jueves, 24 de julio de 2025

Currículums

 Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Así dice el dicho. El énesimo caso de un cargo político con un currículum inflado, ha vuelto a salir a la palestra, con el consecuente escándalo y posterior dimisión. Ni que decir tiene que el ruido y las tracas correspondientes durarán un par de días, hasta que las aguas se calmen y volvamos a las andadas, cuando vuelva a salir otro caso similar en algún tiempo. 

 Ese aparentar lo que no se tiene, es un mal endémico de esta sociedad nuestra, y lo digo sin paños calientes, ni el menor de los complejos, por mucho que duela y que escueza. No hay nada más patrio que fardar de expediente académico, para alimentar ese ego que nos hace querer ser más listos y más competentes que nadie.

 Desde siempre se ha visto como un signo de superioridad, tener estudios superiores en instituciones académicas de primer nivel; hace años además era muestra de un status económico y social superior. De aquellos lodos, vienen estos barros, como si fuera parte de la memoria genética hispánica, incluso hoy día que los grandes currículums no están sólo reservados a las grandes fortunas. Hace muchos años que son un buen argumento para ascender en la escala social, contrarrestando las ventajas de aquellos a los que el pecunio les viene por cuna. Lo que una renta heradada no te pueda dar, que lo haga tu intelecto y tu capacidad de estudio y de trabajo.La ambición no conoce de estamentos, ni de clases sociales.

 Y lo que tus méritos académicos no consigan por vía oficial, que lo hagan las invenciones que hagan falta. Sólo faltaba que venga algún periodista incómodo y descubra el pastel. Por atajos que no quede ( momento irónico de la semana).  

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