En un día como hoy en el que no se habla de otra cosa, lo original es intentar hacer precisamente eso, no hablar del tema.
Es evidentemente un número redondo, nada menos que cincuenta años ya. Lógico que esté en boca de todo el mundo.
Mi parecer en cambio es otro, me encuentro entre ese grupo de personas, que no creo que sea mayoritario en este momento, que siente que volver a ese tema es airear un alfombra que huele a cerrado, a naftalina, a viejo, a rancio.
Por ello, dejemos que el día transcurra como lo que es, un jueves corriente de trabajo, en el que no hay nada que celebrar,menos aún que recordar o enaltecer.
Terminar esta entrada sin mencionar su nombre era una obligación antes de empezar a escribirla. Eso provoca que quede roma, incompleta; me hago cargo que habrá quien lea esto y no sepa a qué me estoy refieriendo, pero esto no podía perfilarse de otro modo. Hoy no. Seguramente otro día me apetezcar disertar sobre la cuestión, pero será así, otro día.
No hay mejor recuerdo que el de mostrar indiferencia absoluta. Agua pasada, no mueve molino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario