Comenta Haruki Murakami en el epílogo de esta, su última novela, que era un proyecto largamente postergado, consistente en reelaborar uno de sus primeros cuentos, publicado en una revista y del que quedó profundamente insatisfecho, tanto, que no lo ha dado a editorial alguna para que se publicase en forma de libro.
La ciudad y sus muros inciertos, (Editorial Tusquests) es algo así como una segunda oportunidad literaria, de reescribir una historia que por la complejidad de su argumento ha consumido cerca de cuatro años de trabajo del creador japonés.
El protagonista, trabajador de una agencia literaria,lleva una vida anodina e intranscendente, consumida entre rutinas y añoranzas de un amor de adolescencia del que nunca logró olvidarse. Convencido de la necesidad de dar un cambio a su vida, contacta con un amigo que le consigue una entrevista de trabajo lejos de Tokio, en un pueblo perdido entre montañas, para hacerse cargo de una pequeña biblioteca, en la que le entrevista su predecesor en el cargo, un jubilado de indumentaria estrafalaria, que pronto le muestra que su llegada al pueblo y al puesto, no es del todo accidental y casual.
Con su habitual maestría, Murakami elabora una fábula de vida donde realidad y mundo onírico se entrelazan y complementan para construir un texto de aventura y reflexión interior que enganchan al lector desde la primera página.
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