jueves, 13 de febrero de 2025

NATO

 Ha sobrevivido más de treinta y cinco años a su homólogo al otro lado del Telón de acero, el Pacto de Varsovia, desmantelado por la fuerza con la caía del Muro de Berlín y el desmantelamiento de la Union Soviética (USSR), a comienzos de la década de los años noventa. 

 Lo que siguió como continuación a ese primigenio Tratado de amistad, colaboración y asistencia mutua, la denominada Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) es un pobre secuela de lo que el primero fue, con apenas seis estados miembros, con la predominancia de Rusia, debilitada por injerencias externas de Occidente que han creado un cerco de control cada vez más próximo a Moscú, con la incorporación a la OTAN de países como Polonia. Todo esto me genera algunas reflexiones.

 - Rusia está haciendo de la necesidad una virtud; su pérdida de influencia en los países que en otro tiempo fueron satélites del mundo soviético está acrecentando un fuerte sentimiento nacionalista encarnado en la figura del ex-agente del KGB, Vladimir Putin. Frente a la sensación de acoso, nada mejor que retomar los viejos mitos del paneslavismo y el orgullo de una nación que siente que nunca volvió a ser lo que fue tras la caída del muro.

 - Estados Unidos juega una partida de manera indivualizada desde hace tiempo, ajeno al entorno de la NATO y al de sus socios occidentales. La guerra de Ucrania ha sido el pretexto para dar salida a ingentes dosis de armamento y para alimentar la necesidad de aislar al viejo enemigo para agrandar sus áreas de influencia tanto en Europa como en otras regiones del mundo. En el fondo a Washington poco o nada le importan Crimea, Donbás, Georgia, Chechenia o cualesquiera de las regiones que pretenda anexionarse de aquí en adelante. Pecata minuta en el objetivo de cercar a un rival del que sólo se teme su poder militar, no su capacidad de influencia exterior.

- China sigue atenta, pero ausente, buscando conseguir réditos en materia económica principalmente. Sus peleas imperialistas van por otros derroteros, con la manifiesta intención de invadir definitivamente la China nacionalista encarnada en Taiwan y resolver sus disputas territoriales con el sempiterno y odiado enemigo japonés. En la pelea por hacerse con la hegemonía global frente a los americanos, a los chinos sólo les interesa mantener fuerte y de su lado a los rusos, aliados necesarios en su lenta pero imparable expansión internacional. Poco a poco se están haciendo con el control de los principales puntos de riqueza y valor estratégico de África, un continente del que se habla poco y que va a jugar un papel muy relevante en poco tiempo en el tablero geopolítico.

 Queda por mentar en estas pequeñas reflexiones a la pequeña y cada vez más insignificante Europa, que cada vez pinta menos en el contexto económico y que va a derivar necesariamente en una estrategia de defensa diferente de la que hasta ahora ha utilizado, amparada principalmente por la alianza militar con EE.UU. Que no fie su suerte futura a la manutención de la NATO tal y como la conocemos, como no se cansa de declarar Trump, que no está dispuesto a gastar más dinero en instalaciones militares en el viejo continente. Estamos sólos y lo que es peor, estamos indefensos. El incremento en gastos de defensa en un contexto tan volátil como imprevisible en estos momentos, hace imposible pensar en otra cosa. Algunos paises como Alemania han planteado la posibilidad de volver al servicio militar obligatorio. Al aumento y auge de las ideologías totalitarias se suma está carrera por incrementar los gastos en armamento, algo que nos trae a la cabeza las increíble similitudes acaecidas en el mundo hace apenas noventa años; es como si la historia se repitiese.

 Para cerrar esta entrada, volviendo a la NATO, es muy probable que estemos presenciando su fase final; seguramente no se desmantelará como tal, pero tendrá un perfil muy diferente y más autónomo, que obligará a sus miembros a constituirse como peones de brega sin el abrigo de mentores o mecenas que con la activación de la cláusula 5 vengan en tu ayuda. Estamos ante un tablero de batalla con demasiados e inquietantes frentes abiertos, como para permanecer más tiempo inactivos.  

 

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