Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 9 de marzo de 2021

8M

 Nuevo ocho de marzo. Un año más las redes y los medios se han llenado de reseñas, estampas y actividades de homenaje y reconocimiento a la condición femenina, especialmente en lo referente a su necesario status de igualdad con el sexo masculino, algo que no hay que dejar de reivindicar nunca. 

 De entre todas las imágenes que he podido ver, me ha gustado el twitt de una chica que recordaba el recorrido final de Gabriela Andersen, atleta suiza que protagonizó una de las hazañas más impactantes en la historia del olimpismo. Deshidratada, desorientada, medio coja, con el cuerpo ladeado y dando bandazos a lo largo del tartán, recorrió cerca de medio kilómetro, hasta que consiguió atravesar la linea de meta para caer en brazos de los médicos de la organización, que durante todos esos metros, acompañaron a la corredora, bordeando la cuerda de la pista, indecisos sobre si acceder a la calle o no para rescatar a la protagonista de la maratón de la Olimpiada de los Angeles 1984, más recordada que la ganadora de la medalla de oro, Joan Benoit.

Apenas si fueron cincuenta las atletas que tomaron la salida en aquella primera prueba de maratón femenina, cincuenta pioneras entre las que se llevó la fama para la posteridad Gabriela, gracias a su tesón y a su capacidad de sufrimiento, esa que llevó al limite su cuerpo, al borde del colapso, para alcanzar la mayor de las recompensas: terminar aquello para lo que se había entrenado durante años para correr representando a su país.

 Que ejemplos como este sirvan para celebrar un día como el de ayer, y para concienciar a todos que la condición sexual no es obstáculo ni condicionamiento para hacer cualquier cosa que se quiera. La voluntad no conoce de sexos, ni de razas, ni de condiciones sociales. No hay mejor homenaje que interiorizar eso.




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