Menos mal que nos queda Portugal, es una frase corriente que se dice en ocasiones para levantar el ánimo, cuando las cosas van mal dadas en temas más bien secundarios, como un partido de fútbol.
Originaria de Galicia, se ha popularizado en todo el país a través de vehículos de transmisión eficaces como puedan ser las canciones de un grupo de música.De hecho en 1984, Siniestro total, grupo de rock con influencias del punk, gamberro en sus letras y estilo, tituló su tercer album de estudio con ese nombre.
Portugal el país traquilo y estable, un tesoro cultural y culinario, de playas infinitas y gentes educadas y hospitalarias, ha caído. Es uno más de los muchos países de Europa que se ha dejado llevar por el atroz vendaval político que está cuestionando todos los cimientos sobre los que se han construido las democracias occidentales desde finales de los años setenta.
Abocado a la inestabilidad, con el voto tan fragmentado como en el resto de sus países vecinos, en medio de un río tan revuelto, han aprovechado la oportunidad los demagogos y populistas, bien organizados en calentar las orejas del ciudadano descontento, jaleando las miserias y repartiendo la mierda, haciendo eslóganes con las consecuencias de los problemas pero sin mencionar las razones de los mismos. Nunca un populista se sentó a analizar el por qué de las cosas.
Como ocurriera al inicio en Austria, Francia, Italia, Hungría, Holanda y ahora también en Polonia,( podríamos incluir tambien el caso de Rumanía, aunque este merece un análisis aparte por las injerencias de Putin), las fuerzas de ultraderecha han conseguido un resultado histórico, como ocurriese en Alemania hace apenas unas semanas, condicionando las opciones de gobierno de la derecha moderada, cuya limitación de movimientos es más que notable.
Aviso para navegantes. El voto ultra sube a costa del voto moderado de izquierdas; los partidos socialistas están en franco declive incluido en España, uno de los últimos bastiones de la socialdemocracia que aguanta a duras penas con una politica de pactos suicida, para amortiguar la pérdida de apoyos; también aquí ganan los conservadores y la extrema derecha crece sin parar. La inercia es inequívoca.
Toca reflexionar, levantarse. Toca replantear políticas, toca refugiarse en la Europa de Bruselas. Si en algún momento de su historia tuvo algún sentido la unión política del viejo continente, ese momento es ahora.Toca liderar, tirar del carro, ofrecer soluciones claras y orientar el rumbo y toca hacerlo de forma comunitaria. La historia nos está observando.
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