martes, 4 de noviembre de 2025

Beethoven

 Y llegó el día ansiado por muchos, pero que deja el cuerpo del peregrino sentido trastocado, como triste por llegar a su fín.

 Para el fin de fiesta la ruta  reserva unos últimos veinte kilómetros que incoporan al viandante al área metropolitana de la capital de Galicia, una ciudad con alma de pueblo que apenas tenía más vida que la que le ofrecía el ambiente universitario hace apenas unos años y que ahora goza de notoriedad, influencia politica y económica y dinero, una parte del cual lo mueven las rutas xacobeas que llegan hasta allí.

 Para ello toca bordear Lavacolla, aldea de la Parroquia de Sabugueira, hoy integrada en la capital, donde cuentan que los peregrinos se aseaban antes de entrar a la ciudad, lavándose los cuellos y en donde hoy están las pistas del Aeropuerto Internacional Rosalía de Castro, (quién le hubiera dicho a ella que fuera a dar nombre a un espacio donde aterrizarían nada menos que aviones), antes de llegar a San Marcos y su polígono industrial, donde tienen su sede las corporaciones audiovisuales RTVE y TVG. El caminante pasará de largo y se decantará por fijarse en el camping que hay, un poco más adelante,  que ofrece el último avituallamiento antes de entrar en el Monte do Gozo, cuyo nombre sin conocer la historia, todos podemos imaginarnos a qué motivo se debe. 

 Aquellas lomas que ya permitían al peregrinos vislumbrar los campanarios de la Catedral son hoy sede de un complejo donde se halla el abergue de peregrinos más grande de todos los caminos, con más de ochocientas camas, además de otras instalaciones como un enorme auditorio al aire libre. Sin desviarse de la ruta, aparece la pequeña Capilla de San Marcos que contiene uno de los sellos más preciados que toda credencial debe lucir antes de oficializar la consecución de la Compostelana.

 Allí en la puerta, esperando a su dueño pacientemente, estaba el bueno de Beethovenperegrino cuadrúpedo  procedente de Sevilla que completó desde Sarria la ruta con nosotros. Son cada vez más los animales que comparten aventura y experiencias con los humanos, por eso la mejor manera de darle el punto y final a esta nueva excursion mochilera era convertir esta última entrada en un pequeño homenaje y aplauso para ellos.

 Atrás quedaron más de doscientos veinte kilómetros hechos y certificados, muchas anécdotas en albergues y en los caminos, gente maravillosa conocida en el trayecto y un buen puñado de experiencias gastronómicas siempre regadas con vino o buena cerveza.  Misión cumplida.

 La vuelta al foro en tren y en silencio, siempre tiene un cometido, pensar en la siguiente meta, en qué nueva ruta acometer, porque como todos sabemos, esto es tan sólo un punto y seguido. El peregrino nunca deja caminar, ni aún cuando está en otros menesteres. Ultreia. 

 

 

 

 

 

lunes, 3 de noviembre de 2025

Razón para caminar

 Guillermo Watt fue un peregrino suizo de sesenta y nueve años que sufrió un colapso que le costó la vida a la altura de Salceda, mediada la etapa que une Arzúa con O Pedrouzo, a menos de treinta kilómetros de cubrir el recorrido completo y ver la Catedral en el Obradoiro. Poco más puede encontrarse de él por internet, ( desde donde inició la peregrinación, por ejemplo), salvo el monumento que le recuerda, unas botas esculpidas en bronce, en el que muchos peregrinos al pasar dejan alguna piedra u objeto a modo de ofrenda. 

 Un centenar de personas han fallecido en el camino, la mayoría por problemas de salud, (infartos) o por percances de carretera, al ser atropellados.  Una lista sombría y sorprendente, máxime si se tiene en cuenta que los datos están recogidos desde 1993, cuando la Xunta relanzó con  pompa y boato el Camino, modernizando la red de albuergues y la señalización de las diferentes rutas.

 No deja indiferente la presencia que la muerte tiene en la peregrinación; se cuentan por decenas los altares improvisados, atestados de piedras y objetos de toda índole en los que es fácil ver fotos de personas fallecidas, ( la mayoría sin haber hecho el camino), que se hacen visibles a través de sus allegados, que llegan a Santiago en señal de promesa personal. Cada cual con su razón y con sus argumentos, la motivación íntima y espiritual siempre anda presente detrás del esfuerzo y la aventura de tantos días.

 Algo dentro de ti te mueve a dar ese paso, nunca mejor dicho. Lo cual no quiere decir que sea esa siempre la razón del viaje. 

   Para otros el sentido de fiesta es el que manda, especialmente entre los más jóvenes, que terminan empleando la ruta para socializar y conocer gente, quién sabe si para comenzar una relación sentimental. Da para mucho y sus consecuencias son imprevisibles.

 Sea como fuere, dormir en O Pedrouzo es velar armas, excitado por la constancia y evidencia de que la tumba del Apóstol apenas dista veinte kilómetros desde allí. No hay cansancio que quite de la boca la sonrisa de unos caminantes que saben que tan sólo un último arreón les aleja del gran objetivo. 

 




 

  

domingo, 2 de noviembre de 2025

Ribadiso

 Esta es la etapa del pulpo, la que justo a mitad de camino, cuando se han cubierto cerca de doce kilometros, observa la llegada a Melide el pueblo que más raciones del cefalópodo sirve en toda la comunidad gallega.

 Es una parada obligada y también, una trampa. La foto en la pulpería con el grupo que poco a poco se va configurando desde Sarria, hace que la estancia se alargue más de lo debido y convierta en bola el segundo tramo de la ruta hacia Arzúa, que dista desde el inicio cerca de ventiocho kilómetros.

 En este punto el camino se vuelve cada vez más social, más imprevisible, asfalto y corredoiras se interlacan, dejando la crónica cultural en manos de la hermosa Iglesia de Santa María de Melide, abierta al público y lugar de sellado obligado, gracias a unos voluntarios que la custodian y enseñan a quien quiera conocer algún dato de su larga historia como templo románico.

 Antes de llegar a Leboeiro, el trayecto abandona las tranquilas tierras de Lugo, para adentrarse en las de Coruña.  Es la tercera provincia que recorre esta ruta, que contará ya con mas de ciento cincuenta kilómetros en las piernas cuando acabe la faena del día.

 Con la proximidad de Boente la jornada comienza a tocar a su fin, un último tramo de cuestas empinadas que se hace más largo de lo que debiera por atravesarlo en las horas centrales del día y con un sol de justicia para ser el mes de octubre. Pero todo esfuerzo tiene su compensación. Al final de la bajada, como si de un oasis de desierto se tratase, aparece bucólico y caudaloso el pequeño Rio Iso, a cuya vera el peregrino ya puede parar para hacer fonda al haber un albergue de peregrinos justo al lado.

