viernes, 29 de noviembre de 2024

El collar del perro

  Halloween y su víspera fantasmagórica, the Thanksgiving day, (Día de acción de gracias), con toda la familia reunida en una mesa con un pavo que trincha el patriarca del clan. Parece que la lista de celebraciones anglosajonas que van calando entre nuestras costumbres se va acrecentando.

 No deja de ser extraño ese gusto por lo ajeno y desprecio por lo propio, que lleva a importar celebraciones de fuera, aunque sean tan religiosas como las de aquí, sin que generen alergias, ni sarpullidos como los que producen las que son propias.

  El caso es que la necesidad de celebrar existe igual aunque con se marquen distancias. Es el caso, por ejemplo, de las comuniones civiles y cabalgatas de reyes magos laicas, sin rastro de pesebres y presentes, esos mismos que cada vez más niños  y mayores reciben en vísperas de Navidad, por obra y gracia del barbudo panzón y nórdico, vestido con su clásico traje rojo Coca Cola

 La lista, sin duda, promete extenderse; de lo que no tengo dudas es que, por mucho que se quiera vestir de otro modo, volvemos a lo de siempre, a salir a pasear con el mismo perro, aunque tenga un collar diferente. 

 

 

Comprensión lectora

 Desde hace ya algún tiempo mantengo un pulso constante con la idea de comunicarme a través de la red, especialmente si el vehículo para hacerlo es mediante mensajes escritos.

 Tal vez por ese motivo cada vez grabo más mensajes de audio en vez de escribir mensajes cortos.  Más vale una palabra pronunciada, que mil escritas en este caso.

  Así se reduce notablemente la posibilidad de que se produzcan equívocos y confusiones. La comprensión lectora deja bastante que desear en algunos, incapaces de percibir matices, de captar ironías, de observar socarronerías o de ver el sentido del humor en algunos textos.

 Desde que mandamos mensajes de texto con limitación de espacio, parece como si las mentes se sometieran a algún tipo de estrechez. La capacidad de comprimir palabras, de decir mucho en poco espacio, es una cualidad que sólo se desarrolla a base de tiempo, constancia y mucha práctica. Para todo eso se requiere, tesón, entrega y, sobre todo, paciencia, algo que no abunda en demasía ahora.

 Esperar para conseguir resultados, no hay tiempo para eso. Ser tendencia no da margen de espera. Esclavos de la inmediatez de un éxito, además a veces tan efímero, como el tiempo que se tarda en hacer un click.

jueves, 28 de noviembre de 2024

Humor honesto y vago

 Me produce perplejidad el comportamiento que se hace sentir mayoritario en una parte de este país, en la que sus grandes talentos son menospreciados de puertas a dentro por razón de sus planteamientos políticos.

 Si no uno busca en toda Cataluña calles o plazas que lleven el nombre de Salvador Dalí, se encontrará que pocos muncipios contemplan esa posibilidad. Ese homenaje se descarta por razón de la filiación franquista del genio de la pintura, cuyo retiro en Cadaqués es uno de los espacios museísticos más visitados de todo el Estado.

 Similar argumento cabe expresar en el caso de la pluma más fina y afilada que posiblemente puede hallarse en las letras catalanas, Josep Pla, cuya orientación conservadora y tolerancia hacia la dictadura, a la que se amoldó sin identificarse nunca con ella, le ha valido un ostracismo literario y cultural que es difícil de entender, pese a tener una buena parte de su obra escrita en catalán.

 Talento y política nunca casan bien, de hecho han de seguir caminos bien separados, para sólo así apreciar la calidad de la obra de un creador por sus méritos y no por sus ideas.

 Hace poco tuve conciencia del valor que tiene la obra del escritor de Palafrugell, a través de un ensayo que lo vinculaba con la flor y nata de la burguesía nacionalista catalana,  avivando mi curiosidad y ganas de leer trabajos de este autor. Es así como ha llegado a mis manos esta primera obra, Humor honesto y vago, (Editorial Austral de bolsillo), de 1942 y que es una compilación de artículos que fueron publicados por primera vez en la revista Destino, semanario fundado en Burgos en 1937, que en un primer momento reunió en sus páginas a toda la intelectualidad catalana afín a los sublevados y que más tarde, acabada la guerra, viró hacia posturas más liberales, publicando sus textos integramente en castellano.   

 Durante cerca de treinta y cinco años Pla fue su principal baluarte y colaborador, volcando en sus artículos su experiencia de corresponsal internacional, hombre versado en gustos y costumbres, viajero incansable, dotado de una sensibilidad especial para captar y plasmar con su pluma los entresijos de las personalidades de las sociedades en las que vivió y de las que formó parte. 

 Fue Pla por todo ello un escritor de aire costumbrista, pero también un gran moralista que invitaba en sus textos a la reflexión social, que trató siempre de llegar al gran público con sus trabajos, dotados de una sencillez expresiva y fluida que acostumbraba a adornar con chascarrillos, anécdotas y toques de humor en general, que hacen de la lectura de sus páginas una auténtica delicia.

 Se ha encendido la mecha. Esta primera lectura no es más que un anticipo de lo que se avecina, una tarea gigantesca de acercarse a las obras completas de un escritor prolífico.Junto a ellas queda también pendiente la lectura de su recientemente publicada biografía, titulada Un corazón furtivo, escrita por Xavier Pla, (que no está emparentado con el protagonista) y publicada por la Editorial Destino, que tampoco tiene vínculo con la revista en la que publicó el homenajeado, cuya actividad cesó en 1980.

 


 

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Televisión

 Con la red todo está a mano y todo se ofrece a la carta. Quedan muy lejos aquellos tiempos en que uno esperaba, ansioso, a que llegara el día de turno para sentarse delante de la televisión y ver su programa favorito. Era un consumo de una vez, condenando a quien no pudiera ponerse delante del aparato receptor a una orfandad de visionado, sólo paliada con una posible reposición posterior.

 Eran otros tiempos sin duda, que convertían estar delante de la televisión en una actividad colectiva, familiar e íntima . Ya fuera en el salón de casa, o en el de la casa de otra persona, incluso en un local público, el visionado de cualquier contenido era un momento excepcional.

 Las tornas cambiaron con internet, con el desarrollo de contenidos en plataformas y dominios; el tempo de visionado se amplió, superando la acotación de la emisión en una franja horaria específica y a un día determinado. Hoy basta tener una conexión y cualquier terminal para poder disfrutar de una serie, un programa, un espacio informativo, un encuentro deportivo o cualquier otra creación visual. Esa panoplia de posibilidades, además ha modificado las condiciones del espectador, habitualmente un individuo aislado que puede acometer ver lo que desee en cualquier momento y lugar; el sofá o la mesa camilla ahora se sustituyen por una parada de autobús o la espera en un hospital para una consulta. Cualquier momento, a cualquier hora y en cualquier parte. La red no sólo amplía las conexiones, también las oportunidades de poder consumir contenidos.

 Por todo esto llama mucho la atención la pugna que en dos canales de televisión llevan a cabo desde hace unas semanas, usando el clásico sistema de programación en abierto para aglutinar delante de las pantallas a más de cuatro millones de personas todas las noches.  Dos programas, con dos presentadores estrella, que pelean por apuntarse el tanto de ser los más vistos, de lunes a jueves.

 Voy a soslayar la intrahistoria que pueda haber detrás de ese duelo y sus lecturas políticas; la entrada de hoy sólo quería hacerse eco del detalle de la recuperación de la rutina televisera, sea de salón y hogar o en otras dependencias, de ponerse delante de la pantalla, a una hora concreta, un día determinado. Sorprendente en estos tiempos de ir a todo rápido, de consumir según los criterios del usar y tirar. Parece una especie de involución que puede tener tintes pasajeros, o no.

martes, 26 de noviembre de 2024

Nueve de cada diez

 Es un argumento recurrente, especialmente en publicidad, para recalcar la conveniencia de consumir un producto cualquiera: 

 Nueve de cada diez usuarios, lo recomiendan.

 Es tanto como decir que estamos delante algo sobresaliente. 

 ¿ Qué pasaría si los publicistas dieran una vuelta de tuerca al mensaje y bajaran el ratio? ¿ Un seis de cada diez o un siete de cada diez, no tendría iguales ventas?

 Hablamos de porcentajes excelentes, que superan la media, posiblemente incluso fueran más realistas. Publicidad real, leal,sincera. No son medias tintas.

  Siempre me ha fascinado el lenguaje publicitario esa tendencia a la hipérbole, a la exageración para cantar las excelencias y beldades de una cosa dada. Una forma de llamar la atención, no sólo por los ojos. 

 Fábricas de ilusiones que no son ficción, porque no deben serlo. Afectan al bolsillo y a los deseos de poseer. Han de estar acorde, en consonancia con aquello que promueven y promulgan. Falsedades que no han de tener lugar, porque son una puñalada trapera no siempre denunciada.

 Hay muchas formas de mentir, ahora que tan en boga de todos está la palabra bulo y sus consecuencias.


 

 

lunes, 25 de noviembre de 2024

Tiempo de lectura

 La página en la que habitualmente busco información sobre las últimas novedades editoriales ofrece un servicio que me resulta muy peculiar. Si hago click sobre alguna publicación, además de los datos referentes al autor y su obra,una breve sinopsis y algunos otros datos relevantes como el precio, también da una estimación del tiempo de lectura necesario en caso de decidir leer ese libro. 

 Por ejemplo para una novela de seiscientas páginas, la estimación es de unas catorce horas  y media de lectura. Sin duda se trata de una cifra media. Existe el servicio de hacer una prueba de lectura personalizada, que da un texto a leer para comprobar la velocidad que cada uno posee y asi hacer el cálculo individualmente. 

 Como en tantas otras cosas, el hábito y prácticas continuadas en la lectura agiliza la capacidad y reduce los tiempos; para un texto ligero,sin grandes complicaciones, puede reducir a la mínima expresión el tiempo que se necesite para terminar una novela.

 Igual que no todos leemos lo mismo, tampoco leemos igual y el tiempo de inversión en cada libro difiere, siendo una sola de las diferencias que podrían enumerarse en una actividad tan privada.

 Si tuviera que calcular cuántas horas de mi vida he destinado al disfrute de la lectura, probablemente ya contabilice  las mismas por años. Sin duda mucho tiempo. La tercera actividad en tiempo real dedicado e invertido, tras dormir y trabajar, en toda mi vida.

 

 

viernes, 22 de noviembre de 2024

Trilogía de la Fundación

 Reconozco que me daba mucho respeto, tan poco dado como soy a explorar los géneros de la fantasía y la ciencia ficción, aún así estaba en la lista de libros a leer, por lo que ha sido seguramente la lectura más procrastinada de mi vida.

  Me imponía mucho su autor, Isaac Asimov, profesor de bioquímica y divulgador científico, ruso de religión judía naturalizado estadounidense y afincado en Nueva York. Seguramente junto a Carl Sagan, uno de los grandes culpables de que muchas generaciones de personas se hayan interesado por la ciencia y sus mundos.

 Tal vez temeroso de perderme en unos cuentos escritos por separado, primera parte de una saga extendida en el tiempo, de complejos argumentos técnicos, si no académicos,  poco entendibles para los que somos legos en la materia, la lectura de la Trilogía de la fundación, (Ed. Debolsillo),  se me hacía bola, literalmente. Han tenido que pasar unas cuantas décadas para atreverme con un libro que en muchos casos ha sido lectura para adolescentes curiosos.

 Así a primera vista podría tratarse de un trabajo como tantos otros del ramo, que cuenta batallas galácticas, luchas de poder y proezas épicas alojadas en las estrellas, sin embargo el texto de Asimov busca referirse al mismo tema con argumentos más sofisticados y profundos que se encarnan en la figura de su principal protagonista, Hari Seldon, matemático creador de la Psicohistoria, autor de ecuaciones que permitirían escribir la historia, pero a futuro, con capacidad de predicción en términos probabilísticos. 

 Toda una distopía en lo que no falta ninguna de las salsas esperadas en el menú, pero que invita a la reflexión y al analisis de la naturaleza humana, donde raciocinio y pulsiones libran la eterna batalla de control. Seguramente, una de las creaciones de obligada lectura en la vida.

