Dice un joven futbolista español de la Premier que allí los hinchas de su equipo aplauden al jugador de su equipo, también cuando falla, algo que no había visto nunca.
Dicen que es el mejor campeonato del mundo. Desde luego que debe serlo si sus aficionados se comportan de ese modo.
Qué poco habituados estamos a darle valor al fallo, siendo algo tan frecuente como necesario. Esquemas culturales que cincelan planteamientos vitales, formas de actuar y de decidir que tratan de escatimarnos la oportunidad que encierra equivocarse.
No hay mejor manera de aprender, de cambiar, de corregir, de mejorar, de enquiquecerse. En vez de denostarlo, deberíamos darle el valor y la importancia que tiene.
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