 Ribadiso da Baixo, dista apenas tres kilómetros del casco urbano de Arzúa, pero es como una tentación. Prestos todos los transeuntes, descalzamos los castigados pies para surmergirlos en las heladas aguas de este riachuelo, que algunos, osados se atraven a disfrutar sumergidos enteros. De repente los calores se marchan, los dolores desaparecen y una dulce y placentera sensación de paz se adueña del cuerpo y te pide que no sigas caminando, que te quedes allí. Pequeño espejismo. La realidad manda y la reserva en el alojamiento ya pactado más allá, así que toca despedirse de este remanso de paz y gloria, tomando algo y despidiéndose de los que deciden prolongar la estadía para hacer noche allí.

 El día termina con el obligado descanso tras la ducha y una copiosa cena en una pulperia parrillada llamada Europa, lejos de la linea de acceso de los peregrinos, sólo transitada por lugañeros, de la que una empleada de frutería dio cuenta a la hora de hacer la clásica pregunta de forastero tras comprarle unas manzanas:  ¿Dónde se puede comer bien aquí?  

 Tortilla de patatas poco cuajada, queso de la tierra y una pequeña parrillada de carne, antes de irse a la litera. Es maravilloso cuando de una etapa de la que esperas poco se convierte en uno de los puntos álgidos de toda la ruta. Un día así sólo podía terminar de una manera, durmiendo mucho y bien.

 


 

 

  

sábado, 1 de noviembre de 2025

Galicia natural

  Esperaba sinceramente encontrarme más pancartas por todo el recorrido en señal de protesta por la intención de levantar un complejo industrial dedicado a la celulosa en esta comarca gallega, por donde trancurrieron los veinticinco kilómetros de la etapa, que unen Portomarín con Palas de Rei. Es algo muy de esta tierra, mirar más por la pasta que por el entorno, sólo así se explica la irrupción del monocultivo del eucalipto, por citar algún ejemplo, que tanto daño está haciendo a los ecosistemas locales por su agresividad con el resto de especies vegetales.

 División de opiniones que dirían los taurinos.

 Hacer el camino no es sólo cruzar de paso los sitios por los que transcurre la ruta; es también hacer comunión con sus paisajes, con su entorno vegetal tan hermoso, con sus gustos y tradiciones tan adorables como exportadas al resto del país.

  El peregrino cuando  llega a Galicia, descubre andando que conoce de ella mucho más de lo que se imagina.

 Quién sabe, igual algún día la ruta se repite y uno desea ver los mismos parajes, las mismas corredoiras, los mismos pastos habitados por caballos silvestres, sin que la mano humana cometa alguna tropelía en forma de destrozo. A veces el progreso es miseria.

 Por eso no ver manifestaciones de rechazo en Gonzar, Castromaior, Ligonde o Lestedo, se hace difícil de entender. Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

 La jornada transcurrió anodina, con paso suave y con buen tiempo, con las paradas de refrigerio previstas, llenas de recuerdos por otros caminos en los que conocí a gente que me marcó y con la entrada a Palas por una carretera infinita que desmerece todos los tramos pasados previamente. Los mismos sellos en los mismos sitios, las mismas cervezas en la plaza del pueblo, rodeados de otros peregrinos en la que viene siendo una de las fotos de grupo tradicionales... Palas de Rei, además de a estiércol, huele a añejo a nostalgia.

  


  

viernes, 31 de octubre de 2025

El puente

 Primera etapa de lo que para muchos es la romería, en lo que se ha convertido el último tramo del Camino Francés. Aún sí no deja de ser sorprendente cómo pese a caminar por terreno conocido, se pasa por tramos que no suenan de nada, porque directamente no se han caminado nunca por ellos. Cada cierto tiempo, Arzobispado, Xunta y los Concellos afectados por el paso, revisan tanto los tramos como la señalización, introduciendo de esa manera elementos nuevos que hacen que la ruta en realidad siempre tenga algún tipo de novedad. 

 Apenas son veintitrés los kilómetros que distan a Portomarín, localidad ribereña que parece un enclave de playa por sus espolones y embarcaciones, pese a ubicarse a la vera de un río y no del mar. El Miño a su paso por el Embalse de Belesar, riega estas tierras que en otra época tuvieron un emplazamiento diferente.

 Y es que el municipio sorprende por no tener nada de pueblo al uso. Construcciones nuevas adornan la calle principal y sus aledaños antes de llegar a la Iglesia de San Nicolás, que fue trasladada piedra a piedra desde su anterior emplazamiento hasta el denominado Monte do Cristo,  para no quedar anegada por las aguas del río, una vez se concluyó la construcción de la presa, en los años sesenta del siglo pasado.

 Es por eso que al concluir la etapa y cruzar el puente nuevo que lleva a las escalinatas de acceso a la localidad, sorprendieran las vistas que ofrecía el río, con un caudal tan bajo que permitía ver la ubicación de las viejas casas y del viejo puente,  normalmente sumergidos.

 Fue terminar de soltar la mochila en el albergue, comer algo y bajar para cruzar por él. Puente de origen romano, reconstruído en el siglo XII y retocado en siglos posteriores que sirvió para conectar ambas orillas durante mucho tiempo. Tener la oportunidad de poder andar por él era algo que no podía dejar escapar, como la opción de contemplar de cerca los muros que aún quedan en pie de las viejas casas que los vecinos vieron hundirse bajo las aguas, con sus historias de vida. Tener bajo los pies un lugar que tantas veces otros cruzaron,hace que la vida que un día tuvo no deje de estar vigente pese a la nueva realidad.

 


 

jueves, 30 de octubre de 2025

Samos

 Tocaba tener una etapa trámite, un respiro para aligerar carga y cansancio a las piernas que se aproximaban en este punto a los cien kilómetros de caminata.

 Reconozco que el principal atractivo que le veía a este día era entrar andando por primera vez a Sarria, habitual punto de partida del camino para muchos primerizos. Hasta en tres ocasiones lo ha sido para mí, acompañando a diferentes personas a las que, de algún modo, he dado el bautizo peregrino.  

 Desde Tricastela, apenas son diecinueve los kilómetros que separan a una localidad de la otra, por la ruta oficial que sigue por San Xulian; para viandantes más interesados en la historia religiosa, la ruta ofrece una variante que alarga la expedición en siete kilómetros, accediendo primero al Mosteiro de Samos.  Esta fue la elección para completar el día. Un acierto.

 Tras pasar un primer tramo a oscuras por un sendero pegado a la carretera, el trazado intercala partes de asfalto cruzando pequeñas aldeas con pistas de tierra de una belleza extraordinaria, picando el recorrido ligeramente hacia arriba para llegar al emplazamiento donde se encuentra el monasterio más importante de Galicia, con el claustro más grande que hay en el país, que todavía cuenta con actividad eclesial, aunque sólo residan en él un puñado de monjes y novicios que apenas llegan a la decena.

