Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 28 de junio de 2024

Doctor Negrín

 Bajo una lápida de mármol gris, en un panteón casi anónimo en donde tan sólo figuran las iniciales del finado. 

 En un cementerio que muchos parisinos emplean más como parque que como campo santo, haciendo compañía a celebridades como Chopin, Oscar Wilde o Jim Morrison

En Père Lachaise, en el exilio, como otros ilustres personajes lastrados por la Guerra Civil  y sus concecuencias, como Manuel Azaña, cuyos restos aún reposan en el cementerio de Montauban, o Antonio Machado, enterrado en Colliure

 Francia sigue siendo el gran refugio de los exilados republicanos en Europa, más de ochenta años después. 

 Roma no paga traidores. Profundamente vilipendiado por la propaganda franquista, que proyectó de él la imagen de gran expoliador del patrimonio en metales preciosos entregado a los soviéticos, (el famoso Oro de Moscú), sin pedir nada a cambio, su imagen y figura, poco a poco han ido recuperando la dignidad y la memoria, amparada por los estudios históricos que contradicen esa dación sin nada a cambio a las huestes de Stalin, que le ha hecho famoso, para mal, en el ideario popular.

 Incluso su partido ha restituido su magen,(en dos mil ocho), reintegrándolo a la disciplina socialista, después de que Indalecio Prieto propiciara su expulsión en mil novecientos cuarenta y seis, poco después de que dejara de ser el Presidente de la República en el exilio.  No deja de ser curioso como amigos y enemigos coincidían en la misma denuncia contra su persona: en considerarlo comunista y subordinado a la Unión Soviética.

 Su figura siempre me ha asaltado dudas, especialmente en lo referente a su vocación política; en qué momento un eminente médico fisiólogo, formado en Alemania, dotado para los idiomas, (llegó a dominar hasta diez lenguas diferentes), con una carrera médica y científica que transcendía los límites patrios, renunció a una vida de entrega y éxito a la ciencia y a sus pacientes para internarse en los oscuros vericuetos de la convulsa política española, especialmente en los años veinte y treinta del siglo pasado.

  Restaurada su lealtad sin fisuras a su país, quedan en cambio dudas sobre la conveniencia de sus decisiones, sobre su nivel y capacitación como dirigente político y estadista,  tomadas en un contexto difícil, en muchos casos en soledad, en medio de una guerra fraticida. Próximamente un museo y el archivo personal con toda la documentacion aún conservada y en muchos casos no divulgada, seguirán arrojando luz sobre la figura del presidente que perdió la guerra.

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario