viernes, 29 de agosto de 2025

Olivarera

 Hay una carretera que huele a aceituna, al aroma de la primera prensada de almazara.

 Rodeada de olivos, hasta donde alcanza la vista, localizada entre dos municipios tan sonoros como diferentes. 

 Transcurre por el término de Jabalquinto, antes de desembocar en la industriosa y ribereña Mengibar, al abrigo del Guadalquivir.

 Conducir esos kilómetros por ella, inhibe, despista, deja al que pasa embriagado por lo que ofrecen los sentidos, la vista y el olfato.

 Carretera olivarera, que convierte en una experiencia única el paso por una vía rápida, que en otros contextos no invita a nada bucólico, ni reflexivo.

 Queda la vuelta, en la que volveré a transitar por ese mismo páramo. No importa cuantas veces puedas pasar por él, el efecto embriagador y envolvente será el mismo.

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