Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 12 de agosto de 2014

Cerrado por vacaciones

 Serán apenas unas semanas, las que nos quedan por quitar del calendario de agosto y algunos días de inicios de septiembre. Cierro temporalmente el chiringuito por necesidad de descansar algún tiempo, también en esta faceta de tratar de comentar asuntos de interés, como vengo haciendo habitualmente.

 Quizá el mayor descanso venga de no estar pendiente de atender al blog al final de cada semana; de una manera inevitable sientes la obligación de escribir algunas lineas ya que en eso fijaste tu compromiso: en divulgar de una manera regular y constante tus ideas a través de sucesivas entradas que acaban publicándose por este medio.

 Hacer un alto en el camino, de cuando en cuando siempre es saludable; no por necesidad de renovar temas, (desgraciadamente este blog encuentra un filón irresistible al hablar de política más de lo que debiera y de lo que tenía pensado en un inicio), sino por necesidad de renovar contenidos y enfoques. De lo que se trata es de hacer una parada y fonda con la idea de reactivar las lineas maestras de trabajo y el interés en seguir plasmando negro sobre blanco, mis ideas, inquietudes y mi peculiar forma de entender la vida.

 Me comprometo con vosotros en trabajar más seriamente la parte literaria de este blog. Son demasiadas las entradas que se hacen eco de alguno de los temas más candentes de la actualidad. Es inevitable sentirse tentado a expresar en unas lineas qué se piensa de un hecho concreto, pero el hacerlo de forma continuada, resta calidad intelectual a este espacio, tal y como se deriva de la comodidad que conlleva el dar tu punto de vista sin más elaboración que las impresiones que te causa el acontecimiento sobre la marcha. Por un lado es un modo de retratarte; es como una foto fija del momento que saca a relucir no sólo tu estado de ánimo, sino también tu modo de entender tu contexto, al que te ciñes de un modo u otro según vengan dadas las circunstancias. Plasmas en esa foto tu concepción del mundo, con la certeza de que al hacerlo sueltas ese lastre necesario de expresarte y decir a los demás cómo piensas y cómo ves las cosas, sean las mismas bien vistas o compartidas por quienes tienen la paciencia y consideración de leerte.

 Necesito darle una vuelta de tuerca a eso. Plantearme las cosas de otro modo, buscar el modo de realizar trabajos más elaborados y sofisticados, más en la linea de lo que pretendí desde el inicio al empezar esta faceta creadora y... literaria.  Buena parte de mi silencio de estas semanas irá destinado a buscar el modo de acceder a ese objetivo. Veremos por donde van los tiros.

 Ese es mi compromiso,así que por ahora clausuro temporalmente mis entradas por descanso y reflexión. Que este sea lo suficientemente reparador y provechoso como para darme nuevas ideas y nuevos contenidos. No nuevos bríos ni ilusiones, ya que mis ganas por escribir están intactas, como el primer día.

Así sea, Así os lo cuente a partir de septiembre.

 Buenas vacaciones chicos.

viernes, 8 de agosto de 2014

Ébola

 Es como la nueva peste. Nadie quiere estar cerca, ni apenas oírla mentar. Su nombre, simplemente mencionado, provoca los mismos escalofríos que figuran en la sintomatología propia de una enfermedad de la que apenas un diez por ciento de los casos alcanzan curación.

 La polémica vino a raíz de la repatriación de un religioso, contagiado por tan letal virus en Sierra Leona. Tras múltiples tiras y aflojas, el gobierno en misión humanitaria ha decidido repatriar al enfermo entre fuertes medidas de seguridad, dadas las características del mal que aqueja al sacerdote.

 Las protestas no se han hecho esperar, adoptando multitud de formas: unos se quejan de los altos costes de la misión, otros de los peligros de contagio que supone trasladar a un enfermo de tales características. En la arena política se ha empleado el caso como subterfugio para acusar a los dirigentes responsables de la operación de solo repatriar a un enfermo y una posible infectada, y no a toda la posible colonia afectada, en lo que se ha visto como una decisión humanitaria elitista, al solo atender a unos en lugar de a todos.

 El paciente descansa con las adecuadas medidas de aislamiento en el Hospital La Paz- Carlos III de Madrid. El centro, que cuenta con una unidad de especialización en enfermedades tropicales ha descartado el contagio de la Monja también repatriada, mientras sigue el tratamiento para el sacerdote.Las proximas dos semanas serán vitales para comprobar si la curación es posible. Todo cuanto podía hacerse, ya se ha hecho, en lo que sin duda es una labor de auxilio a un ciudadano en condiciones especialmente complejas.

 Discusiones sobre si debe o no debe la orden religiosa a que pertenece el afectado correr con los gastos del dispositivo quedan en un segundo plano, pese al grito que algunos han puesto en el cielo. la discusión de fondo de este caso debe  afectar a una simple cuestión: ¿ Se ha hecho lo correcto?

 Y la respuesta es muy simple a la par que rotunda: SI.

 Un si en mayúsculas.Y por varias causas.

 Primera: Se ha atendido a un nacional expatriado en un país africano al que se ha traído de vuelta para recibir los cuidados médicos necesarios en aras de alcanzar la curación, cosa que esperemos sea posible.

 Segunda: Se trata de atacar a la enfermedad por todos los medios posibles. Es obvio que la principal acción debe ir orientada a conseguir las mejores condiciones de aislamiento, con vistas a evitar que el brote epidémico pueda alcanza cotas más elevadas, o llegar al rango de Pandemia, lo cual sería una catástrofe sin parangón. Además de eso, y a través de los recursos institucionales internacionales, debería dotarse a los países afectados de cuantos medios fuesen necesarios para tratar de atender a los enfermos sobre la marcha. La combinación de ambas medidas, permitiría paliar los estragos del mal de una forma muy notoria.

 Tercera: Frente al Ébola no se puede ni debe mirar por mas tiempo hacia otro lado. Vivimos en esta parte del mundo tranquilos al pensar que aquella es una enfermedad cuyos signos solo pueden darse en paises de bajo desarrollo, pero la realidad es otra y puede afectarnos a cualquiera. Medidas como esta, de organizar un complejo dispositivo médico a través de un avión medicalizado, son iniciativas que son necesarias en aras de concienciar a la gente de que hay un problema, este es mortal y se produce en paises donde no disponen de los recursos suficientes. Solo con ayuda nuestra, la lucha contra el virus tendrá mas posibilidades de asentarse.

 Cuarta: El miedo, ese gran paralizador, saca de cada cual su parte más egoísta. A tenor de las reacciones de la gente no puede uno más que estar de acuerdo con esa reflexión. Todos somos muy solidarios, hasta que sentimos el peligro cerca, en cuyo caso la reacción inmediata pasa por alejar este todo lo que se pueda. ¿Que allí tienen un problema? Pues que se apañen como puedan... Pero aquí no nos lo traigáis.

 Tal vez el problema está en saber qué se entiende por solidaridad. Dar dinero de vez en cuando a ONG para que cumplan con su labor en zonas deprimidas es una mínima acción que está mas orientada a hacernos sentir bien a nosotros mismos que a paliar ningún azote en ninguna parte. Solo habrá solidaridad cuando los paises del denominado tercer mundo tengan una vía real de poder incorporarse al primero, no con limosnas ni subvenciones, sino con respeto e inversiones. Y con mentalidad de compartir problemas. En un mundo globalizado un problema en África es un problema de Europa. Es un problema del mundo entero.