Otro síntoma más de que el globo de la pandemia ha pinchado, hasta el punto de que llegará el día en que ni nos acordemos de las semanas de miedo, sufrimiento y horror que muchas familias vivieron en el infausto año de dos mil veinte.
Se acabó el boom de la venta de bicicletas, esas que se compraban como rosquillas desde que en mayo de ese año, se nos liberase de la cuarentena. Propósitos de enmienda, en muchos desplazamientos cortos, para ir incluso a trabajar, que poco a poco han ido cayendo en saco roto. Tantas cosas como íbamos a hacer, tantas cosas que iban a cambiar para volver a la casilla de salida en muchos aspectos, si no en todos.
Fascinante la capacidad que tiene la mente humana de tamizar cuestiones delicadas, para pasar página y volver a las actividades y rutinas de siempre. Al rincón de los olvidos, de mayor o menor calado, para continuar con la exisistencia/subsistencia de siempre.
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