viernes, 21 de febrero de 2025

Estilos de residencia

 Ayer de camino a mi club de running me fijé en un mural de publicidad en el que una empresa de alquiler de espacios de trabajo ofrecía rentar oficinas desde ciento cincuenta y nueve euros al mes.

 - Pues nada, si tiene el baño ducha, es para pensarse alquilar la oficina como vivienda, me dije con sorna mientras continuaba mi camino. 

 Como es habitual, alguien lo habrá pensado antes y de hecho puede que lo esté haciendo, emplear el espacio de trabajo como vivienda. Hasta que el sistema se lo permita.

 Leo en la prensa hoy, que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha comenzado un proceso de desahucio de cientos de personas que viven en barcos atracados en su puerto deportivo.

 Hace pocas semanas, hacían lo propio en Palma de Mallorca que ponía el foco en las autocaravanas, roulottes y furgonetas camperizadas que han aumentado en las ciudad y que con la excusa de que se concentran en determinados espacios, el consistorio considerar que hay que eliminar.

 Con todos los respetos, ¿No es esto una restricción de las libertades? ¿Tan mal les parece que la gente busque alternativas a las clásicas opciones de habitabilidad? 

 En medio de la terrible marejada que sufrimos por la carencia de viviendas a buen precio que obstaculizan la emancipacion de los jóvenes y atormentan la vida de muchísimas familias, nos encontramos con que nuestras autoridades están más preocupadas por restringir las opciones de residencia que por ampliarlas o mejorarlas.

 Cálculo de esfuerzos mal orientado, propio de políticos mediocres. Deberían estar más atentos a buscar soluciones a problemas críticos como este, que en perseguir a quien se agarra a otras fórmulas de habitabilidad y vida.

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