Cuestas. Repechos duros, caminos empedrados que además de tiznar las botas de un polvo que tarda en quitarse, incrustado como si fuera pintura o barniz , martirizan los pies.
Martirio escogido. Qué diferente es cuando no forma parte de una decisión voluntaria y llega sobrevenido, inesperado, indeseado. Hay dolores que no son comparables, por muy físico que sea la sensación como tal. Duele cuando llega sin avisar, lo otro, es otra cosa.
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