proceso que nos va dejando girones, malos ratos, momentos de profunda incomprensión y de gran soledad, seguramente los más complicados de digerir. Hay días que se hace bola encender el ordenador y continuar, sabiendo que por delante, más que ninguna otra cosa, sólo voy a encontrarme palos por el camino.

 Sé que voy a madurar, además de adquirir nuevas competencias y habilidades, aunque el coste a veces sea muy pesado de cargar. Como en la fábula de Johnson, seré uno de los dos protagonistas, y disfrutaré de los logros, cuando llegue el momento.

 Mientras tanto toca seguir arrimando el hombro, aprendiendo a gestionar los momentos de desazón, muchos de los cuales aún están por llegar. Afortunadamente mi margen de mejora sigue en buenas condiciones.

 Necesitaba escribir esto, a modo de desahogo, para contar todo sin contar nada; necesitaba hacerlo además un viernes, por lo simbólico que conlleva. Depués de las tempestades, siempre amaina. Amainará.

jueves, 1 de septiembre de 2022

Minimalista

 Fundido a negro. Cabezada a destiempo. Cena y paseo nocturno. Día que se esfuma sin tiempo de esparcimiento. Cama y radio. Buenas noches.

 Días minimalistas, esos en que no encuentras tiempo para tí.