 



 



 

jueves, 21 de noviembre de 2024

Comediante

 La casa de subastas de Sotheby's vuelve a ser portada, por alcanzar una de sus obras vendidas, un precio astronómico. En este caso, se trata de la creción denominada Comediante, obra del artista conceptual Maurizio Cattelan.

 Hasta ahí nada tiene de extraordinario, si no fuera porque la obra subastada es una simple banana sujeta a la pared con una trozo de cinta americana. La puja mas alta alcanzó 6.2 millones de dólares y fue realizada por el empresario Justin Sun, fundador de la plataforma de criptomonedas Tron.

 ¿ Qué tiene de extraordinario, juntar dos objetos de uso y consumo corrientes y exponerlos en una galería de arte? ¿ Puede considerarse esto arte?

 La respuesta es sí.

El arte conceptual es un movimiento artístico en el que la conceptualización o la idea es más importante que la obra de arte como objeto físico o material. Si además partimos de la base de que el arte tiene como objeto y finalidad satisfacer las necesidades estéticas, hacer sentir, elevar, conmover o generar algún tipo de reacción, la creación de Cattelan cumple con ese objetivo. Produce una reacción en quien la observa.

 No es por tanto la dificultad sólo la que determina el mérito. Con lo más elemental y mundano, puede hacerse arte, con una simple performance o instalación efímera,  con un montaje callejero... La conocida corriente como Art Povera, realizaba creaciones con materiales considerados pobres, muchos de ellos recogidos directamente de la basura.

 Ni que decir tiene que otra cosa muy diferente es el precio, ya que, como bien es sabido, el arte en sí no tiene más precio que el que uno este dispuesto a pagar por él.

 


 

 

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Acuntis

 Está en mi lista de tareas pendientes, visitar Umbria, su capital Perugia y Asís, el municipio que vio nacer a San Francisco, cuya basílica, es Patrimonio de la Humanidad, título concedido por la UNESCO, apenas unos años después de que un devastador terromoto, asolara el centro de Italia, allá por el año 1997. Además de sufrir la pérdida de diez vidas humanas, el seísmo, produjo daños terribles en el patrimonio histórico y artístico de la ciudad, lamentando especialmente los destrozos ocasionados en los muros de la basílica y en sus pinturas sacras, frescos cuya autoría se debe a Cimabue y Giotto, que con su maestría adornaron bóvedas y paredes del recinto sagrado.

 Ver el estado en que han quedado tras la laboriosa tarea de restauración de años, será el punto fuerte de la visita, sin lugar a dudas, aunque también encontraré tiempo para acercarme a otro lugar.

 Ese sitio no es otro que la Chiesa de Santa Maria  Maggiore, donde desde hace cuatro años reposan a la vista de los creyentes y curiosos los restos de Carlo Acuntis, joven fallecido con tan sólo quince años de edad a causa de una leucemia fulminante y a quien el Papa Francisco ya ha puesto fecha para su canonización: abril de 2025.

 Una conversión record hacia la beatitud y posterior subida a los altares, cuya vida y obra, segada en 2006, busca ser un ejemplo de compromio con las creencias cristianas a las más tiernas edades. Sin duda es la culminación de un proceso que aporta aires de novedad y actualización, no por ser el primer menor canonizado, sino por la puesta en escena, más bien inédita en la más rancia institución, abonada a planteamientos siempre conservadores en aras de las preservación de un credo, que no debería estar reñido con los tiempos en los que se asienta y sus prácticas.

 Será el primer milennial, ( que es como se conoce a los nacidos entre 1980 y 2000), que sube a los altares de la Iglesia Católica. Dos milagros certificados por la curia vaticana certifican la distinción.

 Acostumbrado a ver reliquias de otros santos, con indumentaria de otros tiempos y atuendos religiosos, impacta ver los restos del muchacho, cubiertos con sus correspondientes máscara y manos de cera, ataviado con un chándal de color azul y unas sneakers de la marca Nike en los piés. Será impactante, sin duda

 


 

 

La vegeteriana

 La protagonista de este libro, Yeong-hye es una mujer de mediana edad, casada y sin hijos, que lleva una vida corriente y sin sobresaltos, hasta que comienza a sufrir pesadillas por las noches, sueños desequilibrantes y destructivos que le llevan a acometer cambios en sus hábitos.

 Una mañana su esposo se levanta de la cama y la encuentra sentada en el suelo de la cocina, metiendo en una gran bolsa de basura toda la carne que había acumulada en su nevera; será ese acto el comienzo de una vida sin comer alimentos de origen animal, que traerá consecuencias y llegará a extremos insospechados.

 Con este argumento aparentemente sencillo y común, la escritora coreana Han Kang, Premio Nobel de Literatura 2024,  construye este relato de metamorfosis de vida, que transforma la existencia de la protagonista y de las personas que le rodean, destruyendo el sistema de vínculos y equilibrios de toda una familia, alterados para siempre por un cambio de hábitos alimenticios.

 Con sutileza y habilidad extraordinarias, Kang vertebra esta historia de crítica a los convencionalismos sociales, a las costumbres adquiridas y al papel secundario y gregario de la mujer en una sociedad como la coreana. Emocionante, brillante y profunda. Gran libro.





 

 

martes, 19 de noviembre de 2024

Sentido de pertenencia

  Marca el reloj las seis y cuarto de la mañana, accedo al andén después de dejar mi coche en el aparcamiento disuasorio de la entrada a la estación. Saco de mi mochila el libro que estoy leyendo y me pongo las gafas. Espero a que transcurran los seis minutos que faltan, para subirme al convoy que ha de llevarme a la Puerta del Sol.

 Como casi siempre soy el único que lee entre los que esperamos al tren; el resto mira al teléfono movil o simplemente deja la mirada perdida, ojos que aún guardan sueño, que anhelan la cama que apenas acaban de dejar.

 Trasiego madrugador, al que nos sumamos muchos; algunas caras las recuerdo de otros días, poco a poco se va generando esa camaradería propia de quien pertenece a un grupo, el de los currelas, que a primera hora salen a la calle para ir a su lugar de trabajo. 

 Me siento parte de un grupo que con su trabajo anónimo y cotidiano, contribuye a poner en pie cada día todo lo que está construído; aquí y en otras muchas partes, donde asalariados de todo tipo, estásn en danza desde bien temprano para cumplir con sus obligaciones.