 Datos no contrastados consultando ninguna página en internet, sino a través de la guía que el monasterio proporciona a las visitas; durante cerca de una hora un nutrido grupo visitamos estancias, claustros, capillas y conocimos de primera mano la existencia de este emplazamiento, erigido desde el siglo VI, trescientos años antes de que el eremita Pelayo vislumbrara en cielo, sobre el Monte Libredón, luces de estrellas que le marcaban un sitio determinado, lo cual comunicó al Obispo Teodomiro, quien montó raudo una expedición que creyó identidicar la sepultura del apóstol. Eclesiásticos de este recinto, formaron parte de la primera partida de religiosos que custodiaron los restos de Santiago, a cuya origen e historia están necesariamente vinculados.

 Devastado por un pavoroso incendio a mediados del siglo pasado, la visita da cuenta a través de fotos de la época de los trabajos de recuperación de un recinto que debería ser de visita obligada para el peregrino por todo lo que representa.

 Tras la visita y el refrigerio en modo de bocadillo de lomo con pan de pueblo, la ruta transcurrió por lomas y bosques para conectar con el resto de peregrinos del otro lado a la altura de San Mamede do Camino.

 Y una vez más pase y pernocta en Sarria, sin duda el municipio gallego que más debe económicamente al camino. No parece ser esto motivo de agradecimiento o profesionalidad para algunos hospederos, incompetentes contumaces, a los que no debe agradar en exceso su labor, como fue el caso del albergue donde se hizo noche. No es mi deseo ser injusto con un pueblo que no tiene culpa de estar donde está, pero el trato recibido esta vez, así como los precios cada vez más abusivos por consumición que hacen que sientas que te traten como a un turista antes que a un peregrino, han hecho tal mella que dudo que vuelva a considerar este sitio como un lugar donde parar. Sé que me quedan rutas de Camino francés por completar y transitarán por estos mismos pagos, pero sólo será de paso, me temo.

 


 

miércoles, 29 de octubre de 2025

Teso da Cruz

 Teso da Cruz y Monte Area son las zonas qe registran mayor altitud en el Camino Francés a su paso por Galicia, en torno a los 1370 metros; llegar a ellas es una opción para abandonar O Cebreiro, si no se desea comenzar el día de caminata bordeando el albergue de la Xunta

 Rodeado de oscuridad y con un viento recio de cumbre que corta la cara, se baja de manera vertiginosa, siempre con el amparo de la carretera de acceso y en dirección a Liñares, donde no hay que dejar de ver su hermosa iglesia prerrománica de una sola nave, dedicada a San Estevo.

 Son las primeras vistas de tierras lucenses,que no desmerecen en su paisanaje, lo observado en la vecina León. Poco dura la alegría del caminante que observa como la ruta se empina de nuevo en dirección al Alto de San Roque, donde se erige en bronce la estatua de un  peregrino azotado por el viento, obra de José María Acuña

 Carretera y pistas forestales se intercalan antes de llegar a la última dificultad del día, el Alto del Poio con unas cuestas muy duras pero afortunadamente cortas. Estamos en territorio de robles y castaños, de helechos que inundan todo, de grandes pastizales donde rumia la vaca rubia, manjar apreciado.  

 Tras cruzar Fonfría, Pasantes o Ramil,  la ruta ya conduce hacia el final de la travesía, no sin antes observar algun castaño con tronco de diámetro propio de secuoya;  ese sitio es Tricastela, pueblo que me tenía intrigado por ser el lugar elegido por otros peregrinos con los que he coincidido para iniciar su ruta y que a tenor de lo visto, no es más que la clásica pequeña localidad de interior con una calle principal y la mayor parte de las viviendas próximas a la carretera que la circunda. Localidad sin encanto por lo construído, pero si por lo que la rodea, lomas inundadas de verde que han de cruzarse para seguir ruta hacia Sarria.

 Inquietante el albergue escogido para pernoctar, llenos de querubines, casullas y otros aparejos religiosos, que pronto justificó el por qué de su bajo precio; con una colchoneta tan gastada por el uso,el cuerpo intentó hacer noche y descansar sobre un somier de madera tan rígido como incómodo, después pasar la tarde visitando lo poco que tiene que ofrecer el pueblo, tomando alguna cerveza y degustando una tabla de quesos gallegos como cena, con mucho, lo más relevante de la estancia.

 


 

 

  

  

 


martes, 28 de octubre de 2025

O Cebreiro

 Después de un comienzo liviano y plácido, de llanear y bajar por sendas agradables en la primera etapa, tocaba recuperar lo bajado y abandonar la bella hondonada donde reposa Villafranca, cruzando el puente sobre el Burbia que marca el comienzo de la etapa. Para no deambulear por tramos próximos al tráfico rodado, la ruta ofrece un camino alternativo, monte a través, con cuestas empinadas que se atragantan nada más empezar, pero que luego recompensan con unas bellas vistas de la plaza que se abandona y su entorno. La etapa reina así se muestra altiva y exigente desde su inicio, llevando al peregrino por sendas de sube y baja que convierten la ruta en un verdadero rompepiernas, mientras se atraviesan los lindes de Trabadelo y Valcarce.

 El camino conduce más tarde hasta el pintoresco Ruitelán y desde ahí asoman amenazantes las primeras cuestas de Las Herrerías, primero por carretera asfaltada y después por pistas de tierra que mantienen su tono ascendente durante  cerca de diez kilómetros con un desnivel que supera los seiscientos metros y sobrepasa los mil doscientos de subida en su conjunto. Tomar un refrigerio en La Faba o en Laguna de Castilla se convierte en una obligación, para afrontar sereno la última parte del recorrido, que lleva al límite entre territorios que se refleja con un hito tan hermoso como deseado de ver y fotografiar. Es el colofón de la etapa que marca el adiós a las tierras bercianas de León, para plantar el pie en Lugo, donde se depositan las primeras huellas de territorio gallego.

 Tras el descubrimiento de la que se cree tumba del apostol, se inauguró, en el siglo IX, este minúsculo emplazamiento de piedra para servir de hospedería a los primeros peregrinos; hoy conserva algo de su encanto en piedra, encarnado en su hermosa iglesia románica bien conservada y cuidada; de lo poco que se salva de esta especie de parque temático donde peregrinos y turistas disfrutan de unas vistas increíbles, al tiempo que pueden comer y beber a precios poco hospitalarios. Camino y negocio siempre anduvieron cogidos de la mano, por mucho que quiera escandalizar al purista.

