Estamos de enhorabuena. Esto sí que es una noticia mayúscula. Que una persona dedicada a la política asuma responsabilidades de algún tipo, hasta el punto de plantearse cesar en sus funciones públicas, dimitiendo, es un hecho tan inusual por estos lares que no queda otra que celebrarlo.
Se llama Belarmina Díaz, es ya ex Consejera de Industria y Comercio del Principado de Asturias y justifica su decisión en la necesidad de no ser un estorbo en la investigación del accidente que provocó cinco fallecidos en una mina en Zarréu.
Habrá quien piensa que huye, que no quiere estar en el diparadero, ni asumir unas críticas de una oposición voraz, que desde hace unos días la tiene en el centro de la diana. Para mi es una dimisión que la honra. Como responsable de industria los protocolos de control y seguridad de estas explotaciones deben estar medidos al milímetro, cualquier fallo, por minúsculo que sea, tiene consecuencias y por ellas ha de responderse.
Sólo queda esperar que esta decisión sea la primera de cuantas responsabilidades deban depurarse. La vida de cinco mineros no merece otra cosa.
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