 No me da pereza, me da vida.  Me siento orgulloso. Alimento ese sentido de pertenencia, a ese grupo de gente que nunca recibe halagos, siendo como son lo mejor que tenemos. 

 



lunes, 18 de noviembre de 2024

Candidez

 No es noticiable cuando se observa en un infante, en cambio inspira ternura cuando se ve en un adulto.

 Porque se presupone la inocencia a quien a cuenta con su corta edad, no le ha dado tiempo a malearse. 

  Con los años y con la experiencia, el juicio se amuebla, el cauce moral se justifica y las acciones se adecuan al rango de unos pensamientos, labrados a conciencia vívida. Ese trasiego de acontecimientos deja poco margen para mostrar ingenuidad.

  Pero no todo está perdido, siempre hay situaciones dispersas que dejan margen de maniobra, que dan paso a ese rasgo de ausencia de dobleces.

 Porque tal vez no siempre perdemos esa posibilidad, pese al peso del paso de los años y la experiencia. Quizá por eso hay que celebrarlo, cada vez que tengamos la oportunidad de mostrarnos infantiles.

 

domingo, 17 de noviembre de 2024

Fortunato

 Decía Juan, tu primogénito en el responso que precedió a tu inhumanción, que una vez te habían preguntado cómo llevabas el hecho de llamarte Fortunato, nombre muy poco común y que a eso tú contestaste que el nombre era como un traje, que se llevaba toda la vida, pero que no era más que eso y que lo verdaderamente importante era la percha, no el cómo se nombraba a ésta.

 Te nombraron como a un Obispo de la ciudad francesa de Poitiers, de origen italiano que vivió en el siglo VI, canonizado por la iglesia y al que se recuerda por ser autor de textos hagiográficos, (escritos que cuentan vidas de santos) e himnos en latín.

 Eran otros tiempos, cuando el santoral era un referente necesario para acudir al bautismo, debiendo contar con la aprobación del cura, que podía negarse a bautizar a algún niño si no encontraba equivalencia en el listado de nombres cristianos.

 Fortunato, que significa en latín, el que tiene fortuna, cosa que pudimos comprobar ayer los que acudimos a despedirte.

 Hombre afortunado por compartir más de sententa años con tu viuda Luisa, toda una vida de luchas y batallas desde que un día emigrasteis desde Ugíjar,pueblo de la Alpujarra de Granada, para comenzar un proyecto de vida que os trajo tras algunas escalas a Madrid, donde formasteis una familia con vuestros tres hijos.

 Vida longeva y provechosa, de hombre trabajador, juicioso y sencillo, que destacaba por su prudencia y saber estar, poco dado a llamar la atención y a montar alboroto.

 Te conocí en el tramo de final de tu vida, cuando ya afrontabas los largos días de jubilado, encontrando en la horticultura un pasatiempo y una forma de ayudar y hacer feliz a la gente. Humilde y siempre reservado, algunos de los frutos de tus cultivos llegaron a mi propia nevera, sin que pidieras a cambio nada más que un simple gracias.

 Ese mismo gracias que te dimos ayer las muchísimas personas que acudimos a despedirte y a arropar a tu mujer y a tus hijos en el momento de tu marcha. Las personas, como bien predicabas, nos distinguimos por nuestros actos y tú en tu vida sembraste, como en tu huerto, toda  una cosecha en forma de pequeños gestos que mostraban ese cariño y aprecio de corazón noble y bueno, que ayer de alguna manera, intentamos devolverte en forma de emocionado homenaje.

 Que la tierra te sea muy leve. Descasa en paz, Fortunato.

 

 

sábado, 16 de noviembre de 2024

Residencias

 Hace apenas dos semanas, visualizamos una de las escenas más impactantes del episódio climático convertido en tragedia acaecido en el Levante

 Con el agua llegándoles casi a las rodillas, sentados en sus sillas de ruedas, un grupo de ancianos  trataba de huir de la inundación que su centro estaba sufriendo. Muchos lograron escapar gracias a la ayuda de unas enfermeras/ enfermeros que partiéndose el espinazo, consiguieron poner a salvo a estas personas, limitadas en sus movimientos.

 Ayer por la mañana nos levantamos sobresaltados con otro episodio dramático en otra residencia, esta vez en otro punto de la geografía peninsular y por razones muy distintas; una colilla mal apagada provocó un incendio que puso en riesgo la vida de los residentes. De hecho diez de ellos perecieron en el suceso. Un desenlace casi milagroso después de conocerse algunos detalles del hecho: que se produjera en la madrugada y con apenas personal haciendo la guardia.

 Ambos casos tuvieron un fatal desenlace y en los dos no fue todavía a mayores la tragedia gracias a la labor encomiable del personal de estos centros, trabajo silencioso pero necesario, que rara vez tiene el reconocimiento que merece, como si en una hipotética escala sociosanitaria ocupasen el último escalafón, el más bajo.

 Todo lo contrario. Son personas de mérito. Es justo agradecerles su labor, darles su reconocimiento, ponerles en su sitio, como a tantos otros que ocupan funciones y hacen cosas, en muchos casos desagradables,  sin las cuales no podríamos continuar con nuestras vidas y rutinas.

 De verdad, gracias. Infinitas.

 

 

Lágrimas

 ¿ A qué huelen las lágrimas?

 No sabría decirlo, aunque cuando uno está en pleno proceso de llanto, especialmente si es por alguna cosa mala, la nariz, no sólo se enjuga los mocos, también percibe como el aire que inunda los pulmones trae una esencia distinta a la normal.

 Desde luego tienen gusto y saben a salado. Alguna de las últimas veces en que he llorado profusamente, he visto llegar algunas lágrimas a través de las comisuras de la boca a mi lengua, dando a mi paladar la oportunidad de saborearlas.

 Producto de elaboración y cosecha, propias.

 Forman parte de lo más íntimo, salen de dentro de tí y lo hacen para expulsar emociones, en ocasiones benignas y es que la línea que separa la pena de la alegría es tan fina como inexistente. Ante un acontecimiento significativo, la exteriorización del sentimiento conlleva poblar los lagrimales de líquido.

 Es una especie de agua vital. Una señal.

 Huele y sabe, aunque sea sólo eso, agua.

No todas las lágrimas se manifiestan físicamente. Hay lloros que se perpetran en silencio, sin muestras externas que pongan en sobreaviso. Lloramos a diario, de manera discreta, en cualquier sitio y en cualquier momento del día. Llantos que son efímeros unas veces y en otras ocasiones se dilatan en el tiempo. 

 La sombra de la preocupación y la inquietud es alargada y puede derivar en situaciones de rotura interna, aunque nadie se aperciba de ello. 

 Esas son las lágrimas que más preocupan, las que no tienen razón o lógica, al menos aparentemente.Dolores no localizados que bajo ningún concepto deben convertise en crónicos.

 Cuando el equilibrio interno se rompe, el dique de contención deja pasar a los fluídos. El cauce ha de seguir su curso.

 Por eso es tan importante desahogarse. Hay que llorar más y no avergonzarse por ello.

 Las inmundicias, donde mejor están, es fuera. Siempre.

 

viernes, 15 de noviembre de 2024

Apariencias

 Se quejaba un voluntario de las riadas en Valencia, de que le acusaban de ser de extrema derecha, por llevar tatuajes en la cara y el cuerpo. El tipo con aspecto de malo resulta que lleva tatuado en el cuello un número que le recordaba a su gato. 

 Se queja también el periodista que habitualmente habla de fenómenos paranormales por las comentarios negativos recibidos tras los fallos que ha cometido en la cobertura de la catástrofe; son los mismos fallos que han reproducido otros, pero que se magnifican en su caso, con críticas que llegan al desprecio por  su condición de divulgador friki, que se ha cansado de perseguir ovnis y ahora cuenta cosas que no son verdad. Clasismo profesional.

 Apariencias; condicionan y limitan, suponen un comportamiento determinado; amalgamas de clichés pre-establecidos que en la mayoría de los casos en nada se aproximan a la realidad.

 Ahora que tan de moda está hablar de maltratos, uno de ellos estriba en despreciar a alguien por su trabajo o apariencia, dos elementos más que añadir a la larga lista de menoscabos, tan propios de una época como esta en la que el respeto al otro, a su forma de pensar, de actuar o de sentir brillan literalmente por su ausencia.

jueves, 14 de noviembre de 2024

50 céntimos

 Cosas de hacer caso al GPS. Otra mañana de tráfico tremendo de entrada a Madrid y la maquinita que me propone coger una de las autopistas radiales, la R3, después de desviarme por la M-45. 

 Habitualmente poco transitadas,(la gente no quiere pagar nada), pueden ser un desahogo puntual dadas las circunstancias. Por un precio tan irrisorio, merece la pena acudir a ellas y con ello, aliviar de alguna manera el tan pesado tránsito de cada mañana.

 Haciendo cola para abonar la tarifa, el no llevar efectivo me obligó a hacer uso de la tarjeta. Para mi sorpresa, el datáfono de la cabina que opera la barrera de acceso, no la reconocía.

 Como solución, recibí un ticket de reconocimiento de deuda, que me habilitaba para transitar, pero con el compromiso de abonar el importe adeudado antes de 24 horas.

  Ya en el trabajo, al acceder a la página de la empresa operadora del servicio, no encontré mejor forma de conseguir información para pagar, que llamando por teléfono; sin un mejor modo de abonar el recibo, sin tener que personarme en las oficinas en la empresa en el centro de la ciudad, me he visto obligado a hacer una transferencia por esa irrisoria cantidad, 50 céntimos.

 No se me ocurre mejor colofón para esta historia, que recurrir al refranero: para hacer este viaje, no hacían falta estas alforjas. Desde luego.


miércoles, 13 de noviembre de 2024

Títulos

  Es una de las obsesiones nativas, mostrar que se tiene caché, relevancia, importancia.

  Para ello nada mejor que mostrarlo en un currículum, cuanto más grueso, mejor.

 Títulos académicos que adornan carreras personales, licenciaturas, grados en los últimos tiempos.

 Más importante que la cualificación en sí, aquello para lo que te habilita.

 Buñuelos de viento.  Simples nomenclaturas.

 Cosas del aparentar, antes que del ser.  Argumentos antropológicos de primer nivel, significativos de una forma de estar, ser y vivir.

 

 

martes, 12 de noviembre de 2024

Ni tanto, ni tan calvo

 Expresión popular, donde las haya, en castellano. Significa muy bien cuestiones derivadas del carácter patrio, tampoco dado a anticiparse a las cosas cuando debe, para escenificar después en exceso, el siempre saludable hábito de mostrar celo en las cosas importantes.

 Volvemos a estar en alerta roja, al menos dos provincias del país esperan lluvias intensas con riesgo de desbordamientos e inundaciones. Esta vez las autoridades han activado todos los mecanismos de alarma y prevención, con una sobre actuación que raya lo ridículo.

 En este caso habría que darle la vuelta al argumento, porque el orden de los factores, desgraciadamente si altera el producto final: ni tan calvo, ni tanto.

 

lunes, 11 de noviembre de 2024

Me piden que regrese

 Benjamin Smith, llega a Madrid en 1945, reclutado por el servicio secreto estadounidense, la OSS, (Office of Strategic Services), con una misión secreta que pretende desestabilizar al régimen con una acción concreta referida a miembros específicos del organigrama político. Es una más de las misiones que se desarrollan en la capital de España, hervidero de espías y agentes secretos en los estertores de la II Guerra Mundial. Sin buscarlo se ve envuelto en equívoco de identidades que hace pensar a las autoridades locales que no se trata de un simple ciudadano americano de visita en el país por razones comerciales.

 Narrada con sencillez y precisión, Andrés Trapiello construye este relato que describe con perfección la vida y milagros de la ciudad y sus gentes en unos tiempos de carestía y miseria.

 Me piden que regrese, (Editorial Destino), es una ficción histórica, una excelente oportunidad de acercarse a la España de la posguerra, con sus cartillas de racionamiento, dosis de extraperlo y depuración de elementos indeseables perseguidos hasta la muerte por las fuerzas y cuerpos de seguridad franquistas, obsesionados con exterminar hasta el último rojo en los núcleos urbanos, amén de hacer lo propio con los maquis en el mundo rural.

 


 

 

31 mujeres. Una exposición de Peggy Guggenheim

 Domingo cultural. Me levanto pronto, comienzo la mañana con un café recién hecho y un poco de lectura, organizo levemente el plan de la mañana: ir hasta Recoletos para ver una exposición en la Fundación Mapfre y paseo hasta la Gran vía para comprar algún libro de la última ganadora del Premio Nobel, Han Kang.

 Aunque hay otras dos exposiciones, a cual más interesante, que pueden verse con la entrada general, una  sobre el marchante de arte francés Paul Durand Ruel, mentor de grandes pintores  impresionistas y otra sobre la obra del fotógrafo estadounidense  Arthur H. Fellig, conocido por su seudónimo Weegee, testigo gráfico de la crónica de sucesos de la gran manzana, la palma de la oferta disponible se la lleva la muestra 31 mujeres. Una exposición de Peggy Guggenheim, que rememora la muestra pionera que en el año 1943 organizó la celebre coleccionista y mecenas en su su galería neoyorkina Art of This Century, en la que se exponían obras creadas exclusivamente por mujeres en las que el denominador común fue, además de la condición femenina,  la influencia que estas creadoras recibieron de corrientes vanguardistas tales como el surrealismo o la abstracción.

 Obras de Leonora Carrington, Dorothea Tanning, Frida Khalo, Milena Pavlovic-Barilli o Kay Sage, desfilan por las salas de exposiciones, en lo que es un impresionante elenco de grandes creadoras, entre las que destaco a título personal las obras de Kay Safe, cuya sensibilidad y delicadeza me han atraído de manera notable, invitándome a interesarme por su vida y obra.

 Inmejorable colofón para la semana, tanto, que prometo volver a visitar esta exposición antes de que concluya el año.

 


 


https://www.fundacionmapfre.org/arte-y-cultura/exposiciones/sala-recoletos/peggy-guggenheim-arte-femenino/

domingo, 10 de noviembre de 2024

Interruptus

 Despertador que suena a su hora, que me saca de la cama, activa mi cuerpo con el café y sus abluciones. De camino al garaje a buscar el coche. Las luces penetran en la oscuridad de la calle por la que apenas transitan algunos viandantes.

 Llego pronto al estacionamiento del tren. Dejo pasar unos minutos sentado a oscuras, arropado en el calor del asiento antes de dejar que el aire de la calle me recuerde que estamos a diez grados. Cinco minutos antes salgo para el andén; me distraigo en la espera retomando mi lectura, apenas me quedan ciento cincuenta páginas de un libro de ochocientas.

 Llega el convoy y consigo asiento. Mis compañeros de viaje andan dormitando o escuchan música, apenas si hay murmullos o conversaciones. El ambiente es ideal para leer sin distracciones. En la segunda parada se trunca la ruta. Se oye el ruido de la señal del abrir y cerrar de las puertas varias veces; no continuamos; después de varios minutos de espera, el maquinista nos invita a salir y esperar en el andén al siguente tren. En un pasillo estrecho, que está humedo del relente de la noche, nos amontonamos docenas de personas, los que íbamos dentro, lo que pretendían incorporarse a la marcha. Tras esperar un poco más mezclado con ellos, comprendo que con sólo dos paradas de trayecto, tengo más opciones de llegar puntual al trabajo teletrabajando desde casa que continuando.

 Cambio de andén y me subo al primer tren que me lleva de vuelta al pueblo. Cojo el coche y vuelvo a mi piso. Con apenas unos minutos de margen antes de que den las ocho, me preparo una cafetera y leo un poco antes de empezar. 

 Y pensar que por un instante antes de levantarme, barrunté la opción de dormir un poco más, de levantarme una hora más tarde y conectarme en pijama. A veces las corazonadas son ciertas.

 Comienzo de semana con conato de ida a la oficina, viaje interruptus por una de las muchas incidencias que el transporte público sufre de un tiempo a esta parte. La joya de la corona depauperada que me lleva y me trae de Getafe a Valdemoro, en un trayecto inesperado.

 

viernes, 8 de noviembre de 2024

Pogromo

 Palabra siniestra donde las haya.

 Significado terrible. Linchamiento y masacre de un colectivo específico, por razón de su identidad, condición, raza, orientacion sexual o religiosa.

 La primera vez que se utilizó fue para designar actos de violencia contra los judíos en el antiguo Imperio ruso, hostigamiento que produjo una nueva diáspora hacia Oriente medio, base sin la cual es imposible no entender el conflicto actual en los viejos territorios de la Palestina hístórica.

 Pese al aire vetusto del término, aún sigue vigente y no sólo para significar persecuciones abogadas por el más rancio antisemitismo.

 Víctimas de pogromos hay por muchas razones y circunstancias.

 Parece consustancial a la condición humana, la acción de rechazo, persecución, expulsión, vejación y en casos extremos de exterminación individuos o grupos que se sienten como una amenaza, una molestia o un peligro. 

 Pogromos que son historia, pogromos que son futuro, pues nos quedan muchos que ver y sufrir, lamentablemente. 

 Evolución humana que no es tal en este caso, pues no  hay avances, no hay mesura. El comedimiento basado en el respeto al oponente, a su integridad, sus bienes y su colectividad, sigue siendo asignatura pendiente. Sine die.

 

jueves, 7 de noviembre de 2024

Resaca

  Terminó el viaje de tres meses, cuando a finales del mes de agosto las presiones dentro del partido del burro, descabalgaron al Presidente Biden de la carrera electoral, a consecuencia de sus cada vez más evidentes, síntomas de senectud cognitiva.

 Noventa días frenéticos, en los que la aspirante a repetir vicepresidencia, se encaramó en la candidatura presidencial, apremiada por la necesidad de conseguir un candidato convincente y de consenso dentro de su partido.

 Parecía que el efecto deseado iba produciéndose, la llegada de Kamala a lo más alto invertía la tendencia negativa de las encuestas, absorbidas por la estela de un candidato gaga que confundía nombres y olvidaba argumentos en sus discursos. 

 No era más que el comienzo del inflado de un globo, al que por más aire que le echaran, no tenía suficiente consistencia para volar.

