El rodillo apenas se mueve, se muestra anquilosado, doliente con sus chirríos metálicos, que son quejidos inertes de elemento de tabla periódica o de aleación.
La pureza y el pedigrí, siempre inquietan.
Pese a sus manifiestas taras, hace por moverse, por continuar, por seguir practicando sus giros sobre ese eje que le sustenta. Las inercias acaban por hacerle actuar, por enviarle lejos, como una sonda en el espacio que camina constantemente pese a carecer de combustible.
Velocidad mínima pero constante. Cinemática física de cálculo vital.
Sin brío pero con vida, marcha candencioso. Ha de seguir, esa la consigna que es un mantra que mantiene la referencia y también el rumbo.
Aunque cueste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario