Nada más poético, más etéreo, más sutil,
Nada más literario, más plástico, más visual,
que ver un velero surcando las olas
en medio de ese entorno de agua
evocador e inspirador,
que es el mar.
Hasta que el barquito se vuelve un mastodonte
y en vez de un océano,
transita a paso lento
por un paso de agua
un atajo,
una via de escape
ganada a la tierra
que sirve de paso
y ahorra con todas las consecuencias.
Canal que comunica,
un mar y un océano.
¿Y qué pasa, si de repente,
se queda cruzado,
e impide el paso?
Que pone al mundo boca arriba
todos de cráneo,
ayudando mentalmente
a los remolcadores que se afanan
en desatorar el buque
que tiene en vilo al mercado,
y a los suministros.
Pérdidas millonarias
mercancias que no llegan a dónde deben,
Ya hasta en el agua montamos atascos.
Qué año llevamos, natural, llevamos.
Para enmarcar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario