Eduardo Mendoza

 La semana concluye con muy buenas noticias, el autor de Sin noticias de Gurb, ha sido distinguido con el Premio Princesa de Asturias de las Letras, un nuevo galardón que sumar a su repertorio en el que destaca entre muchos otros, la distinción del Premio Cervantes.

 Quien sabe si no será la antesala del Premio Nobel, máximo reconocimiento literario, en el que viene siendo mencionado en las quinielas de favoritos, año tras año.

 Son muchos años y muchas las novelas leídas del escritor catalán Eduardo Mendoza, desde que cayera en mis manos la primera de ellas: El laberinto de las aceitunas, parte de la colección de aventuras de un detective que de cuando en cuando sale de un hospital psiquiátrico para resolver crímenes y misterios en las situaciones más disparatadas, acompañado de toda una serie de persona histriónicos que forman el inconfundible universo Mendoza.

 Novelas como La verdad sobre el caso Savolta o El Misterio de la Cripta Embrujada, siempre protagonizadas por un investigador del que no se conoce su identidad, algo que suena a guiño al Quijote con la omisión del nombre del protagonista en vez de su lugar de procedencia. Su lecturas viene haciendo las delicias de varias generaciones de lectores de un autor traducido a varios idiomas, hipnotizados por el estilo de escritura encasillada en el género de novela negra, lleno de sátira, humor y mucho esperpento.

 Un escritor especial y único. Cada nueva distinción es un merecido homenaje que  seguro, le conventira en uno de los autores estrella en la próxima edicíon de la Feria del Libro de Madrid, a dos semanas vista de su inicio.