Primera etapa de lo que para muchos es la romería, en lo que se ha convertido el último tramo del Camino Francés. Aún sí no deja de ser sorprendente cómo pese a caminar por terreno conocido, se pasa por tramos que no suenan de nada, porque directamente no se han caminado nunca por ellos. Cada cierto tiempo, Arzobispado, Xunta y los Concellos afectados por el paso, revisan tanto los tramos como la señalización, introduciendo de esa manera elementos nuevos que hacen que la ruta en realidad siempre tenga algún tipo de novedad.
Apenas son veintitrés los kilómetros que distan a Portomarín, localidad ribereña que parece un enclave de playa por sus espolones y embarcaciones, pese a ubicarse a la vera de un río y no del mar. El Miño a su paso por el Embalse de Belesar, riega estas tierras que en otra época tuvieron un emplazamiento diferente.
Y es que el municipio sorprende por no tener nada de pueblo al uso. Construcciones nuevas adornan la calle principal y sus aledaños antes de llegar a la Iglesia de San Nicolás, que fue trasladada piedra a piedra desde su anterior emplazamiento hasta el denominado Monte do Cristo, para no quedar anegada por las aguas del río, una vez se concluyó la construcción de la presa, en los años sesenta del siglo pasado.
Es por eso que al concluir la etapa y cruzar el puente nuevo que lleva a las escalinatas de acceso a la localidad, sorprendieran las vistas que ofrecía el río, con un caudal tan bajo que permitía ver la ubicación de las viejas casas y del viejo puente, normalmente sumergidos.
Fue terminar de soltar la mochila en el albergue, comer algo y bajar para cruzar por él. Puente de origen romano, reconstruído en el siglo XII y retocado en siglos posteriores que sirvió para conectar ambas orillas durante mucho tiempo. Tener la oportunidad de poder andar por él era algo que no podía dejar escapar, como la opción de contemplar de cerca los muros que aún quedan en pie de las viejas casas que los vecinos vieron hundirse bajo las aguas, con sus historias de vida. Tener bajo los pies un lugar que tantas veces otros cruzaron,hace que la vida que un día tuvo no deje de estar vigente pese a la nueva realidad.

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