¿ A cuántas cosas soy adicto?
La primera cosa que me viene a la cabeza es que a ninguna, pero, ¿ Es eso cierto?
Puede que no esté enganchado a ninguna ingesta de sustancia en particular, pero hay cosas que me atrapan.
Así, a vuela pluma, me vienen algunas, como:
El sabor de la coca cola. Cada vez que tomo un primer sorbo de un vaso o botella me parece celestial.
El de la carne de hamburguesa a la parrilla. Como si mi cabeza me recordase que soy carnívoro, el simple olor de la carne a la brasa, ya me obnubila.
El chocolate en cualquiera de sus versiones, variantes, preparaciones... Sucumbo ante una onza cuando se derrite bajo mi lengua.
Seguramente podría seguir la lista y para mi sonrojo, esta sería extensa.
Adicciones, en apariencia, controlables; sólo hay una que se escapa al raciocinio, la que genera el amor romántico. Cuando te pillas por alguien, nada de lo que te diga tu cabeza llegará a buen puerto.
Es el amor una adicción la más fuerte de todas y la más difícil de conseguir. Paradojas del placer y de la felicidad.
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