Mayo que entra en ebullución. Aún restan tres semanas para que llegue el Solsticio de verano, aquel que marca el comienzo de la estación más seca y calurosa, que coincide con el día más largo del año, con más horas de luz y que este año sucederá el 21 de junio.
Pese a todo las mañanas siguen siendo frescas, como si los días se resistiesen a abandonar el entretiempo de la primavera que hace necesario cubrirse hasta que el sol se eleva, poco a poco. Frescor que se agradece, que ayuda a arrancar con el madrugón laboral. Pasar cerca de sitios con plantas, revitaliza el alma con su macedonia de aromas.
Vuelta a la oficina, a las prisas y a las pausas, a la compañía y el trasiego. Que las horas vuelen raudas y me lleven al ocaso del día y con ello, al disfrute y al cariño.
Hay martes y martes, sí, pero unos tienen más encanto que otros. Qué fácil y con qúe poco puede un dia ser estupendo y maravilloso.
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