Seguimos viendo cosas inauditas, inexplicables, incomprensibles incluso desde el rechazo y desprecio que genera el régimen de Venezuela, es injustificable ver qué está sucediendo con la soberanía de este país.
A las andanas que por mar los buques de guerra estadounidenses vienen haciendo desde hace semanas, con ataques medidos a lanchas supuestas de narcotraficantes, ahora se suma la del cierre del espacio aereo del país que desde hoy no recibirá vuelos comerciales externos.
Normalmente el espacio aereo lo maneja el país soberano, no lo determina ningún acción de un mandatario externo. Nadie de fuera debe manejar el territorio de nadie.
Se mire como se mire esto es un abuso, un exceso, con la mirada impasible de una comunidad internacional que convierte en papel mojado el derecho internacional público. A este paso no tardaremos en volver a ver invasiones como las que protagonizaban las tropas soviéticas en los países del Este de Europa.
El mundo sigue con sus prácticas anómalas, que nos llevan a escenarios pasados, supuestamente superados. Somos carne de involución, sin que tengamos posibilidad de respuesta alguna.
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