lunes, 28 de julio de 2025

Iguales pero diferentes

  Deberíamos ser iguales ante la ley y sí, ante una condena inculpatoria la pena de prisión es ineludible para quien ha cometido el hecho punible.

 Otra cosa muy diferente es el modo de cumplimiento de la condena y ahí el nivel del bolsillo de cada cual hace la diferencia.

 Privación de libertad, pero con comodidades. El último caso es del hijo de un afamado actor español, condenado a cadena perpetua por asesinar y trocear a su amante. Además de tener un nutrido grupo de abogados que trabajan sin descanso para conseguir la repetición del juicio o la anulación de la condena, sus condiciones en la prisión donde se encuentra le permiten tener una celda para el sólo, un privilegio casi inédito en un presidio tailandés. 

 Tranquilo y sin molestias, como si estuviese en un retiro, el reo dedica su tiempo libre a escribir sus memorias, ademas de tener privilegios en las visitas y llamadas y contar con el seguimiento de un psicólogo; seguro que el texto resultante será lo suficientemente jugoso como para ser publicado en el futuro y vendido con sus royalties por una suma presumiblemente considerable, porque ya se sabe, el morbo y la morralla, venden, más en un historia como esta donde fama y sangre se complementan.

 Condena y negocio. Sobre todo esto al parecer la ley no tiene nada que decir. Justicia que es ciega en su esencia pero no tanto en los matices.Para lo otro mejor dejar que sea el bolsillo el que dicte sentencia.

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