sábado, 27 de septiembre de 2025

Edadismo

 Siguen las capañas de concienciación sufragadas con dinero público. A las ya conocidas patrocinadoras de la igualdad y defensa de los derechos de la mujer y colectivos minoritarios, siguen otras como la que busca denunciar la discriminación por razones de raza. Hasta un teléfono de denuncias se ha habilitado a tal efecto, en un momento en el que el debate sobre la inmigración hierve.

 Discriminaciones constantes que afectan a todos los ámbitos; se menoscaba por el color de piel, por la orientación sexual, por el credo religioso, por el origen y las ideas políticas, por el aspecto físico, la gordofobia anida en el colectivo social como una plaga de termitas silenciosa que hace estragos casi sin querer. 

 También se discrimina por razones de edad. 

  Hacerse viejo tiene un sin fin de efectos evidentes, que tienen su principal muestra en el deterioro físico y mental, que de algún modo todos tratamos de retrasar,pero hay otros elementos negativos que nada tienen que ver con el paso de los años, ni con la evolución del cuerpo; son cosas que están en la cabeza, que se asimilan como argumentos consumados y que convierten una creencia en un menosprecio manifiesto y continuado, de consecuencias devastadoras. 

 Durante la vida se saltan muchas barreras, pero cuando se llega a una edad determinada, ese salto es al vacío. Poner un cinco por delante implica desaparecer, es como una jubilación social anticipada. Cuando cumples cincuenta años dejan de llamarte para trabajar, por muy cualificado que estés,  los bancos dejan de concederte créditos, salvo que tu situación económica sea muy solvente, algo similar a lo que hacen los seguros de salud, que priorizan vender sus pólizas a gente sana, algo más probable en segmentos de edad más jovenes.

 Es como si te cortasen las alas y no te dejasen proyectarte, seguir siendo válido, útil y capaz, seguir aportando cosas, con todo lo valioso que tiene el haber acumulado años de experiencia profesional y vital; cómo un patrimonio tan valioso se deja escapar, se desprecia de un modo tan ruín.

 Cincuentenarios que son carne de subvención, sin necesitarla. Prejubilación de varios lustros antes de ser clase pasiva con todas las consecuencias.  Los anglosajones tienen un término muy válido para expresar lo que somos: throaway society. Qué tendríamos que hacer para valorar más y mejor las cosas y a las personas. Educación y valores. No hay otro camino.

 

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