Vuelta a las recensiones literarias, (¡Ya lo echaba de menos!) y encima por la puerta grande.
Titulada con el nombre de Los Maia y publicada en 1888 en Oporto, la edición que ha llegado a mis manos ésta, publicada por Penguin Clásicos con traducción de Antonio Jiménez Morato.
Esta obra es un monumento, un relato profundo y detallista, firmado por el escritor y diplomático portugués Eça de Queirós, que cuenta la historia de tres generaciones de una familia pudiente lisboeta, aunque el grueso de la narración se centre en las andanzas del más joven vástago del clan, Carlos da Maia.
Considerada por muchos la obra cumbre del realismo luso, una suerte de Quijote escrito en la lengua de Camoens, Los Maia hace un repaso de la vida y costumbres del país en la segunda mitad del siglo XIX; a través de sus páginas desfilan personajes de la alta sociedad y temas de actualidad que convierten al texto en un repositorio de información real, que cuenta datos de la vida y la política de Europa y el mundo. Una ficción que es un magno libro de historia.
Con ese transfondo, la trama narra la historia de amor de Carlos con Maria Eduarda, una bellísima mujer con pasado misterioso, romance de cuento que a medida que avanza se adentra por inimaginables derroteros que llevan a un final tan sorprendente como emocionante.
Comparado con Émile Zola, su lectura me ha llevado a senderos similares a los que exploré cuando leí La Montaña Mágica de Thomas Mann, otro novela europea soberbia de imprescindible lectura.
Eça de Queirós es una de las plumas cumbre de la literatura en lengua portuguesa. Invertir tiempo en leer sus obras es, sin duda, un gran acierto, como acercarse a este texto aquí referido hoy, una obra maestra.
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