 Era para mi la etapa reina, por su dureza y su simbolismo. Por alguna razón sentía que mis aventuras peregrinas andaban cojas sin afrontar el reto de cruzar por estos páramos. Agotado me supo a gloria la cerveza de recompensa al llegar, pero más profunda fue la satisfacción de tener al fin, en la suela de mis botas, el polvo de las sendas que llevan a este punto tan significativo de Piedrafita

 


 

lunes, 27 de octubre de 2025

Villa Femita

 El comienzo de la travesía fue suave, muy tranquilo, carente de dificultades, para completar los algo más de veintitrés kilómetros que distan por el camino desde Ponferrada a Villafranca del Bierzo.  

 Tras unos comienzos titubeantes, por la no localización de las flechas de salida, llega la despedida del hogar de los templarios para salir por un parque bordeando el río, dejando a un lado el Museo de la Energía, siempre a oscuras durante la primera hora. Por sendas suaves y pequeños pueblos se alcanza pronto la localidad de  Camponaraya, lugar de nacimiento de Lydia Valentín, a cuyos méritos deportivos la localidad ha dedicado un monilito y una glorieta. El desvío hacia el Monasterio de Carracedo, pese a ser tentador, es obviado por la mayoría de los peregrinos que prefieren seguir ruta hacia Cacabelos, antesala de Villafranca a la que se llega en plena bajada, pues no en vano la localidad reposa sobre una vaguada rodeada de lomas y montañas.

 Para dar la bienvenida, una Iglesia románica del siglo XII , dedicada a la figura de Santiago se posiciona a la izquierda, en un estado magnífico de cuidado y conservación. Un aperitivo para darse de frente podo después con el Palacio Castillo de los Marqueses de Villafranca, un impresionante edificio de piedra que más parece una empalizada militar que una residencia nobiliaria. 

 Sin apenas entrar en la ciudad, ya ésta tiene reclamos para el visitante. Deseoso  de soltar la mochila, los pies se dirigieron hacia el albergue, que ocultaba otra sorpresa.

 Sobre los resto de la vieja alcoholera de la ciudad, que tras ser clausurada pasó a convertirse en albergue para peregrinos,  se ubica este espacio de descanso con un jardín de entrada que invita a pensar en un balneario antes que en una factoría. Arrasado por las llamas de un fuego en 2012, fue rehabilitado y reconstruido para brindar un servicio lleno de comodidades impropias para un albergue. Vaya forma de comenzar la ruta con la llegada a un lugar tan hermoso, lleno de historias y hacer parada, en el viejo depósito de castañas y cerezas que se envasaban para exportarlas incluso a Japón, para luego emplear los excedentes en destilar alcohol.

 ¡Imposible hallar otro modo de culminar la jornada, después de hacer kilómetros por caminos que dejaban a ambos lados viñas de la tan preciada denominación de origen que da vida al Godello! 

 Tras la cerveza de rigor, ingesta de botillo, carne de cerdo condimentada con ajo y pimentón y preparada al horno de leña que colmó los deseos de probar viandas de la tierra, junto a la famosa cecina de vaca que hizo las veces de cena por la noche. La tarde pasó con la visita a las diferentes iglesias de la localidad, (Convento de la Anunciada, Iglesia de San Nicolás, Iglesia de San Francisco, Colegiata de Santa María), paseando por calles empedradas y empinadas que convierten a esta localidad en una visita maravillosa, casi mágica.

 En el corazón del Bierzo, rodeado de montañas, (y de peregrinos asiáticos), terminó la jornada con una retirada pronta para velar armas ante la etapa reina, la que transitará por Los Ancares y culminará con el mítico O Cebreiro.

 


 

  

domingo, 26 de octubre de 2025

Ponferrada

 Comienza la aventura en autobús, desde la frénetica Moncloa, siempre llena de gente en el que posiblemente es uno de los espacios intermodales de transporte más concurridos de toda Europa. Tras un desayuno frugal inicia la marcha, vislumbrando los monótonos paisajes de la meseta que tan poco atractivo tienen y que pensamos algún día atravesar con la bicicleta camino de Sahagún.

 Tras más de cuatro horas de trayecto sin paradas, aparece la orgullosa capital de la Comarca de El Bierzo, con los Montes Aquilanos a su espalda, que forman parte de los Montes de León esos que nos hacían estudiar en la E.G.B. 

 Vistas de postal, sorprendentemente mancilladas por la silueta de la Torre de la Rosaleda, una edificación de treinta pisos y más de cien metros, que descoloca por su falta de sincronía con el resto del paisaje urbano. Pelotazos inmobiiarios que corrompen el paisaje y la armonia vecinal.

 Con un almuerzo tan frugal como el desayuno, llega la hora de la visita al conjunto histórico de la ciudad que convive en armonía con el desarollo moderno e industrial que caracteriza a esta zona, uno de los motores ecónomicos de la provincia de León.  No tardó en estar a la vista el Museo de la Radio, dedicado a la memoria del más ilustre ponferradino, Luis del Olmo, a la vera del Castillo templario del siglo XII, que pese a sus paulatinas restauraciones sigue manteniendo su carisma y casi su función, de proteger a los peregrinos a su salida de la ciudad para iniciar etapa hacia Villafranca.

 Paseando por sus angostas y limpias calles, con el amparo de la Torre del Reloj, obligada visita a la Basílica de Nuestra señora de la Encina, para conseguir la credencial que faltaba para empezar ruta, por el módico donativo obligado de cinco euros. Sablazo monumental por cuenta y gracia de la autoridad eclesiástica de la zona, que así lo requiere y que hace negocio con los viandantes camino de Santiago, según decía el apático y seco voluntario que la expendía. Con la iglesia nos hemos topado, Sancho...  

 El resto del día fue pasear para ir ya acumulando pasos y terminar en un bar de la zona nueva, Cafetería Nagasaki, a la que con gusto menciono por el trato recibido, las cervezas frías servidas y los estupendos pinchos de tortilla que sirvieron para hacer la función de cena.

  Retirada al albergue pronto y sueño recuperador para iniciar la caminata. Comienza así la ruta berciana del Camino francés con primera parada en Villafranca del Bierzo.

 


 

  

  

sábado, 25 de octubre de 2025

Shir

 Shir significa en hebreo canción. También es un nombre de mujer.

 Cuando llegó a la oficina y nos dijo su nombre y qué significaba no nos lo creíamos, no hay equivalente en nuestro idioma.

 Pronto dejamos de hacernos esa pregunta, para darnos cuenta que sus padres habían acertado dándole ese nombre.

 Shir es pura ternura, afecto, cariño constante. En dos años de trabajo con nosotros siempre ha mostrado disponibilidad, interés, aprecio, apoyo y ayuda; siempre tenía en su boca una palabra amable que ayudaba a desenquistar los malos ratos, a poner paz y armonía en situaciones complejas.

 Una compañera de diez.  

 En todo lugar de trabajo habría que tener una Shir, que además de competente profesionalmente, sea capaz de general tan buen rollo entre los compañeros.

