Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 23 de marzo de 2021

Hacer país

 Bancos de pruebas. Elecciones en clave autonómica que en realidad son comicios de ámbito nacional. Llamadas a las urnas espurias, pues lo que opinan tan sólo un puñado de ciudadanos tiene secuelas y consecuencias para el resto de súbditos.

 Coincidiendo con San Valentín, poniendo a prueba el efecto Illa. Las elecciones a la Generalitat requirieron la libranza del ministro estrella en la pandemia, todo para contrarrestar, el proyecto contestatario liderado desde la fuga y el exilio, ese que convierte en títeres a los presidentes ejercientes, y mantiene intacta el affaire Cataluña en la agenda política nacional. El cambio de cromos, la pérdida del liderazgo en votos que pasa a manos de ERC, invita a pensar en cambios, pero el afincado en Waterloo seguirá manteniendo su area de influencia, tenga o no tenga inmunidad en el Parlamento Europeo. 

 A la vuelta de la resaca de comienzos de mayo, esa que junta el día del trabajo con el de la Comunidad de Madrid,  festividad apropiada por esta zona del país que bien debería ser festivo de todo el territorio, le llega su turno de ir a las urnas a los vecinos del Foro, convocados a ejercer su derecho al sufragio de manera abrupta, imprevista, como resultado de los movimientos que desde Moncloa buscaban socavar el poder autonómico de los populares en Murcia y Castilla y León, gracias a mociones de censura que han resultado infructuosas tras un giro de película horneado en los fogones de la desmatelada sede de la calle Génova. Cuando parecía que con eso teníamos ya bastante, y con apenas veinticuatro horas de diferencia, nos enteramos de la renuncia del vicepresidente segundo, postulante a candidato por los morados, a la presidencia de Madrid.

 El próximo día cuatro, martes laborable, estarán en juego varias partidas, que pondrán las bases del futuro de la política a nivel estatal,  el grado presencia de Ciudadanos, partido que ha rozado poder con las puntas de los dedos y que en horas ha visto como los populares le han planetado una opa hostil que ameneza con engullirlo como la ballena a Job. La continuidad de Podemos, que la presencia de Iglesias asegura, aunque falta por ver a qué nivel eleva al partido de los círculos, que fía su continuidad a la capacidad de un líder que esta amortizado como candidato transversal. La huida del Consejo de Ministros y la censión del testigo a la creciente Yolanda Díaz, no hacen más que poner en evidencia la caída de un político cuya química solo convence a sus condicionales, y en sentido decreciente.

 Crisis de gobierno que lejos de abrir una brecha, es una panacea de alivio. La nota discordante desaparece, al menos la más estridente. Falta por ver cuánto le queda a la cohabitación de izquierdas en el poder, pues no será esta la última crisis de gobierno que viva el gabinete Sánchez. Hoy más que nunca, la perspectiva de completar la legislatura es más quimérica que otra cosa.

  Cataluña y Madrid, pasando por Murcia y Valladolid, Por más que buscamos separarnos y hacer vidas separadas, más se entrelazan nuestros destinos, esos que ligan el futuro y la suerte del país a lo que hagan tres diputados tránsfugas en la Asamblea de Cartagena. Cuanto más nos empeñamos por hacernos distinguir, más se unen nuestros día a día. Un raro ejemplo de hacer país, buscando lo contrario, sin quererlo.

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