lunes, 17 de febrero de 2025

Peludos

 Han sido en una constante en mi vida, directa o indirectamente. Siempre  ha habido un compañero de cuatro patas, que lejos de ser una mascota hemos o he considerado,(según la etapa personal en la que me encontrase), un miembro más de la familia.

 Siempre he sentido que era lo mínimo que debía ofrecerles, involucrarme en sus vidas, tanto como ellos se involucran en la mía, por eso comen la misma comida que yo, comparten mi sofá, mi tiempo de ocio, duermen conmigo en la cama... 

 Me importa poco la opinión de los que dicen que esa actitud supone sobreprotegerles y mimarles en exceso, que son animales y no personas.  Cómo de absurdo me ha parecido siempre ese discurso.

 Por eso, por tenerles en tan alta estima, cuando uno de ellos enferma, se abre el estado de alarma y la atención y preocupación con el peque de casa es constante.

 Es lo mínimo que puedo hacer por él y por mí, dándome tantas cosas buenas como me da estando bien; en el fondo tras ese aparente gesto de generosidad sólo hay una intervención egoísta, pues si mi perro está bien, yo soy un poquito más feliz y dichoso, yo estoy bien también. 

 Con cariño y mucho mimo para Pukky. Que pronto te pongas bien y sigas dándonos tanta felicidad con tu calor, compañía y juegos. Mucho ánimo, muñeco.

 

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