 Esta semana, nos ha roto el corazón, por motivos personales y profesionales se marcha de la empresa y, lo que es peor, del país. Su marido ha aceptado una oferta suculenta de trabajo en otro sitio. El próximo lunes ya no estarán aquí.

 Es como si lo que dice el dicho, lo bueno,si breve, dos veces bueno, se cumpliera a rajatabla. Sólo nos queda darle las gracias por este tiempo compartido con nosotros. No lo olvidaremos nunca.

 Gracias Shir y suerte en tu nueva vida. Hasta siempre. 

Lenguas y mansos

 Adoro las palabras. Quien me conoce sabe que disfruto cuando llega a mis ojos u oídos un término nuevo, del que no conocía su existencia. Durante un tiempo lo tengo en mis manos, busco información de ella en internet para documentarme, saber su origen, en dónde se utiliza y en qué contexto, es como un pequeño juguete que me han dado y con el que disfruto pasando el tiempo.

 Soy un degustador de vocablos. La palabra es mi pasión, vehículo de comunicación impagable; no hay nada más frustrante que querer expresa algo y no encontrar la palabra adecuada.  

 Pero no sólo disfruto con palabras de nuevo cuño, que llegan a mi de la forma más insospechada; en ocasiones el goce viene al conocer el sentido de otros términos que son bien conocidos y comunes y que tienen un significado específico en una actividad determinada. 

 El fin de semana pasado acompañé a dos buenos amigos, senderistas expertos, en una ruta por la sierra de Madrid. La idea de verse envuelto de paisajes boscosos salpicados de mojones de diferente tamaño y volumen de roca granítica, ayudaba a paliar el madrugón de un domingo y las dificultades de la ruta, siempre picando hacia arriba. Por senderos angostos,  debidamente señalidos con las marcas habituales de recorrido GR o con esferas de colores, cada cierto tiempo aparecían pequeñas laderas que rebajaban las cuestas, ayudando a recuperar el resuello y a coger aire. Uno de mis cicerones llamaba a esos lugares mansos y la sola idea de asociar ese sonido dulce al hecho de sentir menos difucultad a la hora de articular el paso, convirtió a la palabra en una pequeña delicatessen. Mansos que se convertían en lenguas, cuando lo que pisábamos eran superficies de piedra con sentido descendente, creando una imagen en la mente lo suficientemente sólida como para entender por qué las llamaba así.

 Lenguas y mansos. Lenguaje de montaña. Plasticidad pura. Deleite absoluto. Henchido de alegría y de satisfacción por incorporar nuevos términos a mi vocabulario habitual, completé la hazaña de terminar la ruta circular, de muchos kilómetros y muchos metros de altura. La  cerveza de después me supo a gloria, pero nada comparado con la vitalidad y alegría que me traje conmigo en la vuelta a casa, con todo vivido, sentido y aprendido.  

  

viernes, 24 de octubre de 2025

Rey, Dama, Valet

 Es Vladimir Nabokov uno de los afortunados escritores en la historia de la literatura que son reconocidos de inmediato por ser autores de libros señalados, conocidos por todo el mundo. Eso convierte en una actividad un tanto extraña tratar de reseñar otro texto de este escritor que no sea el universalmente reconocido Lolita.

 Rey, Dama y Valet, (Anagrama, Coleccion Compactos), es una de las primeras novelas del joven miembro de familia aristocrática rusa que por aquellos años residía en Berlín; pese a no conocer el idioma, en el texto pueden reconocerse influencias del expresionismo alemán, más concretamente del cinematográfico, del que forman parte figuras tan significativas como Ernst Lubitsch o Fritz Lang.

  Y es que el texto que nos trae aquí bien podría ser un gran guión de película; un joven apocado llega a la capital alemana para buscarse la vida y recibe el abrigo de su tío que le ofrece trabajo y ayuda para instalarse en la ciudad. Pronto la esposa de este seducirá al recien llegado, al que manipula y convence para tramar un plan con el que asesinar a su propio marido y así apropiarse de toda su fortuna.

 Dotada de dosis de humor negro y tono de farsa,con personajes que por momentos parecen autómatas más que personas a juzgar por su comportamiento; tras su aparente estilo sencillo se esconde un texto profundamente elaborado y con mayor grado técnico que otros trabajos, no en vano fue revisada y reescrita parcialmente por el propio autor, para con ello limar los errores de juventud,  antes de que se publicase la primera edición en inglés, idioma que el escritor dominó antes que su propia lengua materna, (que es el ruso), y en la que compuso la mayor parte de su obra literaria.

   El universo Nabokov está poblado de registros variopintos que supo plasmar en sus novelas; una buena forma de romper con la imagen del autor asociada a su obra más conocida y conocer sus capacidad compositiva y creativa es leer títulos como éste. 

 


 

  

  

  

 

 

jueves, 23 de octubre de 2025

El sol y el acero

 Para acceder al complejo e intenso mundo de Yukio Mishima, he querido hacerlo con uno de sus textos cortos, confiado de ese modo en poder asimilar la rotundidad, firmeza y fuerza con la que transmite sus visiones y percepciones.

 Es así como ha llegado a mis manos esta pequeña obra, El sol y el acero, de cuyas versiones en castellano he optado por esta edición de Alianza Editorial en su formato de bolsillo.

  Es un texto de juventud, donde narra momentos, situaciones y reflexiones de final de la adolescencia y comienzo de la edad adulta legal. Aunque publicado en 1967, nos referimos a un tiempo personal, en que su país Japón, está asimilando el final de la contienda, en ese marcado 1945, año que supone un antes y un despues en la historia del país asiático.

 Es esa fuerza, esa intensidad, esa pasión por las pequeñas y grandes cosas que se asume cuando se tiene corta edad, la que justifica la fuerza narrativa de este texto que no sólo habla de la vida y la muerte, habla de lo etereo y lo material, de lo sensible y lo racional, del pensamiento y la acción, de la necesidad de adiestrar el cuerpo en la actividad física, todo ello marcado por el especial modo de reflexionar del autor que auna lo simbólico con lo físico desde una esfera íntima y personal en la que las palabras escritas no bastan para dar rienda suelta a lo que necesita expresar.

 Texto que seguramente anticipa y da pistas de su pensamiento y excesiva existencia que terminó abruptamente con la muerte mediante su seppuku, (suicidio por desentrañamiento), después de protagonizar junto algunos allegados un fallido intento de golpe de Estado perpetrado por la tatenokai o milicia paramilitar de índole privada, que él mismo formó nutrida por estudiantes patriotas formados en diferentes disciplinas físicas.

 


 

  

miércoles, 22 de octubre de 2025

La creación de Japón

 Ayer fue un día histórico en JapónSanae Takaichi, política del Partido Liberal Democrático, se ha convertido en la primera mujer en lider un gabinete de gobierno en el país del sol naciente. 

 Todo un hito en un país que figura en un puesto muy bajo, nada menos que el 118 según el Informe de brecha de Género de 2025 del Foro Económico Mundial y que apenas tiene un 15% de diputadas en la cámara de representantes. Gran contradicción para una de las grandes economías del mundo, miembro del G-7, referencia inequívoca de desarrollo y modernidad.

 Es este un país fascinante, especialmente si uno encuentra tiempo para echar un vistazo a su historia más reciente. Para iniciarse en ello, puede ser una buena lectura hacerse con un ejemplar de La creación de Japón, (Editorial Literatura Random House-Mondadori, Colección Breve Historia Universal), firmado por el especialista en cultura asiática Ian Buruma.

 Partiendo de la Era Meiji, periodo en el que el país recupera la figura del emperador en toda su esencia enterrando el periodo del shogunato, el autor se interna en unos  años clave en la modernización y apertura al mundo de un país con costumbres ancestrales y medievales, Buruma va respasando distintos hitos de la historia del país nipón, hasta llegar a los años de la II Guerra Mundial, que culminan en el año 1945 como el año de la derrota, de la caída del Japón imperial que causó estragos en la Manchuria china, Birmania, Corea, Taiwan o Malasia.

 De las cenizas de Hiroshima y Nagasaki nace un nuevo país tutelado por los EE.UU. con el general Mc Arthur como emisario y protector,  que se acoge a una nueva constitución pacifista que deja en manos de los americanos la defensa de un país, volcado desde entonces en el desarrollo económico y social que tiene su punto culminante en la celebración de los Juegos Olímpicos de 1964, apenas veinte años después de haber quedado el país reducido a cenizas. 

 De cómo la población civil y la clase política asumen ese tutelaje o de cómo se rebaja la condición de divinidad a la figura del emperador, (figura anacrónica que aún pervive al frente de la Jefatura de Estado), da cuenta el trabajo de Buruma, que ayuda a entender las claves del Japón actual, referente mundial en lo económico que vive aún sumido en sus contradicciones históricas y morales y que sigue despertando grandes recelos entre sus países vecinos por su vocación expansionista, a pesar de todos sus corsés.

 


 

  

 

 

martes, 21 de octubre de 2025

Una mujer a quien amar

 Habitual en las quinielas del Nobel de Literatura, me pregunto con qué nacionalidad figuraría el galardón si se le entregase a Theodor Kallifatides, griego afincado en Suecia desde hace más de sesenta años, que además de traductor de autores en ambos idiomas ha escrito la mayor parte de su obra en sueco.

 Conocido para el gran público español desde hace pocos años,( fue galardonado con el Premio Cálamo Extraordinario de 2019), Galaxia Gutemberg está publicando buena parte de sus creacciones, siendo esta que refiero aquí Una mujer a quien amar, la primera que llega a mis manos.

 Novela de trazos sencillos con tintes de autobiografía, con el hilo de fondo de la amistad con Olga, amiga a quien está unida tras más de tres décadas de vivencias y exilio; un día ella le llama porque dice que quiere verle; el motivo, comunicarle  que padece una enfermedad incurable.

 La dureza de base del relato convierte al texto en un compendio de pasajes de vida, en los que está presente la amiga y en los que no lo está, llenos de nostalgias, alegrías y también penas, que invitan a pensar sobre el sentido de la vida, de la amistad y de la muerte.

 Libro para leer a sorbos, para releerlo muchas veces, de hecho; lleno de reflexiones brillantes momentos conmovedores, de historias de supervivencia protagonizadas por personas que un día tuvieron que emigrar de su país para hacer su vida en otra patria, con otra lengua, otros paisajes y otras formas de vivir.

 Conmovedora y profunda, pero sin que la pesadez de los elementos que la constituyen haga difícil su lectura; sin duda un acierto escoger este título como primera entrega del universo literario de este autor tan especial y vital, digno de ser leído.  

  


 

  

  

lunes, 20 de octubre de 2025

Braulia

 Braulia es una mosca doméstica que vive conmigo desde hace tres días.

 Se llama así porque es el primer nombre que me vino a la cabeza, la primera vez que me percaté de su presencia; como buena mosca cojonera, vive pendiente de mi, se posa en mis manos, en mi pelo, hasta tiene el punto osado de revolotear por mi cara, o de hacer vuelos rasos zumbándome los oídos,  segura de si misma gracias a esa vista privilegiada que tiene como insecto y que le da un tiempo de reacción mayor al que pueda tener yo para quitármela de encima. 

 Es una mosca atemporal, que vive en un tiempo en que debería no estar, pero las temperaturas aún suaves, hacen que sigan pululando por las casas. Esta lo hace por la mía y me hace compañía. Hasta le he cogido cariño.

 Dicen que en condiciones óptimas pueden vivir hasta dos meses; no se cuánto tiempo disfrutaré de su compañía; puede que mucho ya que es muy lista; aunque le dejo la ventana abierta para salir, no lo hace y prefiere quedarse conmigo.  

 Durante el día noto su presencia a cada momento, Por las noches desaparece y se acomoda en algún sitio discreto, lejos de mi vista, para volver a iniciar sus revoloteos segun aparecen las primeras muestras de luz del día.

 En un momento de descuido, que parecía tranquila sobre uno de mis dedos,decidí sacarle una foto, esta que le hice y que sirve de colofón a esta entrada. Así quedará guardado para la posteridad, que vino a casa y me hizo compañía durante algún tiempo.

 Gracias por tu compañía, Braulia. 

 


 

  

sábado, 18 de octubre de 2025

Volcel

 Otro término nuevo que leo por primera vez, un acrónimo procedente del inglés que surge de comprimir dos palabras, voluntary y celibate, para dar como resultado volcel, para significar con ello el estado de una persona que ha decidido no mantener relaciones sexuales.

 Me vais a permitir los que perdeis tiempo leyendo estas entradas que escribo habitualmente por aquí, que deje a un lado mi habitual templanza  y sea sincero. Estas modas de inventar palabros absurdos, no sirven ni para rellenar titulares de prensa, por mucho que la palabra la haya dicho una conocida cantante. Es una simple majadería.

 Cualquiera que conozca el significado de la palabra celibato, sabe que este estado se caracteriza por la ausencia de relaciones sexuales, por razones filosóficas, religiosas o simplemente personales y siempre es de caracter voluntario, por lo tanto decir celibato voluntario es una redundancia innecesaria ya que en la palabra el término volitivo ya está implícito.

 Echa uno de menos las ocurrencias de otras épocas en las que la gente se inventaba palabras nuevas, pero al menos lo hacía con cierta gracia o chispa. Dudo que esto tenga mucho recorrido, ni que cale en el habla colectiva de la calle, ese que da la certificación de neologismo a muchas palabras que terminan formando parte del Diccionario de la Real Academia.

  

viernes, 17 de octubre de 2025

Ruidos

 Todo suena y se oye a nuestro alrededor, pero sólo llamamos ruidos a aquellos que se salen de lo normal.

 Válido en sentido físico y literal, pero también en el figurado. 

 Se escucha y no cuadra, unas veces despierta curiosidad, otras preocupación o temor. Cuando eso que llega al oído implica algún grado de intriga, ya está el anzuelo lanzado.

  Falta la parte final, procesarlo. Es aquí donde se abre un mundo de posibilidades. Que la batidora haga su parte y lo filtre para dar pie a las conclusiones. Es ahí cuando empieza la parte racional y volitiva. Otra historia. 

jueves, 16 de octubre de 2025

Objetos animales

 Animales que son tratados como bultos por la alta instancia judicial. No merecen mejor trato que el de una maleta, ni indemnización por mucha carga emocional que suponga su tenencia, en caso de daño o extravio.

La Justicia de Luxemburgo resuelve que su pérdida está sujeta al mismo régimen de indemnización que el de cualquier equipaje y no reconoce el valor sentimental que le atribuya su dueño.

 Seguimos empecinados en no dar a estos seres el respeto y dignidad que tienen de por si, no ya porque se lo merezcan.

 Habrá quien piense que poner el grito en el cielo por esto es excesivo, que no es para tanto. Es para reflexionar, sobre el tipo de sociedad en la que vivimos que con frecuencia resta dignidad y derechos a los seres humanos y no considera partícipe de un mínimo de ellos a estos animales que tanto nos dan, que conviven con nosotros, que se merecen una consideración y mimo colectivo, no sólo el que le reportan sus cuidadores.

 Queda mucho por hacer. Las conquistas no vienen solas, hay que pelearlas y una vez conseguidas, defenderlas.  Para involucionar y dejarse llevar por elementos y ocurrencias retrógadas siempre hay tiempo, desgraciadamente.

 

miércoles, 15 de octubre de 2025

Una historia para escribirla

 No nos dijo su nombre, pese a charlar con nosotros un buen rato; bueno, más que charlar fue un monólogo por s uparte, cuando nos sentamos a su lado y escuchó que nuestro acento no era autóctono.

 Debía rondar los setenta y cinco años, con calva incipiente y pelo largo que en forma de rizos adornaba su nuca; vestido con ropa vaquera, fumaba impenitente tabaco rubio americano. Una cruz lucía sobre su pecho.

 Estaba acompañado por una mujer rubia, visiblemente menor, que sonreía a sus palabras y preguntas, cuando en su interrogatorio averiguó lo que ya sabía, que eramos peregrinos. Sin que nadie le sugierese nadie se arrancó:

 - Yo era militar y viví en Madrid varios años, por la zona de Arturo Soria, antes de cambiar de destino y acabar en San Fernando, Cádiz, donde seguí mi carrera además de formarme como topógrafo; me casé muy joven aunque llevo muchos años separado... 

 Acompañaba su perorata con gestos tranquilos, mirándonos como si fuéramos parte de un auditorio, con su voz grave y bien modulada que daba a sus argumentos una aureola de seguridad, manteniendo así nuestra atención.

 Lo que parecía una disertación anodina y curricular, pronto tomó otro cariz; sin venir a cuento nos relató su primera experiencia sexual, con una chica que conocía, que se encontró en un parque, con la que sin mediar mucha conversación, practicó el coito al aire libre. Esa chica, con la que mantuvo algún tipo de relación, más adelante terminó quitándose la vida.

 Impactados, nos quedamos todos callados con la confesión, tan íntima, tan poco propicia para un momento como ese, en una terraza de bar, en medio de la acera, fue entonces cuando le dije.

  - Desde luego, es una historia para contarla, para escribirla, con todos sus detalles.

 Asintió complacido, al tiempo que su acompañante sonreía, a buen seguro porque no era la primera vez que escuchaba esa confesión pública. La conversación terminó con un agradecimiento tan sincero como conmovedor:

- Gracias por escucharme, por darme la oportunidad de desahogarme. 

 Nos despedimos y seguimos nuestra ruta por Santiago, dejándole en su mesa, con su cigarro y un café que debía llevar tiempo consumido. Pensativo, me pregunté cómo llegaremos los demás a sus años, si tendremos la suerte de tener quien nos escuche, quien nos llame, la principal demanda que tienen las personas mayores, que sólo así, sintiéndose arropados, combaten con dignidad el paso de los años y su rotunda carga física y mental, en la recta final de la vida.

  

Soledad en comunidad

 Antonio vivía sólo, pagaba religiosamente sus facturas, la cuota de la comunidad de vecinos, recibía puntualmente en su cuenta la pensión de jubilación. Era un persona tranquila, que vivía sola, como tantos jubilados en este país.

 Esa normalidad ha sido cómplice de su descalabro. 

 Por culpa de unas goteras provocadas por las últimas lluvias en Valencia, su vecina llamó a la policía pensando que la casa estaba vacía, ya que nadie había visto a Antonio desde hacía años; su vecina de rellano le creía viviendo en una residencia de ancianos. 

 Pero no, cuando los agentes entraron en el domicilio, encontrarón algo que no podían imaginar. 

 Antonio,yacía muerto en su cama, momificado, lleno de excrementos de palomas que se habian apoderado de la casa al encontrar las ventanas abiertas. Los médicos forenses han determinado que el fallecido llevaba más de quince años muerto.

 Quince años sin que nadie le echase en falta, ni sus propios hijos, que al parecer no quieren saber nada de él, ni para reclamar la herencia.

 Es desolador ver la penuria y la tristeza con la que viven tantas personas en las ciudades cuando llegan a la edad más madura, abandonados a su suerte. Síntoma de miseria moral, de podredumbre social, de falta de humanidad y tacto, de pérdida de referencias que han de venir dadas por el otro, por su proximidad, por la necesidad de convivencia.

 Vivir sólos pese a estar juntos, esa es la contradicción, signo de una enfermedad cuyos principales síntomas son el egoismo y la falta de consideración. Soledad en comunidad.  

 

  

martes, 14 de octubre de 2025

Mochila

 Yace la mochila en el suelo, apoyada contra la puerta de entrada a la casa, como lo ha hecho todos estos días atrás, siempre al pie de una litera, agurdándome para recoger mis cosas y acompañarme, siempre fiel a mi espalda.

 Después de que volcase anoche todo su contenido en la lavadora, espera a que la baje al trastero, donde vive habitualmente. 

 Lleva conmigo veintitres años y ha sido mi fiel escudera durante miles de kilómetros caminando, es ya como una segunda piel, forma parte de mi.

 Lo reconozco, me da pena bajarla a ese cuarto oscuro del sótano, como si la estuviese sometiendo a algún tipo de castigo.  