 Ni las muestras de apoyo  por parte de lo más granado de la farándula, ni la operación de marketing viral que buscaba resaltar los orígenes humildes de la antigua Fiscal de distrito de San Francisco, así como su procedencia, jamaicana e india, que tan bien representa los valores de una nación que lleva en su ADN la condición de país de emigrantes, por más que moleste a los supremacistas W.A.S.P., ni tan siquiera su condición de mujer, en lo que era la segunda intentona de alzar a lo más alto del planeta a una mujer, después del fallido intento de Hillary Clinton, han servido. 

 Todo ha sido en balde, nada ha dado sus frutos para combatir en las urnas la llegada de nuevo, del alentador del asalto al Capitolio en dos mil veintiuno.

 Entonces, ¿Qué ha fallado, qué ha ido mal para no convencer a votantes de color, emigrantes latinos e incluso mujeres, para haber preferido la candidatura de los republicanos?

 La respuesta hay que buscarla en los precendentes, en los cuatro años de gestión previos en los que apenas si se hizo notar la que era vicepresidenta, teniendo buenos argumentos para hacerlo; ni la agenda social, ni el activismo feminista previsible y esperado aparecieron en momento alguno, representados en la efigie de una compañera de baile que dio un perfil tan bajo como invisible.

  Sin bagaje político que mostrar, su torpe habilidad comunicativa pese a no ser una mala oradora, sus continuos vaivenes argumentativos vacíos de contenido, su negativa a contestar preguntas directas de periodistas o dar rodeos en sus alocuciones, han terminado por hacer sembrar una imagen inconsistente, pobre y carente de solvencia. Para los que creen que una buena imagen física ayuda bastante por sí sola, lo ocurrido ayer en los comicios presidenciales pone de manifiesto que hace falta algo más para convencer a los electores.

 La operación Harris ha sido un fracaso y quedará en los anales políticos como un intento por reconducir la candidatura demócrata con más buena voluntad que fondo, forzados por las circunstancias. Los errores se pagan y no apostar por un abandono a tiempo del presidente octogenario saliente, para promover un proceso de primarias limpio y consistente, ha penalizado más de lo que muchos querían ver y reconocer, las opciones de repetir victoria y presencia demócrata en el despacho oval de la Casa Blanca.

 

 

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Mi pueblo

 Hoy quiero hablar de mi pueblo. Sí, lo sé, suena raro que lo diga yo, tan urbanita y tan adicto al Foro, como he sido siempre.

 Vivo en una ciudad del área metropolitana de Madrid, en la que somos cerca de ochenta mil los vecinos censados en ella. Un pequeño municipio que crece a marchas forzadas, fruto de la necesidad de vivienda barata y del deseo de optar a una mejor calidad de vida que ya no ofrece la capital.

 Los vecinos aumentan a un ritmo vertiginoso, no así los servicios y prestaciones. Con apenas dotaciones de atención primaria,  dos centros de salud se reparten  a los vecinos, contando con el desahogo del Hospital Universitario Infanta Elena, que no debería dar esa cobertura. Se ha proyectado un nuevo centro de atención sanitaria, pero no estará terminado ni en funcionamiento hasta dentro de un año, como poco. 

 Hace poco se han inaugurado las instalaciones de los nuevos juzgados, que dan servicios a casi doscientos mil vecinos repartidos en varios municipios de la Campiña sur madrilena, tales como Chinchón,Ciempozuelos,San Martín de la Vega, Valdelaguna, Titulcia, Torrejón de la Calzada o Torrejón de Velasco, como cabeza de partido judicial.

  Faltan policías locales, apenas si se ven patrullando por las calles; es más fácil, en cambio, ver hacer esa función a miembros del Colegio de Guardias jóvenes de la Guardia Civil, que tiene su sede en la localidad. Una vez más asistencia temporal, precaria y para salir del paso, con la que paliar una cuestión tan vital como la seguridad.

 Con la llegada de familias cada vez mas jóvenes, la irrupción de menores de edad es más acusada de lo normal, aportando tanta alegría en las calles como problemas a la administración, que tampoco cuenta con una red de colegios públicos suficiente y con centros privados caros que tan poco tienen plazas ilimitadas para hacer frente a la demanda.

 Las instalaciones deportivas públicas son escasas y están en mal estado de conservación. Eso lleva al uso de gimnasios  y piscinas privados, poco baratos y atestados. 

 Apenas hay cines, (que quedan en un minúsculo centro comercial), no hay librerías, (aunque sí una biblioteca), un par de museos y un teatro en la calle principal, que hace las veces de centro cívico y sala de exposiciones.

 Como buen recinto urbano español, no faltan iglesias donde calmar conciencias, ni bares y restaurantes,(hasta con estrella Michelín), donde consolar las penas.

 Así es y así está Valdemoro, lugar en donde tan sólo abundan los geriátricos, parques y espacios abiertos, rodeados como estamos de zonas agrarias. Vivir cerca de una via de agropecuaria de paso de ganado y de un patatal cultivado año tras año, que muchos usan para salir a correr o con la bici, es una bendición,  lo reconozco. Acostumbrado a tener por vistas edificios de ladrillo, ver campo y cielo con puestas de sol, es un regalo tan inesperado como reconfortante. 

 Luces y sombras en la patria chica de El corte inglés y su centro de distribución y logística, en mi nuevo emplazamiento, en el que voy a cumplir pronto dos años de residencia.

 

martes, 5 de noviembre de 2024

Staedtler

  La belleza está en las pequeñas cosas, en las que están bien hechas.

 También es un concepto subjetivo y relativo. Depende de las motivaciones y de las percepciones que tenga cada cual.

 ¿En dónde puede encontrarse? Practicamente en cualquier parte, en lo que es obvio y en otras cosas que no lo son tanto.

 Como por ejemplo en algo que me acompaña desde la más tierna infancia, cuando era de uso obligado en las tareas escolares; más adelante, en la época de ampliación de estudios universitarios, rellenando acotaciones de libros subrayados, con comentarios escritos a mano que eran el mejor de los repasos posibles.

 Después, apuntando en papeles la lista de la cesta de la compra, para hacer números ante cualquier presupuesto improvisado, para dejar notas de amor, para rellenar christmas navideños.

