Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 24 de marzo de 2021

Turismo de botellón

 Magaluf, pueblo costero de las Baleares, con nombre de personaje de El Señor de los Anillos. Muldialmente famoso como otros puntos costeros del mediterráneo, por ser destino de adolescentes en fase de aproximación a la edad adulta, atraídos por las fiestas, las discotecas y el alcohol a raudales, encantos de juventud explotados por operadores turísticos de muy bajo coste.

 Tanto han cambiado las cosas que ya ni la posibilidad de dormir la mona en la playa es aliciente imprescindible para buscar viajes de este tipo. Basta tener bares abiertos hasta las diez de la noche, pisos patera donde hacinarse para seguir la borrachera hasta el lunes por la mañana y un aeropuerto que es un puerta abierta del tamaño del arco iris.

   No hay posibilidad de hacer balconing, pero si de castigarse el hígado como si no hubiera mañana. Pasar cuarenta y ocho horas por calles llenas de sol y noches llenas de desfase, bien compensan pagarse un PCR, o falsificarlo, que tanto da.  Todo sea por vivir unas horas de descontrol y aventura, con el morbo que da saltarse las normas, pues no en vano el lugar elegido está bajo restricciones, como en toda Europa.

 Destino de baja estofa. Madrid va camino de ser una postal de recuerdo para alguna  generación de cirróticos y drogatas, que contarán a sus nietos como en medio de la crisis sanitaria, birlaron cuantos controles hallaron,(o no), a su paso, para pasar unas horas de farra al sol que siempre más calienta, aquí abajo.

 Mal hacen las autoridades madrileñas en hacer la vista gorda este tipo de prácticas, que además de dejar poca chicha en las depauperadas cajas de los locales de hostelería, ponen en tela de juicio el rigor y la responsabilidad de los reponsables públicos, obligados a cuidar al extremo los excesos para evitar más casos positivos por COVID. El turismo de botellón sólo deja vomitonas y brotes de contagio, y manda al traste muchos esfuerzos por contener la pandemia y sus consecuencias. Mal negocio.


 

 

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