Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 25 de junio de 2024

Exabrupto

 Oir a un alto cargo llamar a alguien por redes sociales saco de mierda,  no debe escandalizar a nadie, dice un ministro de la actual administración de gobierno del país. Alega ante tamaña salida de tono, en su defensa, además del medio empleado, la famosa red social con nombre de letra que antes tenía como símbolo un pájaro, que en su comentario fue descriptivo. Dicho de otro modo, que no se limitó a soltar el improperio; este está justificado porque junto a él añadió las razones por las que lo hacía.

 Ahondando en el asunto  se declara el interpelado en esta entrada, víctima de una red de confabuladores virtuales, que se dedican a soltar falsedades sobre su persona, generando un estado de presión y tensión que le resulta insoportable.Las pertinentes (y lógicas), demandas interpuestas por considerar vilipendiado su derecho al honor, no son suficiente alivio. Como si de la única válvula de escape se tratase, el ministro reconoce implícitamente que contestar con vehemencia es una forma de resarcirse, mientras espera que los tribunales dictaminen el calado de las insidias que se vierten sobre él. Insultar como instrumento de legítima defensa. Dejemos para otras consideraciones si hacer lo que otros te hacen, te pone a la misma altura.

 Exabruptos que están a la orden del día y que forman parte de una línea roja, la de las formas, que se ha traspasado con creces, en sujetos que por su condición y cargo, deberían moderar sus alocuciones, gestos y actos.

¿ Hasta cuando vamos a mantenernos ajenos a esta espiral de infantilismo acusado en que nos vemos envueltos desde hace ya bastante tiempo, desde que internet es el canal de comunicación, la vía de hacerse llegar mensajes, en un mundo tan importante como el de la política? Comportamientos más propios de mentes menos curtidas, menos maduras, con la piel más fina y el nivel de tragaderas mucho menos desarrollado. Viendo los repartos de mensajes que unos y otros se regalan por las redes sociales, siente uno vergüenza de ver como los designios del país están en manos de semejantes individuos. Ya no hablamos ni de educación o cultura, se trata simplemente de madurez.

 De casa hay que venirse llorado y cuado se acepta un cargo de según qué responsabilidad, uno ha de ser consciente de lo que ello comporta; no sucede nada nuevo bajo el sol en un mundo sórdido y sucio como es el de la política, en el que el fin demasiadas veces justifica los medios. Como tampoco es nueva la fabricación de noticias falsas, amparadas en el argumento de que si el río suena... con vistas a incidir en la opinión pública. El grado de superficialidad que atenaza a la clase política actual le lleva a preocuparse más por la imagen, por el qué dirán, que por la eficacia de su gestión, más que en ninguna otra época anterior. Demasiada exposición y preocupacion por la imagen, demasiado estudio de opinión diario. Es más importante parecer que ser. 

 No es una frase hecha, los dirigentes son un espejo donde se refleja una sociedad. No son peores que nosotros, inquilinos de colectivos dispersos, vacíos, deshumanizados e incapaces de comprometernos con nada. Nihilismo de nuevo cuño que fascinaría a Nietzsche y compañía: todo se reduce a nada, nada tiene sentido.

 

 

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