miércoles, 30 de abril de 2025

Pender de un hilo

 Es la expresión, la frase que más se menciona en estos momentos, después de los acontecimientos vividos hace tan sólo unas horas.

 Siempre se ha dicho y hemos pensado que la vida es frágil y que pende de hilos muy finos, sobre los cuales se sustenta nuestra condición y sobre los que construimos nuestros proyectos vitales, con nuestras ilusiones y  retos.

Buscando información sobre ello, encuentro que el origen de la expresión (y todas sus variantes) la encontramos en una antiquísima fábula surgida de la mitología romana (los griegos y nórdicos tenían su equivalente), en la que se explica que la vida de cualquier ser humano estaba controlada desde su principio y hasta su fin por tres hermanas hilanderas que eran conocidas como  las Parcas (Moiras para los griegos y Nornas para los escandinavos), cuyos nombres eran  Nona, Décima y Morta. 

 Nona era la que hacía girar la rueca, Décima medía la longitud de lo que debía durar la vida y Morta quien cortaba en el momento en que debía acabar.

 Parece que la mitología deberá reacondicionar su alcance y plantearse las actividades de sus hilanderas, máxime si el hilo del que dependemos es uno sólo y está sujeto a veleidades de todo tipo.

 La dependencia de todo lo eléctrico nos hace hace poderosos y sofisticados y abre ante nuestros ojos un mundo de posibilidades que parece infinito, pero también cercena y limita nuestras posibilidades en caso de falla. Fiarlo todo a una baza tiene estas cosas. Para reflexionar. 

 


 

 

  

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