Imposible pasarla por alto. El artículo publicado hoy en la edición digital del diario Público, se hace eco del hallazgo de una tumba en el Cementerio Civil de Madrid, que contiene los restos de un criminal de guerra Nazi.
El comisario general del Tercer Reich para Lituania durante la guerra, Theodor Adrian Von Renteln, responsable de la maquinaria de exterminio que eliminó a más de 200.000 judíos, no murió en la horca a manos de los rusos en 1946 como consta en los libros de historia, sino que falleció en 1960 en un hospital de Madrid bajo la identidad falsa de Karl Jacobson.
Qué argumento para una novela de Frederik Forsyth. Puesta en tela de jucio tanto la detención como la puesta a disposición de las autoridades soviéticas del oficial de las S.S., tras el hallazgo de esta tumba, se cree que huyó a través de alguna de las sofisticadas estructuras organizadas que permitieron a muchos criminales de Guerra huir hacia a America Latina, en donde terminaron carniceros tan significativos como Joseph Mengele.
Tumba descuidada, sin mantenimiento alguno, como muchas otras que se ubican en el mismo emplazamiento, abandonadas a su suerte por carecer los finados de descendientes que se hagan cargo; tal es así que en el caso de la tumba aquí referida, la esposa del interpelado, yace en el mismo lugar junto a los restos de su marido, tras fallecer en 1993. La falta de hijos o familiares directos hizo que nadie se preocupase de grabar el nombre en la tumba en la que si figura, altivo, el nombre real del criminal en vez del que aparece en la partida de defunción que permitio su enterramiento.
Reconstruir los pasos del fugado, comprobar cómo llegó a España y revelar otro episodio más de labor de encubrimiento por parte del régimen franquista, será sin duda una labor apasionante, como siempre lo es la búsqueda de la verdad.
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