Pocas figuras me resultan tan enigmáticas, hipnóticas y atrayentes como esta, superando con creces la simple admiración y el reconocimiento que por sí sólo ya merece su trabajo creativo.
Cada cierto tiempo completo un nuevo episodio de la biografía del actor, director y comunicador, Orson Welles.
Tal vez porque ahora que vivimos tiempos de carencia y de falta de talentos a todos los niveles, es por lo que me fijo y me llaman la atención figuras como la del gigante de celuloide.
Amante de este país, lo último que he conocido es qué ciudad hubiera elegido para fijar su residencia en España y esta fue su repuesta: Ávila.
Interrogado por el periodista que le formuló la pregunta éste añadió: “Está en el centro de España. El clima es horrible, muy cálido en verano, muy frío en invierno. Es un lugar extraño y trágico. No sé por qué siento algo tan especial”.
Sobre lugares extraños trágicos siempre dan ganas de indagar. ¿Veo yo como él a esta ciudad como un lugar así, tal y como lo describe? La respuesta es sí y en mi humilde opinión lo asocio, además a lo que llamo carácter castellano, del que tanto me gusta hablar y con el que me identifico por sus cualidades esenciales: seco, recio y firme.
Buen fondo para marcar un sitio como especial, extraño, también trágico.
Quizá Los Cuatro Postes, lugar donde se dice que Santa Teresa se descalzó para quitarse el polvo de sus alpargatas y decir aquello de: A Ávila, ni el polvo, se un buen referente de ese espítu trágico y atrayente, tal y como lo veía el genio de Winsconsin.
Deterministas son los planteamientos que otorgan alta significación al clima en la constitución del carácter, a lo sumo pueden ser aliño para esta ensalada, que otorga a esta maravillosa ciudad, punto más elevado en altitud geodésica del país en cuanto a capitales de provincia, una aureola tan especial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario