jueves, 13 de febrero de 2025

Candidez

  La inocencia normalmente despierta sentimientos agradables, ternura que nos invita a ver cosas buenas y a menudo vinculadas a la dulzura.

 Pero hay un tipo de candidez que además de perplejidad, me despierta sentimientos de rechazo y repulsa. 

 Hoy los medios de comunicación son unánimes en sus portadas, dando notoriedad a la que es la noticia del año: el inicio de las conversaciones entre Trump y Putin para pactar el armisticio que de conclusión a la Guerra de Ucrania

 Yo que soy por mi edad miembro de una generación que ha sido muy influenciada por la decada de los años ochenta, observo con sorpresa el estrecho vínculo que los enemigos de siempre se profesan y manifiestan ahora. No se recuerda un inquilino de la Casa Blanca con tanta complicidad con el máximo dirigente del Kremlim.

 Tendremos paz muy pronto, con el necesario y esperado cese de las hostilidades, pero ¿ A qué precio? 

 Paz justa decían algunos, ingenuos. Rusia se anexionará definitivamente la península de Crimea y se hará con el control de los territorios del denominado Donbás, en donde realizó hace algunas fechas un referéndum para certificar la actitud prorrusa de la población allí residente, un torpe paripé sin credibilidad alguna. 

 Lo que las armas han tomado por la fuerza, será sellado en un acuerdo sin precedentes en la historia, por varias razones:

 - Se sella la paz ninguneando al país invadido, que dificilmente podrá vender el acuerdo alcanzado como una victoria o resarcimiento.

-  El país invasor consigue todo lo que se propuso. Sin que nadie le pare los pies, sin que nadie le afee su actitud, creando un antecedente peligrosísimo, el de real politik que usa las armas para invadir territorios y soberanías de otros países.

- Europa vuelve a quedar a la altura de un pelele, manejado a su antojo por las grandes potencias, sin que cuente nada su opinión al respecto. Las fronteras del viejo continente son mancilladas ante la impotencia de sus dirigentes.

-  Vuelve a quedar en entredicho la Unión Europea y su proyecto de crear un espacio seguro para la libre circulación de personas, bienes y capitales. Ucrania no forma parte de la unión, pero es país limítrofe con otros estados que sí lo son. No tener  capacidad de influir en este conflicto supone poner en peligro la seguridad de todo el espacio comunitario.

 Es de sobra conocido el argumento que estipula que la vieja Europa es un escenario decadente y en franco declive económico, incapaz de ser competitivo frente a las agresivas economías asiáticas, sin peso en materia militar y geoestratégico, sin perfil  incisivo e influyente en ninguna parte del mundo. Un títere a merced de una corriente que cada vez le es más lejana y ausente.

 Cándidos europeos, simples comparsas, meros espectadores. Disfrutad del espectáculo en el que Rusia es también un actor secundario,que sólo tiene peso por el peligro que supone su arsenal militar nuclear. La tarta en forma de juego de stratego al que juega la administración Trump, sólo tiene un oponente y ese no es otro que el gran gigante chino. En los próximos años y décadas veremos más sainetes como el de Kiev, en un nuevo reparto de territorios y zonas de influencia en el que las guerras de primera, segunda y tercera categoría estarán a la orden del día. Nunca antes había tenido un horizonte tan prometedor la industria armamentística como ahora. No seais ingenuos, la paz no es una obligación o una necesidad, es simplemente, un negocio. 

  

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