No me imagino un mundo sin mariposas, sin observar curioso y admirado sus vuelos erráticos y vibrantes, buscando el néctar que liban de las flores, partícipes activos de ese proceso tan vital como es la polinización.
Casi la mitad de los lepidópteros han desaparecido de muchas zona del país y esas cifras se igualan o acrecientan en otros extremos del planeta.
Seguro que habrá quien niegue la mayor, que no se lo crea; total, todo esto del cambio climático es una moda, o peor aún, una ocurrencia de ideología que hace que algunos obliguen al resto y atenten contra la libertad.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. La libertad como la entienden algunos está saliendo muy cara, alterando condiciones de temperatura que cambian ecosistemas y arruinan flora y fauna. Un derecho que es una irresponsabilidad y que a medio y largo plazo va a traer consecuencias muy caras. Destrucción de efecto retardado.
Mariposas, abejas y otros insectos que son necesarios para mantener el ciclo de la vida como lo conocemos están mostrándose cada vez menos. Ya hay de hecho granjas que crían estos seres diminutos y alados sin los cuales comprometemos la existencia. La cadena y sus vínculos ha de continuar.
Sólo con perserverancia, educación y evidencias se puede combatir a las actitudes negacionistas e intransigentes. Hay demasiado en juego como para tirar la toalla en esto.
https://elpais.com/ciencia/2025-03-06/el-mundo-queda-sin-mariposas.html
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