jueves, 23 de octubre de 2025

El sol y el acero

 Para acceder al complejo e intenso mundo de Yukio Mishima, he querido hacerlo con uno de sus textos cortos, confiado de ese modo en poder asimilar la rotundidad, firmeza y fuerza con la que transmite sus visiones y percepciones.

 Es así como ha llegado a mis manos esta pequeña obra, El sol y el acero, de cuyas versiones en castellano he optado por esta edición de Alianza Editorial en su formato de bolsillo.

  Es un texto de juventud, donde narra momentos, situaciones y reflexiones de final de la adolescencia y comienzo de la edad adulta legal. Aunque publicado en 1967, nos referimos a un tiempo personal, en que su país Japón, está asimilando el final de la contienda, en ese marcado 1945, año que supone un antes y un despues en la historia del país asiático.

 Es esa fuerza, esa intensidad, esa pasión por las pequeñas y grandes cosas que se asume cuando se tiene corta edad, la que justifica la fuerza narrativa de este texto que no sólo habla de la vida y la muerte, habla de lo etereo y lo material, de lo sensible y lo racional, del pensamiento y la acción, de la necesidad de adiestrar el cuerpo en la actividad física, todo ello marcado por el especial modo de reflexionar del autor que auna lo simbólico con lo físico desde una esfera íntima y personal en la que las palabras escritas no bastan para dar rienda suelta a lo que necesita expresar.

 Texto que seguramente anticipa y da pistas de su pensamiento y excesiva existencia que terminó abruptamente con la muerte mediante su seppuku, (suicidio por desentrañamiento), después de protagonizar junto algunos allegados un fallido intento de golpe de Estado perpetrado por la tatenokai o milicia paramilitar de índole privada, que él mismo formó nutrida por estudiantes patriotas formados en diferentes disciplinas físicas.

 


 

  

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