Sólo me quedan tres semanas para poder acceder a él. De hecho ya podría hacerme con un ejemplar, pero al estar editado sólo en francés, me echa para atrás.
El libro se llama Reconciliación y tendrá su correspondiente reseña en este espacio; en él, Juan carlos I, trata de redimirse contando su versión de los hechos, repasando toda una vida pública y de servicio, donde como ocurre habitualmente, las sombras llaman más la atención que las luces.
Los diarios del país que muestran algunas píldoras a cuenta gotas sin hacer spoiler, ya avanzan que poco menciona sobre los asuntos económicos que han deteriorado su imagen, hasta el punto de llevarle al destierro del que pretende volver.
Reconozco que sin ser partidario nunca de la causa monárquica, siempre fui un tanto juancarlista, simpatizante de la figura de un Rey al que creo que la historia juzgará positivamente cuando se haga balance.
Menos de un mes para que llegue el día 3 de diciembre y esté mi ejemplar disponible en las librerías, que adquiriré como a mi me gusta, físicamente y en papel. Como cuando me hice con una copia de las Memorias de Angela Merkel, mi última autobiografía leída, titulada Libertad.
Qué importante me ha parecido siempre leer este tipo de textos; unos son ejemplarizantes, otros inspiradores y siempre arrojan luz sobre cuestiones sobre las que a menudo tengo otra opinión. Nada más enriquecedor que contrastar datos y repensar las cosas.
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