Campana al cielo, iluminada en mitad de la noche serena y limpia.
Se alza hermosa y orgullosa, erguida y reluciente, es un candil que da claridad, que inspira confianza, al marcar la senda a seguir.
Camino que se acaba y que pronto comienza de nuevo.
Que tenga esa tea cenital en su transcurso; habiendo luz, dan mucho menos miedo los trazados sinuosos y sus curvas.
A fin de cuentas no hay nada más aburrido e irreal que un camino recto.
Matemáticas de vida que no quieren cuentas con las académicas: nada de seguir la distancia más corta entre dos puntos.
Trazada que es un porvenir, a pocas horas vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario