Llevo años pasando delante de él; es de los pocos concesionarios de coches de barrio que van quedando en la ciudad, trasladándose habitualmente a polígonos y zonas donde como es lógico, disponen de más espacio.
Después de tanto tiempo de verlo desde fuera, estando como está tan cerca de mi oficina, tan sólo había reparado en él alguna vez para ver los precios de los vehículos de ocasión que tienen de muestra, pero esta vez tocaba hacer acto de presencia y entrar, ¿La razón? Pedir presupuesto para un vehículo nuevo para una amiga, que anda buscando coche y necesita precios de diferentes concesionarios para así poder comparar y decidirse.
Abrí la puerta y enseguida me vino a la nariz ese olor a nuevo que desprenden los coches, posiblemente una de las fragancias más hipnóticas que existen; olor a gomas nuevas, a asientos que no se han usado,a plásticos de todo tipo,.. es como si esa amalgama de perfumes penetrara en tu cabeza atrapándote sin remedio.
Tras una corta espera, me llamó a su mesa un de los comerciales, que con amabilidad y dilgencia contestó a mis preguntas y me ofreció una propuesta de venta por escrito que ya está en manos de mi amiga.
Era la primera vez que hacía esto, interesarme por la compra de un coche nuevo. Quien sabe si algún día volveré a hacerlo, sin necesidad de suplantar la identidad de la verdadera compradora. Experiencia nueva y un montón de información para compartir y para escribir.
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