 Está cada vez más viejita, con los años ve como otras de su especie son más llamativas, tienen mejores materiales que repelen el agua y, para colmo, pesan menos en vacío. Sin embargo soy incapaz de plantearme una ruta andando larga sin llevarla conmigo.  

 Fiel compañera fiel escudera, compartes conmigo pesos repartidos de manera dispar. Descansa hasta que vuelva a necesitarte para ir a la aventura. Gracias siempre por estar y no fallarme. 

 


 

domingo, 12 de octubre de 2025

Polvo

 Pies en alto. Después de nueve días llega el descanso. No hay mejor manera de celebrar. Destino, agradecimiento y vuelta a la normalidad. Misión cumplida. Mañana cambiará la temática, será otra historia.

 Queda el polvo del camino en las botas, para recordar y para usarlo de base para seguir. 


sábado, 11 de octubre de 2025

Efímero

 Esto se acaba. La ruta, la compañía, los descubrimientos,los nuevos números de teléfono en la agenda. 

 Novedades con sabor a añejo, a efímero, a agua pasada dentro sólo de unos días. La rotundidad de la rutina diaria dejará con posos de recuerdo otra experiencia tan vívida como intensa. Más material para ese libro personal que no tendrá edición física alguna. 

 Sigo con mis sensaciones raras, de camino que no es camino, de plan planificado sin que cupiese ahora. Afortunadamente son simplemente eso, sensaciones; creo que con perspectiva lo veré de modo diferente. Que pase el tiempo.

 Reflexiones a modo de colofón y a vuela pluma en una litera, en pura soledad pese a estar acompañado. 

 

viernes, 10 de octubre de 2025

Margen

 Merluza a siete euros. Es casi increible. Todavía quedan sitios donde lo de sisar no es de recibo, donde calidad y margen  son compatibles. 

 Margen que envilece y embrutece, en sentido pecuniario y figurado. Somos lo que damos de valor a ese margen. A veces sacar tajada es la peor carta de presentación.  

jueves, 9 de octubre de 2025

Armisticios

 Hay acuerdos que se firman que acaban con una situación cruenta, pero que hacen que la paz tenga un coste muy elevado. 

 La historia esta llena de casos así. Siempre me ha parecido el caso más flagrante la paz que se impuso tras la Gran Guerra. Aquella Alemania merecía un trato más justo, menos lesivo, menos humillante. 

 Estamos en puertas de otro acuerdo de cese de hostilidades histórico en Gaza, tras la enésima confrontación vecinal y desigual. Falta ver cuál es la letra pequeña. Quien ha sufrido, no puede seguir haciéndolo después de que callen las bombas y las balas. Es lo justo. 

miércoles, 8 de octubre de 2025

Pasa

 Pasa la semana, con su rutina de mochila. Cansancio que se acumula pero que no para las ganas de llegar, aunque se disfruta más del camino que del objetivo perseguido, como ya avisaba el poeta, no hay más camino que el que se hace al andar. 

 Pasado el ecuador, la recta final ya está en marcha. Pisadas de efecto balsámico que calman, relajan y amortiguan una realidad a la que volveré en apenas un días y a la que tendré que seguir haciendo frente. En el fondo no es más que un narcótico de efecto limitado. Todo sigue estando pendiente. 

martes, 7 de octubre de 2025

Centrifugado

 Ronronea la secadora. El programa dice que al menos una hora tardará en sacar la humedad de la ropa que apenas un instante antes, estaba en la máquina contigua, la lavadora. 

 Me gustan estos aparatos domésticos. El tambor de la lavadora gira a gran velocidad y parece una turbina de avión, con un ruido similar al que hacen los motores al despegar.  La ropa se confunde en una masa elástica y multicolor al girar en su interior, sin que se distinga qué es cada cosa.  

 Mezclas compactas que aglutinan todo sin que nada se identifique. Como ocurre con mi cabeza que ahora centrifuga sin darme opción de identificar lo que es cada cosa. Ya llegará el tiempo de eso. Todo lavado tiene sus fases y en mi caso, estoy en el centrifugado.

lunes, 6 de octubre de 2025

Capas

 Capas como una cebolla llevo estos días. De ropa para combatir las inclemencias atmosféricas, de apósitos para cubrir y proteger la piel. 

 Sin embargo no encuentro capa que sirva de protección al corazón, que camina desnudo, azotado por el viento racheado.  No hay nada más difícil de cuidar, de guarecer y de hacer resugir. 

domingo, 5 de octubre de 2025

Dolores

 Cuestas. Repechos duros, caminos empedrados que además de tiznar las botas de un polvo que tarda en quitarse, incrustado como si fuera pintura o barniz , martirizan los pies.  

 Martirio escogido. Qué diferente es cuando no forma parte de una decisión voluntaria y llega sobrevenido, inesperado, indeseado. Hay dolores que no son comparables, por muy físico que sea la sensación como tal.  Duele cuando llega sin avisar, lo otro, es otra cosa. 

sábado, 4 de octubre de 2025

Reposo

 Descanso del guerrero. Sólo oigo hablar en inglés a mí alrededor y pasan chicas japonesas que parecen clonadas, todas de la misma estatura, con corte y color de pelo parecido, como si las hubieran dejado sueltas y en libertad para que cada una haga la ruta que crea precisa. 

 La ducha y la siesta me han dejado nuevo. Un buen café ha terminado por espabilarme. Queda un rato de tarde con luz, tiempo suficiente para curiosear por donde me hospedo transitoriamente.  Otro pueblo con encanto, rodeado de montañas y antesala de una subida que se prevee larga e intensa, pero eso ya será mañana. Otra etapa, otra película.

 Camino que relaja mi mente, despeja mis temores y tristezas, el polvo de mis botas es como una panacea renovadora que me revigoriza. Tratamiento intensivo de nueve días. Descanso y agotamiento. Lo que necesito. 

jueves, 2 de octubre de 2025

En marcha

 Seis y treinta y cuatro de la mañana. Me levanto descansado, despejado, tranquilo, de buen humor. Mi pulsómetro acrecienta la sensación de bienestar al confirmar que he dormido casi siete horas y media. Número récord entre semana.

 Apuro mi café de cápsula y enciendo el ordenador. Última obligación autoimpuesta antes de comenzar el merecido asueto, ese que apenas he disfrutado en los últimos cuatro meses. Un verano sin parar que me ha fundido, pero todo afortunadamente llega.Toca parar, toca moverse.

 Sólo me queda terminar de escribir estás líneas y prepararme para salir. Estamos en marcha.  

 La salud mental en mi caso está intimamente ligada a la salud de mis pies. Si ellos se mueven se relaja lo de arriba, todo lo demás funciona.

  Tener tiempo libre para no pensar. No hay mejor plan vacacional. 

Beethoven

  Y llegó el día ansiado por muchos, pero que deja el cuerpo del peregrino sentido trastocado, como triste por llegar a su fín.  Para el fin...