 Siempre fiel, siempre devoto al uso del lápiz y no a uno cualquiera. Fiel a mi marca alemana, con sus bordes negros y amarillos y su remate en rojo; lápiz del número dos, mi favorito de siempre.

 Staedtler mítico, algún día tenía que llegar el momento de dedicarte unas lineas como homenaje, a tantos años de compañía y escritura.




 

lunes, 4 de noviembre de 2024

Dulce nostalgia

 Como si el cerebro me anduviera dando señales de búsqueda de protección, de desconexión.

 Tengo ganas de dulce, como cuando era niño. Quizá de esa manera se vaya el sabor amargo que tengo en la boca desde ayer por la mañana, cuando amanecí temprano, pese a ser domingo, sin saber muy bien por qué. 

 Tengo ganas de leche condensada, en lata; esa que robaba a cucharadas, a escondidas, cuando mi madre perdía de vista la nevera.

 Ganas de Maizena, harina de almidón endulzada, que mi abuela me preparaba como premio por ayudarla a regar las plantas y a moler café en su  viejo molinillo de manivela.

 Ganas de papillas y de potitos, de farmacia, esos de los que daba buena cuenta cuando alguno de mis hermanos pequeños terminaba su ingesta y no se los acababa. Nunca sobró nada mientras yo estuve allí, dispuesto para deglutir deshechos a discreción.

 Ganas de pastelitos de venta en colmados y en panaderías, especialmente los Bony y los Bucaneros, biscochos rellenos de almíbar por dentro, cuando la bollería industrial no era veneno, sino un privilegio.

 Ganas de chocolate caliente, de chocolatería de churros, que siempre sabía mucho mejor que el chocolate casero hecho por mi madre en casa. Acontecimiento que de cuando en cuando movilizaba a toda la familia para ir al establecimiento a ingerir calorías con agua, harina y sal como, si no hubiese mañana.

 Azúcar que es adictivo,que activa hormonas de la felicidad, que retrotrae la mente a recuerdos tan añejos como agradables. No hay mejor manera de desconexión para los dilemas de media y baja intensidad.



Sumidero

 Desazón por toneladas. Incredulidad, sensación de desamparo, tristeza ante tanta injusticia, tan rotunda y sobrevenida como tan poco sofocada.

 Incompetencia que da asco, que desarbola, que deja en estado de anemia anímica. Tanta gente pasándolo muy mal sin que nadie tome cartas en el asunto.

 Leo y oigo mucho que con esto hemos tocado fondo, como si la realidad se fuera colando por un sumidero lleno de aguas turbias y excrecencias. En el horizonte sólo parece haber barro.

 Estados de ánimo aleatorios, aunque en esta ocasión costará retomar el vuelo. Tan excesivo ha sido todo, que la vuelta a la normalidad se dilatará en el tiempo. Hay heridas que no cicatrizan tan facilmente. Ni perdón, ni olvido.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Cuentos raciales

 Hoy me he acordado de una anécdota que contaba mi madre.

 Hace años, en su ciudad natal, apareció un hombre de color, un negro, que terminó emparentándose con una mujer de la zona. 

 Era el único de ese color en el barrio y puede hasta que lo fuese en la ciudad; hace sesenta años en una capital de provincia, un vecino de esas características no pasaba de incógnito. 

 Siendo como era la comidilla, no era extraño que todo el mundo hablase de él, que intentasen conocer sus costumbres, qué hacía, por dónde paraba.

 Hablando mi abuela con algunas de sus vecinas, una aseguraba que se bañaba todos los días.

 - No entiendo por qué lo hace, si con eso no consigue que se le vaya el color negro, dijo sin pudor alguno.

 Vaya forma de retratarse en un momento; además de reconocer indirectamente su falta de aseo personal y diario, confesaba directamente su más profunda ignorancia.

 Como si de un minero que sale de la mina de hulla, tiznado con el polvo bituminoso que le cambia el color de la ropa y el cuerpo; así pretendía aquella señora que fuese el nuevo vecino.

 Desgraciadamente el agua y el jabón nunca consiguieron obrar el milagro, por más que se lavaba, el negro seguía negro.

 De donde vendría aquel buen hombre; a buen seguro que de un país subdesarrollado, aunque las creencias anquilosadas y retrógradas son más bien propias de países del primer mundo; precisamente por eso, porque viviendo en paises avanzados no te puedes permitir el lujo de tener opiniones tan obtusas como analfabetas, propias de gente primaria y rudimentaria.  

 Creencias de hace años. Puede que fuesen otros tiempos, que la novedad, la falta de contacto con otras personas de otras partes del mundo, alimentase, además de la imaginación, suspicacias y opiniones tan lerdas como absurdas. Simples creencias. Lo sorprendente es observar cómo éstas evolucionan y siguen estando aún vigentes en muchos conciliábulos, que siguen pensando que la separación de razas obedece a planes divinos y que no a todos se les puede tratar por igual.

 La ignorancia y sus consecuencias son intemporales.

 

 

viernes, 1 de noviembre de 2024

Cielo

 Hoy te veo ceniciento, como todos estos días atrás, cuando apenas has dejado pasar al sol.

 He tenido que levantar la cabeza, como siempre, acción que siempre se asocia a algo bueno, aunque tambien de arriba llegan maldiciones en forma de calamidades que causan dolor infinito.

Cielo que no cumples tu papel y que albergas un infierno carente de calor y de calderas; lleno de frío y humedad, has lanzado bombas en forma de agua que han arrastrado cuanto han encontrado a su paso. Esa maldad caliente ha dado paso a un frío líquido y mortal.

 Mirarte da miedo; encontrar la forma de lo que vas a hacer y enviar, se ha convertido en casi una obsesión. Pronósticos que no aciertan siempre o lo hacen tarde y mal. 

 Prefiero mirar abajo, allí donde poso mis pies, tierra firme y acogedora, esa que mancillaste con diluvios incomprensibles llenos de gotas, no de agua, sino de llanto y muerte. 

 Día de difuntos a comienzos de noviembre, día de recuerdo y homenaje a todos aquellos que ya no están.

Náuseas

 A vueltas con la necesidad de utilizar los medios de transporte colectivos para minimizar el impacto contaminante. A muchos hay que seducir...