Dice un afamado escritor español en una entrevista publicada hoy en los medios, que en la vida te arrepientes más de los golpes que has dado que de los que has recibido.
Tiene razón, son elementos esenciales de una moralidad aprendida e impuesta, base sobre la cual se cimentan muchas de las dudas, incomodidades y sobre todo, alteraciones que tenemos cada cual a nivel emocional. Queramos o no, somos todos neuróticos potenciales.
Ya lo dice el propio término, cargo de conciencia. Tenerlo es consustancial a la condición humana; la vida es un cúmulo de acciones pensadas o no, que a posteriori nos generan algún tipo de insatisfacción, o lo que es peor, sentimiento de culpa, sin necesariamente haber hecho daño a nada o a nadie.
Cómo poner orden en lo más profundo e íntimo si a veces, ni si quiera somos concientes de lo que ocurre y de lo que pasa, de lo que nos pasa.Necesitamos formación específica que ha de buscar cada cual, que sirva para aprender a conocernos mejor y, de ese modo, saber cómo reconducir las consecuencias de momentos vividos o protagonizados.Nadie mejor que uno mismo para reconducir, minimizar e incluso eliminar, tantos y tantos momentos de sinsabores llegados a nuestras existencias, en aras de alcanzar el punto de equilibrio, una necesidad vital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario